Este sábado 2 de junio a las 11:00 horas se producirá la jura o promesa de Pedro Sánchez, de 46 años, como nuevo presidente del Gobierno, lo que convertirá a su mujer Begoña Gómez Urzaiz, en la nueva ‘primera dama’.
A diferencia de su antecesora, la mujer de Mariano Rajoy, Elvira Fernández, a Begoña le gusta estar muy presente. Acompaña a su marido a todos los actos y eventos importantes, ya sean políticos o culturales como entregas de premios o estrenos de películas, y casi siempre suelen aparecen de la mano y conjuntados con el color. Un perfil muy diferente al de ‘Viri’, a la que le caracterizaba ser una mujer muy discreta, aunque casi invisible.
Begoña es el principal apoyo de su marido y a los dos les gusta presumir del amor que se profesan. Es frecuente que nos deleiten con besos y abrazos en actos, algo que no les importa hacer en público porque los dos son “muy apasionados”, según explicó Begoña a Susanna Griso en un programa.
La mujer de Pedro tiene 43 años, es de Bilbao aunque se crio en León. Estudió en colegios mixtos y laicos con un nivel medio de inglés. Después estudió Marketing en el ESIC, en Madrid, y cursó dos masters, uno de ellos de Dirección de Empresas.
Se dedica al Marketing. Es experta en captación de fondos para diferentes ONGs y ha sido asesora de entidades como Oxfam Intermón, Amnistía Internacional, el Tercer Sector de la Complutense o Anesvad. También ha trabajado para varias multinacionales, como Ono, Old El Paso o Deutsche Bank.
Desde 1999, hace 18 años, trabaja en Task Force, como socia y directora. La compañía fue absorbida en 2014 por Inmark Europa, en la que ocupa el puesto de directora de consultoría para la subcontratación con otras empresas. Una especialización que le ha llevado también trabajar con la Universidad Complutense, donde codirige e imparte clases del título en Dirección de Captación de Fondos para el Tercer Sector.
Tuvieron un flechazo y Pedro le pidió matrimonio en un restaurante
La pareja se conoció en el año 2003 en la fiesta que organizó un amigo de Pedro en un chalet de Las Matas, Madrid. Como anécdota, los dos iban vestidos de color rojo, uno de sus colores preferidos con el que les gusta vestir. “Fui con unas amigas y allí me presentaron a Pedro. Fue un flechazo, la verdad”, contó Begoña en el programa de Jesús Calleja.
Pedro también habló de su historia de amor en el programa de Bertín Osborne, de Mediaset. “Me enamoré con 31 perdidamente de mi mujer. Fue en la casa de un amigo mío en una fiesta de cumpleaños. Tuve que empeñarme mucho unas cuantas veces. Me lo puso difícil”.
Además desveló como al poco tiempo se instaló en el piso de su novia, en el barrio madrileño de La Latina. “Fui yo quien puse el cepillo de dientes en su casa, ella tenía un piso montado más grande que el mío”. También desveló cómo le pidió la mano: “Le pedí matrimonio en un restaurante y fue muy bonito porque mi hija mayor era muy pequeñita, poco más de un año, la pusimos muy mona”.
Se casaron al año de tener a su primera hija
Se casaron por lo civil en 2006 en el ayuntamiento de Madrid, en un acto que ofició su amiga, la exministra Trinidad Jiménez. La pareja tiene dos hijas Ainhoa, que nació en 2005, -un año antes de casarse-, y Carlota, que vino al mundo en 2007. Las dos estudian actualmente en un colegio público de Pozuelo de Alarcón, Madrid, situado cerca de su casa, en Somosaguas, que ahora tendrán que abandonar para irse a la Moncloa.
Una cuestión de la que en su día habló Begoña en una entrevista, en la que comentó que si su marido se convertía en presidente, preferiría seguir viviendo en su casa, al igual que también manifestó su deseo de continuar con su trabajo.
Al matrimonio se le compara con 'los Obama españoles' y a Begoña Gómez se la compara con Michelle. Se la considera una mujer ambiciosa, con carácter, divertida y con las ideas claras. Su marido destaca de ella que es “constructiva, positiva, siempre mira las cosas buenas de la vida”.
En 2016, Begoña ya se veía en Moncloa
En mayo de 2016, cuando su marido no logró formar gobierno, fue un duro golpe tanto para Pedro como para Begoña, que se quedó con una gran decepción ya que en aquella época se veía ya con un pie en Moncloa. Meses antes solía repetir tras las cámaras: “Nos vemos en Moncloa”, según señalaron amigos íntimos de la pareja y de su círculo más cercano. Un deseo que ahora se ha hecho realidad.
Entre los intereses de Begoña está la moda, -la hemos visto en algún desfile de la pasarela Cibeles-, cuida mucho sus estilismos y su silueta. Le gusta hacer deporte, como a su marido, va a un gimnasio cerca de su casa en el que practica aerobic y pilates.
La pareja comparte además otras aficiones como el viajar, el teatro y la música. Les pudimos ver en un concierto de Bruce Springsteen, en 2016. También les gusta ‘La habitación roja’ o Björk. Además los dos son muy románticos, la clave de su éxito de pareja. “Me ha escrito cartas de amor. Lo tengo todo guardado en un baúl pequeño de madera”, desveló Begoña a Susanna Griso en televisión. (No te pierdas la galería de imágenes de la nueva primera dama).
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