DolceVita

Así es la otra ‘amiga entrañable’ del rey Juan Carlos y así relató sus adicciones durante 15 años

Corinna interrumpió su ‘affaire’ con el emérito al enterarse de la existencia de Sol Bacharach

Las grabaciones de Corinna zu Sayn-Wittgenstein han destapado una de las cajas de Pandora del rey Juan Carlos I que había permanecido tan bien cerrada durante todos estos años. En las conversaciones mantenidas con el excomisario José Manuel Villarejo y el expresidente de Telefónica, Juan Villalonga, la princesa alemana no sólo acusa al rey Juan Carlos de usarla como testaferro sino que también devela la identidad de una supuesta amante del emérito, Sol Bacharach, con la que el monarca habría estado a la vez que con Corinna.

La ‘amiga entrañable’ alemana del rey emérito se entera de que hay otra por boca del propio rey en el año 2009. “Tenía una novia durante tres años. Me dijo el rey: ‘Oye, yo tengo una novia durante tres años…’ Eso es una bomba. Su nombre es Sol Bacharach”, se oye decir a la princesa alemana en una de las conversaciones. Después continúa hablando de ella: “A través de esta relación fueron a Zarzuela no sé cuántas veces. Y tienes fotos del rey, la reina y Sol Bacharach en la foto oficial”.

Tal y como revela Corinna, la abogada y empresaria valenciana fue en varias ocasiones al palacio de La Zarzuela como miembro de la junta directiva de la Asociación United World College. En una de las imágenes que se han podido recuperar, posa al lado de los entonces reyes de España Juan Carlos y Sofía.

Sol Bacharach, con los entonces reyes en una recepción en Zarzuela.

Fue entonces cuando Corinna decide cortar la relación que tenía con el rey Juan Carlos para pasar a ser amigos: “Entonces yo digo, eso no puede continuar y nos quedamos de amigos y ya está. Yo mi cuarto, él su cuarto. Y me quedé con él para ayudarle a superar sus problemas de salud”.

Sol Bacharach: viuda de una víctima de ETA, polifacética y exadicta

La ‘otra amiga entrañable’ del rey Juan Carlos tiene ahora 64 años, nació en Valencia en 1954. Ha estado casada dos veces, una a los veinte años y la segunda vez a los 30 con el catedrático de Derecho Mercantil y político Manuel Broseta Pont, quien ya tenía tres hijos: Bruno, Manuel y Pablo.

Broseta fue secretario de Estado para las Comunidades Autónomas entre 1980 y 1982 con UCD y cuando lo mataron era miembro del Consejo de Estado. Fue asesinado por ETA en 1992 con un tiro en la nuca cuando iba a impartir sus clases.

Es una mujer brillante y polifacetica. Es doctorada en Derecho y profesora titular por oposición de Derecho Mercantil. Se formó en la London School of Economics, y en la New York University y fue profesora en la Facultad de Derecho de Valencia, de Derecho Mercantil, de 1980 a 2001.

Además de abogada, es empresaria. Fue consejera de Dragados y Construcciones, Aumar y Europa Management Consulting entre 1993 y 2000, miembro del Consejo de redacción de diversas publicaciones jurídicas y presidenta de la Asociación Española de Derecho de la Competencia.

Sol Bacharach, en una entrevista en 'El programa de Ana Rosa'.

Sol fue la primera presidenta de la Fundación Manuel Broseta Pont, para el estudio, la tolerancia y la convivencia, miembro del Capitulo Valenciano del Club de Roma y en el año 2004, amplió y profesionalizó el Centro Terapéutico del Vallés, convirtiéndolo en Centro Terapéutico Mare Nostrum, dedicado al tratamiento y recuperación de adicciones, del que es directora general.

Nadie como ella entiende mejor a los pacientes que allí ingresan ya que ella sufrió en sus propias carnes ser una adicta a las pastillas, que acabó mezclando con alcohol. Su hermana, también abogada, murió por esto mismo.

Durante 15 años fue adicta a los ansiolíticos y al alcohol

En el año 2008 acudió al programa ‘Mati mati’ de Canal 9, como directora de la clínica para el tratamiento de las adicciones, Centro Marenostrum, donde relató su propia experiencia en con el alcohol y las pastillas. “Estuve 15 años consumiendo. Iba como ida, como flotando.  Cuando ya empecé a mezclar con alcohol ya se me notaba pero antes no”.

Después comenzó a contar su historia: “Yo empecé como todo el mundo, yendo a un médico que te receta unas cosas. Me dan una medicación, me encuentro estupendamente bien y decido que esa es mi vida, que ya no voy a seguir consultando, ya no voy a que me lo pauten al final te lo tiene que quitar. Entonces empiezo a apoyarme en esto para seguir una vida estresante, asumiendo cosas que me tocaban y que no me tocaban. Jamás diciendo no puedo más y jamás diciendo ‘ayudarme’ y no me refiero a las drogas, sino tú puedes con todo, eres la diez y si puedes ser la 12 mejor”.

Sol ya consumía ansiolíticos antes de que ETA matara a su marido, pero tras su muerte y la de su hermana comenzó a ir a más, y a mezclar con alcohol. “Yo empecé a consumir antes de que muriera Manuel, yo ya consumía, pero luego en la vida te pasan cosas, y entré en la dinámica de seguir cuando muere Manuel Broseta y cuando muere mi hermana, sobre todo porque quería ser la 13. Yo no lloré el día que muere Manuel porque me propuse que yo no lloraba, que aquí estaba yo, y bueno llega un momento en el que la cabeza pasa del verde al rojo sin pasar por el ámbar y un buen día te das cuenta de que no puedes vivir sin eso”.

Sol: “Yo sabía que me quería morir”

A continuación contó cómo logró salir de ahí: “Tuve la suerte que estaba ya muy mal, pensaba que era una depresión tremenda, no me levantaba por la mañana, yo vivía sola… Tuve la suerte de que un médico al que había ido, me dijo: ‘tu problema no es una depresión, es una adicción y ahí vino el milagro [..]. Yo sabía que me quería morir y que me tenían que ayudar”. Fue entonces cuando entró en Centro Terapéutico Mare Nostrum, que antes era Centro Terapéutico del Vallés.

Además ya tuvo la experiencia previa de que a su hermana le ocurrió lo mismo pero murió sin que pudieran ayudarla: “Yo tengo la experiencia en nuestra propia familia de una hermana que nunca supimos donde llevarla y murió. Murió por una mezcla. […] Nosotros sufrimos muchísimo por no saber dónde llevarla y no saber que esto era una enfermedad. La famosa frase ‘lo haces porque quieres, déjalo de hacer’ no vale para un adicto”.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación
Salir de ver en versión AMP