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Blanca Romero habla de sus operaciones y confiesa: “Me cerraría un poco el chichi”

Aunque parezca mentira, entre madre e hija hay una diferencia de 23 años. Blanca Romero está espectacular a sus 43 años y poco tiene que envidiar a su hija, la

Aunque parezca mentira, entre madre e hija hay una diferencia de 23 años. Blanca Romero está espectacular a sus 43 años y poco tiene que envidiar a su hija, la modelo Lucía Rivera, de 20, novia de Marc Márquez. Las dos acudieron a un evento de belleza en Madrid en el que presentaron su propia línea de cosmética.

La actriz y ex de Cayetano Rivera habló ante los medios de si es partidaria o no de hacerse operaciones de cirugía estética. Aunque Blanca no es partidaria de inyectarse bótox en la cara o hacerse un lifting porque las arrugas le g

Aunque parezca mentira, entre madre e hija hay una diferencia de 23 años. Blanca Romero está espectacular a sus 43 años y poco tiene que envidiar a su hija, Lucía Rivera, de 20. Las dos acudieron a un evento de belleza en Madrid en el que presentaron su propia línea de cosmética.

La actriz y ex de Cayetano Rivera habló ante los medios de si es partidaria o no de hacerse operaciones de cirugía estética. Aunque Blanca no es partidaria de inyectarse bótox en la cara o hacerse un lifting porque las arrugas le gustan, sí tiene claro las partes que se operaría: el pecho y “el chichi”.

“Las que no me gustan son éstas”, confesaba mientras se agarraba el pecho. “Me compraría unas tetas nuevas”, reconocía  entre risas, para después añadir: “No para ponerme más, pero las volvería a subir un poco”.

Después, comentaba la segunda operación que se haría, -ésta más íntima que la primera-, dejando atónitos a todos los medios allí presentes. “Me cerraría un poco el chichi”. A continuación explicó que su hijo Martín “era muy grande”. “Yo veo a mujeres haciendo kikc-boxing, que estoy encantada, mayores que yo y con más hijos, haciendo ejercicios que yo no puedo”.

“Me cerraría un poco el chichi pero sin cambiarle la cara porque es muy mono”

Después continuó diciendo: “Si yo si salto o estornudo, tengo que retorcerme. Entonces, veo a esas señoras haciendo esos ejercicios y tengo que inventarme que tengo una lesión para no hacer esas cosas”.

Blanca revelaba que el problema de su vagina era solo por dentro, que por fuera “el chichi, lo dejaría tal cual, no le cambiaría la cara porque es muy mono”.

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