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La madre de David Delfín: “Mi hijo está muy mal, hay que darle de comer”

El conocido diseñador ha empeorado de salud, parece que la muerte de su amiga Bimba Bosé le ha repercutido. Según ha informado la madre de David Delfín, éste tiene paralizada media parte del cuerpo y hay que darle de comer.

  • David Delfín, en una imagen de septiembre de 2016.

La última vez que vimos públicamente a David Delfín fue el pasado 25 de enero cuando fue a darle su último adiós a su íntima amiga y musa Bimba Bosé. El diseñador se bajó del coche en el que llegó en silla de ruedas, mientras los periodistas bajaban los objetivos en señal de respeto. Sus amigos trataron de taparle el rostro en todo momento y ocultar sus lágrimas ante tanta tristeza.

Bimba y él no sólo eran íntimos sino que además los dos luchaban juntos contra el cáncer y se apoyaban el uno en el otro. Bimba tenía metástasis en huesos, hígado y cerebro, mientras que a David le detectaron tres tumores en el cerebro de los que le operaron de dos, el otro es inoperable.

Por eso la pérdida de Bimba parece que le ha hecho recaer “su muerte removió mucho en mi hijo”, confiesa, y desde entonces está más débil de salud. “Mi hijo está muy mal. Se le ha paralizado ya media parte de su cuerpo. Hay que darle de comer, porque la mano no le responde y estamos todos muy afectados”, ha desvelado la madre de David Delfín, María González, a ‘Vanitatis’.Además ha señalado que ha tenido también una pérdida importante en el habla y la memoria

La madre de David: “Sólo le pido a Dios que David no sufra”

Aunque su madre vive en Marbella, ella y su familia han ido a visitarle a Madrid unos días: “Él no quiere que le vea así. No le gusta que esté allí y sufre por mí”, lamenta.

Además de tener una enfermera la pareja del diseñador, Pablo Sáez, no se separa de él al igual que como tampoco lo hacen sus amigos íntimos. “David tiene tan buenos amigos que todos le están cuidando y nadie le ha dado la espalda en ningún momento. Mi hijo es muy querido”, ha explicado. Lo único que María le pide a Dios es que David no sufra, “sólo le pido eso a la vida”.

Su madre ha recordado el día en que empezó la pesadilla: “Hace dos años, en fin de año, que vino a pasarlo con nosotros, empezaron todas sus dolencias. Él siempre ha sido un chico muy sano. El fin de año de 2016, estando aquí en casa, fue a ducharse y empezó con unos dolores muy fuertes en la pierna derecha. Él no sabía lo que era y nada más llegar a Madrid fue al médico y le informaron que padecía tres tumores en el cerebro”, recordaba devastada.

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