Alessandro Lequio celebra este miércoles su cumpleaños más triste. El italiano soplará las 60 velas sin su hijo Álex, quien falleció el pasado 13 de mayo a los 27 años a causa del cáncer con el que llevaba batallando durante más de dos años.
Poco a poco, tanto Alessandro como Ana Obregón, la madre del joven, van recuperando su vida, o más bien se van adaptando a su nueva realidad. En el caso de ella, se está apoyando en su ex y en su hermana Amalia, con quien visita una iglesia cercana a su hogar.
En el caso de Alessandro, su refugio está en su hija Ginevra, fruto de su relación con su actual pareja, María Palacios, sus mejores apoyos en estos momentos.
Alessandro Lequio celebra su cumpleaños más triste
Cabizbajo y bastante serio, Lequio ha sido fotografiado este mismo miércoles junto a su pequeña, por las calles de Madrid, mientras regresaban de comprar el pan.
Seguro que la vitalidad de Ginevra le ayuda a sobrellevar mejor la marcha de Álex.
Regresó al trabajo
En esta 'nueva normalidad', Alessandro también regresó al trabajo a finales de mayo. El aristócrata volvió El Programa de Ana Rosa visiblemente cabizbajo y serio. "Con especial cariño le damos la bienvenida, porque la vida sigue y uno tiene que ir reincorporándose de manera paulatina a la normalidad, nuestro querido compañero Alessandro Lequio", dijo Joaquín Prat. "Buenos días", respondió el exmarido de Ana Obregón.
"Sabemos que es un esfuerzo enorme el que estás haciendo, pero bueno, también hay que salir un poco", añadió Ana Rosa Quintana. Él asintió.
El fallecimiento de Álex Lequio a los 27 años
Álex Lequio, hijo de Ana Obregón y Alessandro Lequio, falleció el pasado 13 de mayo a los 27 años a causa del cáncer con el que llevaba batallando durante más de dos años.
El hijo de la actriz estaba ingresado desde hace poco más de un mes en una clínica de Barcelona, donde recibía un nuevo tratamiento que finalmente no resultó efectivo.
El joven diagnosticado de un cáncer hace dos años. La noticia saltó a los medios después de que se publicaran unas fotografías de él con sus padres entrando en un prestigioso centro especializado en cáncer en Nueva York. Meses más tarde él y sus padres confesaban la enfermedad que padece.
Su muerte fue un durísimo golpe para la familia, que nunca perdió el optimismo, igual que el propio Álex.
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