Convertida en una de las islas más demandadas del Mediterráneo, Ibiza ofrece muchos más planes que sol, playa y fiesta. Sus tranquilos rincones naturales, como el Parque Natural de Ses Salines, y su rica herencia cultural se transforman en parte de sus atractivos. Ya sea que se busque aventura, relajación, cultura o gastronomía, Ibiza tiene planes para todos.
Catas ecológicas
El vino es uno de los atractivos cada vez más de moda en Ibiza. La aparición de nuevos proyectos, especialmente los enfocados a la sostenibilidad y el cuidado del medio, convierten estos lugares en espacios de peregrinaje mucho más atractivos para los amantes del vino. Es el caso de la bodega ecológica Can Rich donde variedades de uva tradicionales e importadas se cultivan en más de 17 hectáreas de terreno. Durante la visita se enseña sobre el proceso del cultivo de la uva, desde la plantación hasta la recolección, y se realiza una cata donde se puede degustar una selección de sus mejores vinos y cavas.
Convertirse en espeleólogo
Una de las excursiones más interesantes de Ibiza es la visita a diferentes cuevas. Las Cuevas de Can Marçà, situadas en el norte de la isla, son uno de los tesoros naturales de Ibiza. Con más de 100.000 años de antigüedad, ofrecen una impresionante muestra de estalactitas y estalagmitas, así como vistas espectaculares del mar. Tampoco se queda atrás la Cueva de La Luz donde, según cuentan las leyendas, este lugar misterioso fue utilizado por diversas culturas a lo largo de la historia tanto para rituales indígenas como refugio de piratas.
Pueblitos aledaños
En los alrededores de Ibiza se encuentran diferentes pueblos que merecen una visita.
Santa Gertrudis de Fruitera, situado en el centro de la isla y conocido por sus casitas blancas y su comunidad artística, es uno de ellos. Sus bares y restaurantes son uno de sus atractivos, además de las pequeñas boutiques y tiendas de artesanías.
Otra pequeña aldea tradicional de casas encaladas es San Carlos, un pueblito que en los años 60 y 70 se dio a conocer por la llegada de comunidades hippies. Para terminar, vale la pena acercarse a Sant Jordi de Ses Salines, donde se esconde una iglesia fortificada blanca del siglo XV con 26 almenas. Allí se celebra cada sábado un mercadillo donde comprar desde comida o artesanía hasta ropa.
Cocina tradicional y de altura
La gastronomía es uno de los puntos clave de la isla de Ibiza, y uno de los grandes atractivos para isleños y turistas. Si lo que se busca es disfrutar de la cocina local, el restaurante Cas Pagés en la costa este de la isla es una apuesta segura. Y es que en este restaurante que lleva abierto más de 50 años se ofrece una de las mejores cocinas tradicionales de la isla. No hay que dejar de probar platos típicos como el "bullit de peix" (guiso de pescado) y el "sofrit pagès" (un plato a base de carne, patatas y verduras), y tampoco el licor de hierbas ibicencas, un destilado tradicional que se elabora con plantas de la isla.
Distinguido con 1 Sol Repsol y reconocido en la Guía Michelin se encuentra el restaurante The View, donde Óscar Salazar ofrece tres menús degustación inspirados en el Mediterráneo. Con una Estrella Michelin y una Estrella Verde, aparece el restaurante Es Tragón, un local ubicado en una hermosa villa dentro de un pinar cuyo menú hace un viaje a través de las diferentes culturas y civilizaciones mediterráneas a través de la cocina.
Descansar frente a Es Vedrà
En lo alto de un acantilado, enclavado en un bosque de pinos en la costa oeste de la isla, se encuentra el hotel 7Pines Resort Ibiza, una suerte de alojamiento con vistas panorámicas al mar Mediterráneo y la mágica isla de Es Vedrà. Su estilo de lujo relajado y encanto ibicenco definen a la perfección los valores que pusieron de moda esta isla hace décadas. Los visitantes que llegan hasta este hotel se alojan en suites y villas de estilo ibicenco encaladas que respetan el diseño auténtico de la isla con toques contemporáneos. Además, su gastronomía, su oferta de wellness y la naturaleza que le rodean, convierten este alojamiento en un destino para la relajación y la desconexión.
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