Es totalmente cierto eso de que no hace falta ir a la playa para disfrutar del verano. España y sus provincias de interior esconden numerosos lugares en los que refrescarse y desconectar en plena naturaleza con la banda sonora de los pajaritos de fondo. Es el caso de Burgos, una provincia llena de ubicaciones sorprendentes en las que vivir un verano fresquito en medio de Castilla. Estos son cinco de los oasis naturales burgaleses a los que ir a refrescarse este verano.
La playa de Burgos
En la orilla sur del Embalse del Ebro, se encuentra la llamada playa de Arija, un lugar de arena blanca y aguas cristalinas donde se puede disfrutar de un buen baño y un picnic, como si se estuviera en cualquier playa de España. Uno de sus grandes atractivos es la posibilidad de realizar en sus aguas deportes acuáticos como el 'kite surf', el kayak y la vela, además de la ornitología, esa pasión y disfrute por el avistamiento de aves que mueva a numerosos amantes de estos animales que eligen esta zona y sus humedales para hacer una parada en sus migraciones o criar a sus polluelos.
En sus alrededores también se pueden realizar rutas de trekking y senderismo visitando sus bosques autóctonos, pero también recorrido en coche para descubrir sus rutas del románico con sus bellas iglesias y recorriendo los pequeños pueblos que rodean Arija y todos los alrededores de la provincia de Burgos.
Veraneando en familia
A orillas del río Nela se encuentra una inmensa zona de baño natural que hace las veces de playa para todo aquel que pasa por aquí a refrescarse, es el Soto de Villarcayo, en la capital de Las Merindades. Su arena permite a los visitantes poder plantar una sombrilla y una silla y su chiringuito con zonas verdes y merendero, refrescarse tomando algo y preparar una de las comidas más disfrutonas del verano en la provincia de Burgos. Además, sus instalaciones infantiles permiten a los padres y a sus hijos disfrutar juntos de un espacio de relax y desconexión en medio de la naturaleza.
Entre pantano y embalse
A diez minutos del pueblo de Espinosa de los Monteros, la capital de los valles pasiegos burgaleses, se encuentran las piscinas naturales de La Presa, un lugar lleno de naturaleza verde y aguas limpias y cristalinas en medio de la montaña donde disfrutar de un refrescante chapuzón estival. No hay que dejar tampoco de dar un paseo por su casco urbano, que convierte a esta villa en el pueblo con más monumentos históricos catalogados de la provincia de Burgos después de la capital.
De los deportes de agua al senderismo
Compartiendo frontera con Álava aparece un pantano largo y estrecho construido a mediados del siglo XX que se ha convertido a día de hoy en un oasis para los amantes de la naturaleza, las actividades al aire libre y los deportes acuáticos. Se trata del embalse de Sobrón, ubicado dentro del Parque Natural Montes Obarenes - San Zadornil, una zona donde el río serpentea formando un espectacular desfiladero de paredes verticales que merece la pena visitarlo sólo por su belleza. Allí se encuentran diferentes zonas recreativas y un embarcadero que invitan a todos los visitantes a disfrutar de este oasis rodeado de montañas con infinitas posibilidades para los deportes de agua, del turismo activo y, por supuesto, el senderismo.
Piscinas naturales
A sólo 30 kilómetros de Burgos, entre los municipios de Pineda de la Sierra y Villasur de Herreros, se encuentra uno de los puntos más conocidos para disfrutar de una jornada playera a la burgalesa, el pantano de Arlanzón, un lugar que 10 kilómetros arriba se transforma en el Embalse de Uzquiza dando paso a 15 kilómetros de costa fluvial para tomar el sol, refrescarse, disfrutar de una comida campestre e incluso pescar.
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