El día 22 de mayo de 2004, España se despertó con una de las bodas más esperadas: el príncipe Felipe iba a casarse con Letizia Ortiz. Para ese día se citaron a más de 1.200 invitados de 28 casas reales, diferentes jefes de Estado, representante de la nobleza y la sociedad de nuestro país, los miembros del Gobierno y diversas instituciones del Estado. Madrid todavía se estaba recuperando del terrible atentado del 11 de marzo en el que más de 190 personas perdieron la vida. La capital se blindó, con grandes medidas de seguridad, para recibir a todos los asistentes que se reunieron en la Catedral de la Almudena y después en el banquete en el Palacio Real.
La boda real se vio afectada por la lluvia. La gran tormenta con la que se despertó la capital hizo que se tuviera que cambiar uno de los planes que estaba previsto. Se esperaba que doña Letizia saliera, acompañada de su padre, por la Puerta del Rey del Palacio Real y que caminara por una alfombra roja hasta llegar a la Catedral. Finalmente, se abortó esta misión y la novia tuvo que desplazarse en un Rolls-Royce cubierto para evitar que se mojara debido al diluvio.
Letizia Ortiz estuvo acompañada por dos damas de honor: Ana Victoria Codorniú Álvarez de Toledo y Claudia González Ortiz. Ambas fueron vestidas por el diseñador Lorenzo Caprile con un estilo muy definido. Los vestidos estaban inspirados en diferentes cuadros de Goya. Ana Victoria es bisnieta de la infanta María Cristina de Borbón por parte de madre y la relación de sus padres con la Familia Real es muy buena. Mientras que Claudia es la prima de la novia.
No fue hasta que la boda había finalizado y ya se habían convertido en matrimonio cuando el cielo dio una tregua. En ese momento, miles de madrileños salieron a las calles para ver el recorrido que hicieron don Felipe y doña Letizia hasta terminar con su aparición en el balcón del Palacio Real.
Como detalle, fue uno de los secretos mejor guardados y no se reveló hasta que Letizia Ortiz se bajó de ese coche: el vestido. Era una creación que había realizado el modisto español Manuel Pertegaz con seda de la casa Rafael Catalá y adornos con bordados en hilos de seda y plata. El vestido tenía tanta tela que, al mojarse con la lluvia, pesaba más de lo habitual y se pudo ver como a la novia le costaba moverse de manera ligera.
Tal y como suele ocurrir en este tipo de eventos, siempre existen anécdotas que se conocen una vez ha pasado el gran día. ¿Quieres conocer una de las más curiosas? Te contamos el contratiempo que tuvo la novia en este día tan importante.
El contratiempo que sufrió la reina Letizia el día de la boda
Los nervios cuando vas a dar el 'sí, quiero' siempre están ahí. No obstante, doña Letizia sumó un contratiempo más. Y es que el día de la boda, la novia además de estar emocionada y con los ojos brillosos, arrastraba un buen resfriado. Tal era su estado que tuvo que tomar medicación para poder estar perfectamente durante toda la jornada.
Hay que recordar que se tuvo que despertar casi de madrugada para comenzar a prepararse después de la cena de gala que se realizó la noche anterior al gran día. Esto quiere decir que apenas pudo dormir. Pero a la emoción y esa falta de sueño se le sumó un poco de fiebre debido al resfriado. Además, muchos expertos en Casa Real aseguraron que en los días anteriores al enlace adelgazó y el vestido no le terminaba de quedar del todo bien. Sin duda, un momento histórico que todos recuerdan y del que ahora se cumplen 20 años.