Si se viaja a Polonia, una de las visitas indispensables debe ser la ciudad de Cracovia. Conocida por tener uno de los centros medievales mejor conservados de Europa, además de la plaza medieval más grande del continente, Cracovia tiene mucho que ofrecer al visitante. Estas son las paradas indispensables que no hay que perderse.
Qué ver en Cracovia
Centro histórico
Considerada una de las plazas más bonitas del mundo, la plaza medieval del Mercado es también la más grande de toda Europa. Sus 40.000 metros cuadrados han acogido a lo largo de la historia todo tipo de acontecimientos, desde las negociaciones entre comerciantes hasta ejecuciones públicas. Bajo el mercado se ubica el Museo Rynek Underground en el que hacer un repaso por la historia de la Cracovia Medieval.
Alrededor de la plaza
En la misma plaza se encuentran otros edificios como la Lonja de los Paños, un mercado en el que antaño se vendían especias, telas, piedras preciosas o sedas y que hoy en día es un lugar en el que comprar algún recuerdo de la ciudad. También se ubica la Basílica de Santa María y la de San Francisco de Asís, dos de los templos religiosos más importantes de la ciudad. Además de encontrarse la Torre del Ayuntamiento, la única construcción que se conserva del antiguo ayuntamiento de la ciudad.
Castillo de Wawel
A orillas del río Vístula, en la misma colina que le da nombre, se encuentra el Castillo de Wawel. Esta construcción en estilo gótico y renacentista ha sido uno de los grandes testigos de los acontecimientos históricos que ha vivido la ciudad desde convertirse en la Casa Real de los reyes de Polonia hasta la invasión del país durante la Segunda Guerra Mundial. Además, en ese mismo espacio se encuentran también la catedral de Wawel, el museo catedralicio Juan Pablo II, la Cueva del Dragón y el Palacio Real.
Desde el Castillo de Wawel sale la calle Grodzka, un Camino Real que llega hasta la puerta de San Florián y que se utilizaba para homenajear a los reyes que volvían de alguna batalla, para celebraciones o a obispos que asumían su cargo. A lo largo de la calle aparecen casas renacentistas e iglesias como la de San Pedro y San Pablo y la de San Andrés que merecen una visita.
Barbacana
Rodeando el casco histórico de Cracovia aparece la Barbacana, una fortificación circular rodeada de un foso que fue creada para defender a la ciudad de la invasión otomana. Por su buena conservación, este monumento es meritorio de un paseo por su alrededor y permite también a los visitantes recorrerlo por encima de su muralla.
Barrio Judío
Al sur del centro histórico de Cracovia se encuentra el barrio Judío, un lugar de visita obligada para entender los horrores que sucedieron en la ciudad en la época nazi. La visita podría empezar en los exteriores de la sinagoga principal para terminar visitando la sinagoga de Remuh y su cementerio. Los amantes del cine querrán pasar por la calle Szeroka y el pasaje de La Lista de Schindler, donde se grabaron diversas escenas de este largometraje.
Perderse por las calles de este barrio es una de las mejores ideas que existen, pues cuenta con una gran oferta gastronómica, de bares y cafeterías de especialidad, así como tiendas vintage en donde comprar un recuerdo del viaje. Por eso no hay que dudar en hacer una parada en la plaza Nowy se debe probar la zapiekanka, versión polaca de la pizza, un éxito entre jóvenes y turistas, que no dudan en acercarse hasta allí para probarla.
En los alrededores de Cracovia
Auschwitz-Birkenau
Además de todos los puntos clave con los que cuenta Cracovia, en sus alrededores se encuentra una de las partes de la historia mas oscura de la Europa del siglo pasado. De recordárnoslo, para que no vuelva a suceder, se ocupan las visitas que se llevan acabo en el campo de concentración Auschwitz-Birkenau, el campo de exterminio nazi más famoso del mundo y en el que se calcula que fueron asesinados 1,1 millones de judíos. Una visita obligada para conocer el horror nazi y luchar para que algo tan terrible no vuelva nunca a suceder.
Minas de sal de Wieliczka
Uno de los lugares más peculiares que tienen los alrededores de Cracovia para visitar son las Minas de sal de Wieliczka, unas minas que llevan funcionando desde el siglo XIII hasta nuestros días extrayendo una sal que se vende como sal de mesa. El recorrido, a 327 metros de profundidad, dura alrededor de dos horas y media, y permite conocer cómo se ha trabajado desde entonces en la mina y las formas de extracción de la sal. Además, se pueden ver esculturas de sal, sus lagos subterráneos y la capilla con la que cuentan en su interior.
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