Cultura, historia y gastronomía son tres de los pilares básicos para hacer de un destino atractivo. También la naturaleza y las rutas a realizar entorno a ella, la artesanía que se trabaja en los alrededores, su cercanía con el mar o los deportes que ofrece el destino en sí mismo son otras de sus claves.
Sin lugar a dudas, y bajo estas características, hay centenares de destinos nacionales para descubrir en Semana Santa. Algunos son de sobra conocidos, pero siempre hay opciones alternativas para salirse de los recorridos más habituales. Traemos tres destinos diferentes en donde disfrutar de las vacaciones a otro nivel.
Figueras
La capital de la comarca del Alto Empordà es uno de los destinos más atractivos de la provincia de Girona, especialmente por estar ubicada entre la Cordillera Pirenaica y la Costa Brava. Su gran patrimonio monumental, del que destacan sus murallas medievales y el castillo de Sant Ferran -una fortaleza de colosales dimensiones contruida en el siglo XVIII y considerada una de las mayores de Europa-, se combina con los numerosos ejemplos de arquitectura modernista y neoclásica que salpican cualquier recorrido por el centro de la ciudad, como el edificio consistorial o el entorno del Carrer Magre, donde se ubicaba la antigua judería.
Pero si por algo se conoce a esta ciudad es por ser la cuna del artista catalán Salvador Dalí. La visita al Teatro-Museo Dalí, dedicado a este pintor considerado el maestro del Surrealismo, es el principal atractivo cultural. En el museo se encuentra una importante exposición que permite conocer la trayectoria del artista a través de numerosas obras.
Tampoco hay que dejar de visitar el Museo del Juguete de Cataluña, en el que se expone una interesante colección de juguetes de diferentes épocas,y el Museo de l’Empordà, que permite a los visitantes profundizar un poco más en la historia y el arte de la comarca.
Cartagena
En plena Costa Cálida, la Región de Murcia acoge uno de los destinos con más interés cultural de la península, Cartagena. Esta ciudad portuaria, con un emplazamiento estratégico que la ha convertido desde hace siglo en la base naval de la región, fue fundada por los cartaginenses alrededor del año 220 antes de Cristo. Su crecimiento fue exponencial hasta el periodo romano, cuando alcanzó su auge.
Es por ello por lo que entre sus calles aparecen de golpe numerosos vestigios de ruinas romanas como el Teatro Romano del siglo I antes de Cristo, el más importante de España junto con el de Mérida, o la Casa Fortuna, una casa datada de la misma fecha en la que se muestra cómo era la vida cotidiana durante el Imperio romano.
Ribadesella
Con un casco histórico declarado Bien de Interés Cultural y ubicado entre el mar Cantábrico y la verde naturaleza asturiana, el pueblo de Ribadesella se posiciona como uno de los destinos más bellos de España y, por ende, como una visita imprescindible del norte del país.
Su mezcla de urbanismo medieval con arquitectura modernista, además de su espectacular zona de playa, hacen de Ribadesella un destino de lo más interesante.
En el casco histórico sobresalen las iglesias románicas de Santa María de Junco y la de San Esteban de Leces, la capilla gótica de Santa Ana y la ermita renacentista de Nuestra Señora de Guía. No hay que dejar de visitar la fachada del Ayuntamiento, de estilo renacentista y plateresca, ni el recorrido de casonas solariegas de los siglos XVII y XVIII.
En los alrededores se encuentra la cueva de Tito Bustillo,uno de sus grandes atractivos considerada una de las joyas del arte rupestre de Europa. Especialmente, esta cueva impresiona por sus estalactitas y pinturas rupestres -por eso, muchos la comparan con Altamira-. Además, en su interior se puede visitar un pequeño museo que acoge diferentes hallazgos prehistóricos encontrados en la cueva y en los alrededores.
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