El empresario Philip J. Adkins, de 58 años, el que fuera el primer marido de Corinna zu Sayn-Wittgenstein, ha roto su silencio tras salir a la luz las grabaciones de su exmujer y ha arremetido duramente contra ella: “¿De verdad piensa alguien en España que está tratando con una persona honesta y estable? Vamos, hay muchas pruebas en su forma de expresarse en privado que indican que Corinna es una sociópata narcisista”, ha señalado en ‘Vanity Fair’ mostrando su malestar tras trascender las conversaciones. Adkins justifica estas declaraciones diciendo que las hace porque quiere proteger a su hija Nastassia, de 26 años, y al rey Juan Carlos.
Después el amigo del emérito, el hombre que viajó a Botsuana con Corinna y el monarca cuando se produjo el incidente con el elefante, ha continuado arremetiendo contra ella: “España le dio a Corinna un breve momento de atención pública y ahora ella tiene que lidiar con la dolorosa realidad de ser poco interesante e insignificante” y ha añadido: “Corinna siempre ha estado muerta por dentro. No hay cirujano plástico ni banquero que pueda cambiar eso”.
Llama con despercio y sorna a Corinna “Su Alteza Serenísima”
Corinna perdió el título de princesa tras divorciarse de su segundo marido, el príncipe Casimir zu Sayn-Wittgenstein-Sayn, por ello Adkins se dirige a ella con sorna: “Su Alteza Serenísima está haciendo, diciendo o fantaseando”.
Después el exmarido de Corinna defiende al rey emérito: “Juan Carlos es mi amigo y es un gran hombre y una figura histórica. Ha contribuido al bienestar de una Nación. Siempre tendrá mi respeto, afecto y lealtad”.
El empresario se formó en Columbia y Harvard. Es políglota habla inglés, alemán, francés e incluso japonés. Es magnate de la industria de transportes a gran escala y Consejero delegado de la empresa de portes marítimos pesados Fairstar.
Adkins enseñó a cazar a Corinna y ésta le llevó a Botsuana con el emérito
Adkins conoció a Corinna Larsen en 1989 en Francia. “Unos amigos organizaron una cena de fin de viaje en París e invitaron a Corinna, que vivía entonces allí. Fue amor a primera vista”, declaró. Dos años después se casaron y tuvieron a su hija, Nastassia Adkins, en Londres, ciudad en la que se instalaron.
Él fue quien enseñó a cazar a la princesa alemana, ya que la llevó a África a cazar en su luna de miel, en 1991. “Le compré su primer rifle y le enseñé a cazar”. Cuando ya estaban separados, Corinna le pidió que le acompañara al viaje de Botsuana que organizó el empresario sirio Mohamed Eyad Kayali para el rey Juan Carlos. Aquí fue cuando los dos se hicieron buenos amigos. “Es un hombre estupendo”, señaló al regresar de África.
Por aquel entonces defendía y alababa todavía a su exmujer, no sólo por su relación con el rey emérito sino también porque se acusaba a Corinna de haberse casado con el príncipe Casimir zu Sayn-Wittgenstein-Sayn para obtener el título de princesa. “Si algo caracteriza a Corinna es su discreción y su lealtad. Ella no es una escaladora social, eso es ridículo. Ha tenido y tiene una vida súper interesante y es muy divertida. Es el tipo de mujer que cualquier hombre, incluyendo Ernest Hemingway, perseguiría”.
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