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La guerra de los Boyer e Isabel Preysler: una infidelidad, la mala relación de los hermanos y una polémica herencia

Han pasado cuatro décadas desde que el inicio de la relación de Miguel Boyer e Isabel Preysler desencadenara una guerra que, a día de hoy, deja clara la fractura de la familia

Con la discreción con la que intentó vivir, el pasado 23 de febrero fallecía Laura Boyer, la mayor de las hijas que tuvo Miguel Boyer y su primera mujer, Elena Arnedo. Economista de profesión al igual que su padre, la primogénita del expolítico era despedida hace unas horas en el Tanatorio de La Paz de Madrid rodeada de su familia. Algo que volvía a poner de manifiesto la fractura que hay en la familia Boyer.

Y es que, tal y como se esperaba, Ana Boyer, hermana pequeña de Laura y fruto del matrimonio del expolítico con Isabel Preysler, no ha acudido a la capilla ardiente. Ni ella ni su madre, señalada directamente desde hace años como ‘responsable’ de la guerra familiar que desde hace décadas viven los Boyer.

Una guerra que aseguran comenzó a principios de los años 80 cuando la inesperada relación entre el que fuera ministro de Economía y Hacienda y la socialité comenzó a recorrer los mentideros populares revolucionando el panorama social.

Isabel Preysler y Miguel Boyer
Isabel Preysler y Miguel Boyer comenzaron su relación a principios de los 80.Europa Press

La relación de Miguel Boyer e Isabel Preysler

Fue en 1982 cuando comenzaron los rumores. Unos rumores que especulaban con un romance entre Miguel Boyer, quien poco después sería nombrado ministro de Economía y Hacienda por Felipe González, e Isabel Preysler, la socialité del momento. Por entonces, pocos creyeron en la veracidad de esta historia, tanto por la naturaleza de los personajes como por el estado civil de ambos.

Admirado por su labor profesional, Miguel Boyer llevaba casado desde 1964 con Elena Arnedo, reconocida ginecóloga y expolítica socialista, con quien tenía dos hijos, Laura y Miguel. Isabel Preysler por su parte, llevaba apenas un par de años de matrimonio con Carlos Falcó, su segundo marido, y padre de su hija Tamara Falcó, nacida en noviembre de 1981.

A pesar del escándalo, Isabel y Miguel continuaron con sus respectivas relaciones, que permanecían ajenas a la relación secreta que mantenía la pareja. Al menos Carlos Falcó, porque según apuntan, Elena Arnedo pronto descubrió que los rumores eran ciertos. Así, en verano de 1985, cuando la historia ya era un secreto a voces, el matrimonio Boyer decidió separarse apenas unas horas después de la dimisión del ministro. Unos días más tarde, la socialité y Carlos Falcó hicieron pública su ruptura.

Unas semanas después, Isabel y Miguel comenzaban su vida en común. Una relación por la que casi nadie apostaba y que duró tres décadas. Sin embargo, inició una guerra familiar que a día de hoy vive sus consecuencias.

Isabel Preysler y Miguel Boyer
Tras romper sus matrimonios, Isabel Preysler y Miguel Boyer comenzaron una vida juntos.Europa Press

Según aseguraron, los hijos de Miguel Boyer nunca aceptaron que su padre rompiera así su matrimonio para iniciar una nueva vida con la socialité. Algo que años más tarde, Miguel Jr., hijo del economista, confesó en declaraciones a ‘OK diario’: “Desde 1985 no volvió a ser el mismo. Hasta entonces había tenido una carrera meteórica, pero luego no volvió a dar pie con bola. (…) Traicionó muchas cosas, a su exmujer, a su familia, a la política, a sus compañeros del PSOE”.

Aunque al parecer, fue su primogénita, Laura, la que más afectada quedó tras la separación. Una separación de la que acusaron directamente a Isabel Preysler.

La nula relación entre Ana Boyer y sus hermanos

Sin duda alguna, la inexistente relación entre Ana Boyer y sus dos hermanos mayores, Laura y Miguel, llamó la atención desde temprano. Cuando la hija pequeña de Isabel Preysler nació, Laura tenía 23 años. Sin embargo, aseguran que no ha sido la diferencia de edad el verdadero culpable de esta relación. Al parecer, la primogénita de Miguel Boyer siempre culpó a la mujer de su padre de haberla alejado tanto de él como de Ana. Así lo confesó hace unos años a la revista ‘Lecturas: “Nunca he tenido relación con ella. Su madre se ocupó de que Ana no nos tuviera cariño ni a mi hermano ni a mí”.

Así, las hermanas crecieron separadas y sin ningún tipo de relación. Algo a lo que parece también contribuyeron las críticas y ‘ataques’ que Laura lanzó públicamente contra Isabel, provocando un rechazo en Ana. Un rechazo que muchos evidenciaron en el funeral del expolítico en 2014 cuando Laura era consolada por Tamara Falcó, a quien no le une ningún vínculo familiar, mientras Ana se mantenía detrás de ellas sin dirigir la palabra a su hermana.

