Ubicado en el Golfo de Finlandia, en pleno corazón de la región báltica, Estonia es uno de los destinos que más viajeros está atrayendo en los últimos años por su historia, su arquitectura y diseño y su naturaleza. Su capital, Tallin, nombrada Patrimonio Mundial por la UNESCO, cuenta con una de las ciudades medievales mejor conservadas del norte de Europa además de una de las más verdes, puesto que este país tiene tres cuartas partes de su superficie cubiertas de bosques y pantanos. Estonia, en lo que a naturaleza se refiere, además, cuenta con 2.222 islas, más de 3.800 kilómetros de costa y un conjunto de lagos que hacen de este destino un lugar perfecto para todos aquellos que busquen desconectar.
Además de naturaleza, la parte arquitectónica y de diseño juegan un papel fundamental en la evolución de Estonia y en su situación actual. Y es que el país báltico ha conseguido un balance perfecto combinando la tradición con la vanguardia a través de diferentes proyectos arquitectónicos que le convierten en un destino ideal para los amantes de la historia, pero también de lo contemporáneo.
Uno de esos ejemplos es el Barrio Rotermann de Tallin, una zona localizada entre el casco antiguo, el puerto y la plaza Viru que, con sus casi 190 años de historia, combina a la perfección una arquitectura única donde antiguos edificios industriales abandonados se han convertido en obras maestras de la arquitectura moderna.
Allí se encuentra también la Casa del Diseño de Tallin, un edificio emblemático que celebra el legado de diseño de Estonia y promueve la colaboración creativa e interdisciplinaria. Este espacio multifuncional destaca como un faro de creatividad y refleja el espíritu innovador del país. La capital de Estonia se ha llevado el premio al Edificio Estonio de Hormigón del Año con su Terminal de Cruceros del Puerto de Tallin, un edificio que muestra la capacidad de Estonia para transformar la funcionalidad en arte, demostrando su compromiso con la excelencia arquitectónica, la estética industrial y el ingenio estonio.
Más arquitectura fuera de la capital de Estonia
A unos 35 kilómetros al oeste de Tallin, en el pueblo costero de Laulasmaa, se encuentra el Centro Arvo Pärt, un tributo al ilustre compositor estonio diseñado por los arquitectos españoles Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano, del prestigioso estudio de arquitectura español Nieto Sobejano Arquitectos, en colaboración con el estudio de arquitectura estonio Luhse & Tuhal. Ellos han sido los responsables de crear este espacio enfocado a la reflexión y a la espiritualidad inspirándose de la música de Arvo Pärt, conocida por su silencio y geometría dando como resultado la creación de un equilibrio armonioso entre la arquitectura moderna y el entorno natural que le rodea.
Otro de los grandes ejemplos de arquitectura y diseño fuera de Estonia son las Villas Naturales de Maidla, un micro-hotel ubicado en el bosque estonio del condado de Rapla diseñado por el estudio de arquitectos b210 y encabezado por la arquitecta Mari Hunt. Estas tres villas levantadas al borde del pantano representan la sostenibilidad y la armonía con el entorno, además de una gran belleza natural y arquitectónica que vale la pena conocer y descubrir de primera mano.
Tampoco se queda atrás el Museo Nacional de Estonia, localizado en Tartu, otro de esos grandes ejemplos que conectan el pasado y el presente del país báltico. Su diseño contemporáneo entrelaza con maestría la historia y la cultura, capturando la esencia de Estonia y convirtiéndose en un testigo de la evolución de la nación a lo largo de los años.
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