Ahora que la mascarilla ha llegado para quedarse por un tiempo, los ojos se convierten en el centro de atención. Si ya de por sí la mirada era una parte esencial del rostro, en estos días se alza como reina indiscutible a la hora de conectar con quienes tenemos enfrente y por ello últimamente está centrando todos nuestros cuidados de belleza.
Hemos tenido que taparnos la mitad de la cara para darnos cuenta de lo que destaca la mitad que dejamos al descubierto. Ese foco que hemos puesto ante el espejo nos ha desvelado imperfecciones que hasta ahora nos pasaban desapercibidas como las ojeras, las bolsas, las arrugas o el entrecejo. Todos estos problemas tienen un denominador común: nos hacen parecer más mayores.
¿Podemos rejuvenecer nuestra mirada? La respuesta es que sí, y además hay varias fórmulas para conseguirlo. Según señala el Dr. Carlos Gullón Cabrero, cirujano plástico y director médico de Clínica FEMM, los tratamientos que ofrecen los mejores resultados son la radiofrecuencia facial, el bótox, el ácido hialurónico y la blefaroplastia.
Desde Vozpópuli nos vamos a centrar en esta última solución, la blefarosplastia, una cirugía que se ha convertido en la más demandada en las clínicas de belleza desde que comenzó la desescalada y con la que podemos conseguir resultados increíbles en un tiempo récord.
¿Qué es la blefaroplastia?
Podríamos definir la blefarosplastia como la cirugía de los párpados y se recurre a ella en aquellos momentos en los que hay que corregir un exceso de piel y flacidez que produce un efecto de mirada triste o cansada. La piel de esta zona va perdiendo tersura por la continua contracción del músculo al parpadear y suele ser el primer signo de envejecimiento que se hace visible.
Existen dos formas de combatir este problema estético. Por un lado un tratamiento no ablativo con el generador de plasma PLEXR con el que se retira el exceso de piel y las arrugas alrededor de los ojos en una intervención poco invasiva. El número de sesiones necesarias dependerá de la cantidad de piel que hay que eliminar. Generalmente con una es suficiente para conseguir el resultado esperado pero, en caso de ser necesarias dos o tres sesiones, se espacian entre uno y dos meses.
Los resultados se pueden ver a los 15 días
Cuando existe una flacidez mayor, en los que el pliegue que se forma sobre el ojo es demasiado grande, hay que pasar a la blefaroplastia quirúrgica. “Es una intervención ambulatoria con anestesia local y los resultados se pueden ver a los 15 días” indica el Dr. Gullón.
En ocasiones, la blefaroplastia no solo confiere un aspecto de mirada “más despierta”, sino que también ayuda a mejorar la visión, ya que cuando el exceso de piel cuelga sobre las pestañas puede dificultar la visión periférica.
¿Para qué tipo de pacientes se recomienda?
Esta cirugía suele realizarse en pacientes a partir de los 35 años. Sin embargo, lo importante no es la edad sino la situación en la que se encuentren nuestros ojos. Hay que identificar si el aspecto cansado y que nos suma años tiene como responsable directo la flacidez de la piel y los cúmulos de grasa o puede derivarse de otros elementos que recomienden otro tipo de tratamientos.
Desde las clínicas FEMM recomiendan la blefaroplastia a cualquier paciente que quiera revitalizar su mirada pero también hay que tener en cuenta las posibles contraindicaciones que pueden darse en personas que sufren glaucoma o hipertensión arterial. Tampoco es recomendable en pacientes que tomen anticoagulantes como el Sintrom.
Así es el preoperatorio
Cuando una persona se decide por someterse a una blefaroplastia se tiene una primera consulta con el médico especialista en la que se informa al paciente sobre todos los detalles de la operación y qué resultados puede conseguir.
A continuación es necesario realizar la historia clínica, analizar el estado general de salud de la persona y tener en cuenta algunos detalles como la edad, antecedentes, si es fumador, si toma alguna medicación o tiene alergias… En función de esta información se puede solicitar al paciente alguna prueba complementaria.
También se explora los párpados, el rostro y se termina realizando fotos para poder evaluar los resultados tras la cirugía.
¿Cómo se lleva a cabo?
