Bibiana Fernández, de 64 años, ha concedido una entrevista en la que ha hablado, una vez más, sin pelos en la lengua de todo tipo de temas, entre ellos del movimiento #MeToo, contra el acoso sexual: “¿Cómo no voy a defender que la mujer tenga derecho a decir que no?”.
Sin embargo, se ha mostrado reacia a los radicalismos y defiende que se siga piropeando por la calle: “Pero entre eso y que quieran multar a la gente por decir un piropo... Mira, yo paso la prueba del andamio y, cuando voy por la calle, aún me caen piropos. Y si a ese hombre le ponen una multa, se la tengo que pagar yo por el subidón que me ha regalado. La grosería me molesta, pero eso no significa que nos convirtamos en asexuados. Se está demonizando el deseo y, si se acaba la seducción, se acaba la vida. Es un puritanismo absurdo, es escandalizarse por hobby”, ha señalado en la revista ‘Papel’.
La actriz también ha hablado de sexo. Mientras en un pasado señaló que se podía vivir muy bien sin él, ahora su opinión ha cambiado: “Lo dije en una época de mi vida que fui católica, pero no practicante [...] Pero que con sexo se vive mejor, es evidente. Mira, yo fui a Cuba y me enamoré de Asdrúbal en contra de mi voluntad, porque yo siempre he pensado que hay que follar cerca de casa, a poder ser en tu misma calle. Pero pasó. El caso es que en La Habana me encantó que, desde los niños de 8 años hasta los ancianos de 80, todos te miran como hombres. No ocultan una parte de instinto animal que la sociedad actual quiere borrar”.
Otro de los temas que ha tratado es la transexualidad, una palabra que no le gusta usar: “Es una palabra que usa la sociedad para etiquetarte, pero que no se corresponde con tu realidad”, para después mostrarse así de rotunda: “Soy una mujer, no una mujer transexual, como si fuera un sidecar”.
Además ha explicado el hándicap que sufren las mujeres de su edad en el mundo del cine y el artisteo: “No podemos negar que a un señor de 60 años no se le dice nada y a una señora, sí. Si estás arrugada, porque estás arrugada; si te pinchas, porque ya no tienes la cara de antes [...] ¡pues claro que no tienes la misma cara! Eso es la vida”.
Bibiana habla de su situación económica: “Sólo me queda hacer gasolineras por las noches”
Bibiana Fernández también ha hablado de sus problemas económicos. Sus deudas con Hacienda son tan elevadas que sus amigos Mario Vaquerizo y Alaska tuvieron que ayudarla y le compraron su casa, un chalet situado en Boadilla del Monte, el pasado mes de septiembre para que así ella pudiera pagar sus deudas con Hacienda.
La actriz ha explicado así su situación: “Estoy en una edad próxima a la jubilación y tengo que empezar de cero. Hacienda me lo ha quitado todo y no me parece mal, es lo que hay. Así que vuelta a empezar. Sólo me queda hacer gasolineras por las noches y cogerme un par de casas para planchar. Luego quieren que no tome pastillas...”, ha señalado.
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