Cándido Conde-Pumpido ha reaparecido después de que se conociera que el miércoles fue ingresado en la planta de la unidad de psiquiatría de un hospital de Madrid, a los pocos días de que el hijo del presidente del Tribunal Constitucional fuera acusado de una presunta agresión sexual por una mujer brasileña el pasado viernes, lo que le llevó a ser detenido y pasar el fin de semana en el calabazo. El domingo el ex de Lara Dibildos fue puesto en libertad sin medidas cautelares al estimar la jueza que instruye la denuncia que las cámaras de seguridad desvirtúan el relato de la denunciante. Sin embargo, el caso y la investigación siguen adelante.
Los periodistas, que estaban haciendo guardia en la casa de Conde-Pumpido, el chalet de San Blas-Canillejas (Madrid), donde se habría producido la supuesta agresión sexual, se encontraron con él cuando se disponía a salir de su domicilio. Sin embargo, ocurrió una situación surrealista, cuando una reportera quiso asegurarse de si era el abogado penalista u otra persona, ya que llevaba casco de moto y no se le podía identificar, este se hizo pasar por un repartidor de comida rápida.
Cándido Conde-Pumpido se hace pasar por un repartidor de Glovo
En las imágenes, que ha emitido el programa 'Vamos a ver' y fueron grabadas el jueves por la noche, se puede ver a Cándido Conde-Pumpido, de 42 años, con el casco de la moto puesto en la cabeza. Entonces, se puede escuchar que una reportera le pregunta: "¿No sé si eres Cándido o un amigo". La respuesta del abogada fue sorprendente. "¡Se equivocan! Soy un repartidor de Glovo".
Los periodistas, al darse cuenta de que Conde-Pumpido les estaba mintiendo, ya que su vestimenta ni nada era la de un repartidor de comida rápida, comenzaron a hacerle preguntas. "¿Has estado ingresado, eso es cierto?". El abogado respondió: "Pasé por urgencias por una crisis de ansiedad, efectivamente, pero nada grave. Una situación de estas te genera bastante tensión".
Según explicaron fuentes cercanas al abogado Conde-Pumpido, su internamiento en el centro médico se produjo por una "patología psiquiátrica" que le ha hecho acudir al hospital en otras ocasiones. Ahora, su estado de salud se ha podido verse agravado por la presión mediática y la polémica en la que se encuentra envuelto.
Conde-Pumpido asegura que está "muy tranquilo" tras ser acusado de un supuesta agresión sexual
El abogado no quiso responder a si había podido hablar con su ex, Lara Dibildos, con la que la ruptura se produjo dos días antes de comenzar su supuesta relación con la mujer que le ha denunciado por supuesta violación, según la versión que ha dado ella. "No soy prostituta, me violó". Después explicó que Conde-Pumpido no se encontraba bien tras la ruptura con la actriz, hija de Laura Valenzuela. "Estaba triste, no comía y mezclaba medicamentos con muchas drogas: alcohol, cocaína, ketamina… En su casa me ofreció para tener sexo con sus amigos y yo me negué, me fui a su habitación y allí me forzó", aseguró en el programa 'Código 10'.
Cuando los reporteros le preguntaron por la supuesta agresión sexual, Conde Pumpido señaló ante las cámaras: "No voy a hacer ninguna declaración, solo os pediría que respetaseis la intimidad de mi casa. Lo que tenga que declarar, yo declararé". Respecto a si estaba tranquilo por la acusación por la que está siendo investigado, su respuesta fue afirmativa: "Estoy muy tranquilo. Muy, muy tranquilo".
Sin embargo, sus actos parecen demostrar lo contrario. En uno de los momentos, Cándido Conde-Pumpido se puso a hacer movimientos un tanto extraños, tratando de colocar la cámara de su teléfono móvil en diferentes posiciones para poder grabar a los periodistas que se encontraban en su casa. "Os estoy grabando yo igual que me estás grabando tú, pero tú lo estás haciendo dentro de una vivienda", dijo.
Después, advirtió a los reporteros: "Me estáis poniendo cámaras en lugares que no son permitidos para ello". "Como volváis a poner una cámara en mi casa, enfocando hacia adentro, pondré una denuncia", añadió.
Cándido Conde-Pumpido acusó a los medios de haber provocado desperfectos en la puerta de su residencia y de haber quitado de la puerta un cartel de 'vado permanente', algo que no fue así. "Estáis invadiendo una propiedad. Grabando hacia adentro. Habéis puesto cámaras en sitios que enfocan hacia adentro", señaló visiblemente molesto y nervioso, mientras se agachaba buscando cámaras ocultas por el suelo.
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