La blefaroplastia es una cirugía sencilla que suele durar entre una y dos horas y es una intervención que se puede realizar en un quirófano para cirugías menores, como el de las clínicas de medicina estética.
Al tratarse de una cirugía con anestesia local no requiere que la persona esté hospitalizada. El paciente vuelve a casa el mismo día de la intervención una vez pase el efecto de la sedación. Eso sí, es muy recomendable que acuda acompañada, pues no se debe conducir o utilizar transportes donde haya aglomeraciones o riesgos de empujones o caídas.
¿Y después de la cirugía?
Tras la cirugía se aplica una pomada oftálmica y frío, bien a través de apósitos, bien mediante hiloterapia, para reducir la inflamación. En la primera semana es normal presentar hinchazón y cardenales en los párpados, pero ambas irán desapareciendo. En dos semanas la persona puede volver a su vida normal.
La blefaroplastia no suele tener un postoperatorio doloroso. En aquellos casos en los que el paciente notara molestias o algún tipo de dolor, son suficientes los analgésicos comunes para combatirlos.
Los pacientes acuden a revisiones tras la cirugía, donde el médico examina el estado de la cicatriz y los resultados. ¿Cuántas son necesarias? Lo recomendable es al menos seis revisiones en el primer año tras la operación.
Los resultados que se obtienen
Al eliminar el exceso de piel del párpado y las patas de gallo se termina con el aspecto de cansancio en la mirada, los ojos parecen más grandes y, en definitiva, se consigue rejuvenecer la mirada. Se trata de una cirugía que proporciona juventud al rostro de manera muy natural y discreta ya que no es inapreciable la intervención quirúrgica.
Esta discreción se logra gracias a la ausencia de cicatrices visibles. Cuando se realiza una blefaroplastia en el párpado superior, la incisión se oculta en el pliegue del párpado; incluso, si es necesario, se puede remodelar el músculo orbicular. Con la blefaroplastia inferior, la incisión se oculta bajo la línea de las pestañas y se consigue alisar la piel del párpado y eliminar las bolsas de grasa, bien extirpándolas parcialmente o bien recolocándolas en su lugar.
Los resultados pueden durar años
En numerosos casos los resultados son permanentes, pero si hubiera que retocar la zona con el paso del tiempo, se podría recurrir el generador de plasma PLEXR que, como hemos comentado al comienzo, es un tratamiento breve y menos invasivo. "Los resultados se pueden ver generalmente a los 15 días tras la operación, cuando la inflamación ha desaparecido, y duran años” indica el Dr. Gullón.
El precio de la intervención
Hay que tener en cuenta que, dependiendo de los casos, se puede precisar de una cirugía sólo en el párpado superior o necesitar un retoque en ambos. Las tarifas para el primer tipo de intervención rondaría los 2.900€, pero si nuestros caso precisa de trabajar en los párpados superior e inferior, el coste asciende a 3.900€.
Otros tratamientos sustitutos o complementarios
La radiofrecuencia facial INDIBA es el tratamiento más sencillo pero requiere de una mayor frecuencia para conseguir los resultados. Esta opción aumenta la firmeza y tersura de la piel y, como plan de choque para poner en marcha la regeneración celular, el Dr. Gullón recomienda “diez sesiones, con una frecuencia semanal, al menos hasta la sexta cita, momento a partir del cual podrían ser quincenales”.
El bótox nos va a ayudar a matizar las patas de gallo y las arrugas del entrecejo y de la frente. Su aplicación es prácticamente indolora y como tratamiento preventivo tiene unos excelentes resultados ya que, al relajar los músculos faciales se evita su contracción continuada y se evitan las arrugas de expresión. Como opción preventiva, el experto recomienda el uso del bótox una o dos veces al año.
Si nuestro problema radica en las ojeras, la mejor alternativa no quirúrgica es el ácido hialurónico con el que se elimina el aspecto de cansancio y ojos hundidos que tanto envejecen la mirada. El efecto de este opción puede llegar a durar hasta 8 meses.
Todos estos tratamientos pueden utilizarse por separado o combinados. Sea cual sea la opción que elijamos, el resultado final será un aspecto más saludable y joven gracias a una nueva mirada.
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