Laura Boyer y Tamara Falcó
Laura Boyer y Tamara Falcó en el funeral de Miguel Boyer en 2014.Europa Press

Sin embargo, tal y como apuntó ‘Vanitatis’, en 2015 hubo un leve acercamiento entre ellos. Fue durante el funeral de Elena Arnedo: “Se dieron el pésame de forma cordial y por teléfono, pero nada más allá de eso” declaró una fuente familiar.

Un discreto acercamiento después de muchos años que, tal y como muchos vaticinaron, no llegó a unir a los hermanos. Y es que si las posibilidades eran pocas, la guerra que provocaron las últimas voluntades del exministro terminó con ellas.

Ana Boyer
Ana Boyer no ha mantenido apenas relación con sus hermanos por parte de padre.Europa Press

La guerra familiar por la herencia de Miguel Boyer

Fue en septiembre de 2014 cuando, dos años después de sufrir un ictus del que no llegó a recuperarse completamente, Miguel Boyer falleció. Así, comenzaba la batalla por la herencia del economista sembrada de acusaciones y críticas entre las dos partes: por un lado, los hijos mayores, Laura y Miguel Jr., y por otro, Isabel y su hija Ana.

Y uno de los primeros problemas llegó cuando se aseguró que Boyer había cambiado el testamento poco antes de morir, beneficiando a la socialité en el tercio de libre disposición, tal y como apuntó ‘ABC’.

Durante los cuatro años que tardaron los herederos en ponerse de acuerdo para repartir la herencia, algo que se cerró el 13 de febrero de 2018 cuando se firmó la escritura notarial de partición de la herencia, las recriminaciones y acusaciones no cesaron.

Acusaciones como las que hizo Miguel Boyer Jr. en 2016 a ‘Vanitatis’ asegurando que Isabel dejó a su padre “pelado en vida”, o recriminaciones ante la actitud del albacea designado por su padre, su tío Christian: “No ha hecho nada, ni una gestión, y eso no es lo que quería mi padre, que estaría dolido por lo que está haciendo. Me imagino que está más pendiente de Isabel que de nosotros. Le hace la pelota a ella, para qué va a ocuparse de nosotros… Los poquísimos bienes de mi padre que podamos reclamar están en su casa, pero a ella no le interesa repartir”.

Como era de imaginar, la socialité siempre negó haber interferido en el proceso, asegurando que había facilitado que se hiciera el inventario necesario para el reparto.

Isabel Preysler y Ana Boyer
Se acusó a Isabel Preysler de interferir en la herencia de Miguel Boyer.Europa Press

El testamento del expolítico era claro: a partes iguales. Así, dejó señalado que las dos terceras partes que conforman el tercio de la legítima y de mejora fueran a partes iguales para sus tres hijos, mientras que Isabel tendría el usufructo de una parte de sus bienes.

Unos bienes que no eran muchos. Aseguran que cuando el exministro murió, su patrimonio se había reducido bastante. Según Preysler, el dinero se destinó a los cuidados que necesitó su marido tras sufrir el ictus, unos costes tan elevados que hicieron que la propia Isabel se hiciera cargo de parte de ellos.

Así, parece que los bienes a repartir tenían más valor sentimental que económico, entre ellos los 6.000 ejemplares que formaban la biblioteca del exministro y cuadros heredados de su familia. Y aunque fueron muchos los que miraron a la casa de Puerta de Hierro, valorada en cerca de nueve millones de euros, esta figuraba a nombre de la socialité.

Cuatro años después de la muerte del exministro, sus herederos alcanzaban el esperado acuerdo, dentro del plazo establecido, a pesar de que lo que aseguró en 2018 Isabel Preysler a ‘El Español’: “En el otro lado ponen muchas pegas, por eso aún no se ha producido el reparto. De parte de Ana y la mía no hemos puesto ninguna”.

Una versión contraria a la que ofrecía al mismo medio Miguel Boyer Jr.: “Aunque yo le he insistido mucho, no nos ha cedido absolutamente nada. Ni un libro de la famosa librería de mi padre, ni una obra de arte de las que había heredado de su familia, ni un mísero reloj que nos sirva de recuerdo, o siquiera unas zapatillas viejas”.

Resuelta la herencia, Isabel confesó a la revista ‘¡Hola!’: “No he sido la gran beneficiada en el reparto. He recibido lo que dice la ley para cualquier viuda, y lo que reciben las viudas en la mayor parte de los casos”.

Isabel Preyser y Miguel Boyer
Isabel Preyser y Miguel Boyer estuvieron juntos tres décadas.Europa Press

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