El proceso de divorcio de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin está siendo largo y complejo y por el camino, ha habido mucha tensión y discusiones por las elevadas exigencias económicas que pedía el ex duque de Palma, lo que llevó a la hermana del rey Felipe VI, a imponer también tres cláusulas drásticas, si quiere recibir el dinero que pide. Además, la hija del rey Juan Carlos I también decidió retrasar el divorcio a después del verano, por estas exigencias de su ex y por "una cuestión emocional", no perdía la fe en volver a estar juntos y aún sigue llevando la alianza de casada; cuando la firma se esperaba que se produjera en junio, después de que su hija pequeña Irene Urdangarin, cumpliera 18 años.
A pesar de que parecía que entre ellos las aguas se habían calmado, tras verles darse un beso en un partido de balonmano de Pablo Urdangarin, se ha conocido que vuelve a haber tensión tras producirse una gran bronca entre Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina y su hija Irene, después de que esta haya decidido no comenzar en la universidad este curso y tomarse un año sabático, como te contamos en ‘Vozpópuli’.
Sin embargo, peleas aparte, el acuerdo de divorcio parece que sigue adelante y la firma se producirá en Barcelona antes de noviembre, casi dos años después de anunciar su separación, que se produjo el 24 de enero de 2022, cinco días después de que salieran a la luz las fotos de Urdangarin, paseando de la mano de otra mujer, su novia Ainhoa Armentia, en la playa de Bidart.
Todos los detalles del acuerdo de divorcio de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin
Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina ya tienen todos los puntos del acuerdo de divorcio consensuados, solo faltan los últimos flecos y que lo firmen. Aunque no tienen prisa, “antes de noviembre ya debería estar todo”, por lo que se espera que la firma sea dentro de poco. Sin embargo, la firma de divorcio no se hará pública y los dos tratarán de mantenerlo en secreto, según han señalado fuentes de su entorno a ‘Vanitatis’.
Entre los detalles que han trascendido se sabe que la firma de divorcio será ante notario y en Barcelona, ciudad en la que se casaron, y no en Ginebra (Suiza), el lugar donde vivieron juntos antes de la entrada en prisión de Iñaki Urdangarin por el caso Nóos y de la separación.
El matrimonio de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin se rige por el Código Civil de Cataluña, donde prima la separación de bienes, ya que no sirven las capitulaciones matrimoniales. Según la ley catalana, si un matrimonio se divorcia o separa, cada parte mantiene su patrimonio y no tiene que darle nada al otro cónyuge.
Solo tienen una propiedad en común
Cuando estaban casados, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin tenían varias propiedades: apartamentos en Palma, locales y garajes en Terrassa y la casa de Pedralbes, mal llamado palacete, a la compra de este chalet de más de 1.000 metros cuadrados, les ayudó el rey Juan Carlos. El Emérito le hizo a su hija un préstamo ante notario de 1,2 millones de euros en 2004.
Después el palacete de Pedralbes lo vendieron en 2015 a una familia extranjera por 6,9 millones de euros, una cifra bastante inferior a la que comenzaron pidiendo que fue de 9,8 millones de euros.
De todas las propiedades que tuvo el matrimonio, solo se quedaron con la casa de Bidart, una propiedad que tienen al 50% la infanta Cristina y el otro 50%, Iñaki Urdangarin, y que así se repartirán. Se trata de un apartamento que está cerca de la playa, con varias habitaciones, que no es muy grande y no tiene lujos, según el citado medio.
En principio, no van a vender esta propiedad de Bidart, se van a quedar con ella para poder seguir disfrutándola los dos. La infanta Cristina pretende seguir yendo en sus vacaciones para mantener estupenda relación que tiene con la familia Urdangarin. "Son para ella su familia", han indicado las fuentes. De hecho, este verano la infanta Cristina pasó unos días con su ex suegra, Claire Liebaert, en Bidart, y sus ex cuñados.
El dinero que recibirá Iñaki Urdangarin
Como decíamos, las exigencias económicas de Iñaki Urdangarin han supuesto un obstáculo y un retraso a la hora de avanzar con el proceso de divorcio pero al final, antes de verano, lograron llegar a un acuerdo.
La infanta Cristina tiene dos empleos, trabaja en la Obra Social La Caixa y en la Fundación Aga Khan, un trabajo por el que cobra un sueldo entre los 250.000 y los 300.000 euros anuales. Una cantidad de dinero muy elevada aunque hay que tener en cuenta que vivir en Ginebra es muy caro.
Debido a la situación económica privilegiada que tiene la infanta Cristina, ella será quien ayude económicamente de "forma modesta" al exjugador de balonmano para que pueda tener “una relación fluida con sus hijos sin tener que estar pendiente de sus ingresos”, sin que él tenga que estar pendiente de sus ingresos ya que Iñaki Urdangarin solo recibe un subsidio como preso en libertad de 463 euros al mes.
Iñaki Urdangarin no trabaja desde que abandonó Telefónica en 2012 y tras su estancia en la cárcel, le está siendo difícil encontrar trabajo. Por ello, el ex de la infanta Cristina vive en casa de su madre en Vitoria.
Debido a la débil situación económica en la que se encuentra Urdangarin frente a su exmujer, la infanta Cristina le ha estado ayudando en los últimos meses. "Le ha costeado algunos viajes para ver a sus hijos y le ha hecho algún préstamo puntual, pero Iñaki nunca ha cobrado una pensión", han señalado fuentes cercanas a ambos a ‘Vanitatis’.
Aunque se publicó que Iñaki Urdangarin pedía una pensión de 25.000 euros al mes como manutención y dos millones de indemnización, que muchos interpretaron como ‘el pago por su silencio’, una cantidad que le habrían ofrecido al vasco por publicar sus memorias; se ha conocido que recibirá una cantidad de dinero pero que “serán mucho más pequeñas” de las que se ha hablado en los últimos meses.
Por el momento, no se ha podido concretar la cantidad exacta ya que aún faltan ultimar detalles de ese acuerdo económico pero el citado medio llegó a hablar de que la pensión de Iñaki Urdangarin podría ser "de no más de 5.000 euros", algo "modesto" frente a las cifras millonarias de las que se venían hablando en programas de televisión.
Los hijos y su manutención
La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin tienen cuatro hijos: Juan, Pablo, Miguel e Irene, todos son ya mayores de edad, por lo que su manutención no es un problema. Sin embargo, como en todos los divorcios, los progenitores deben preservar el bienestar de sus hijos y garantizar que puedan seguir con sus vidas, por lo que son los responsables de su manutención hasta que sean económicamente independientes, sobre todo si están estudiando.
El rey Juan Carlos I es el que se ha encargado siempre de los estudios de sus nietos Urdangarin y Marichalar (Froilán y Victoria Federica). Sin embargo, en el acuerdo de divorcio se ha estipulado que si alguno de los cuatro hijos necesita ayuda económica de algún tipo, será la infanta Cristina y su familia quienes asuman los cargos de los costes de todo. Esto se debe a que Iñaki Urdangarin no podría sufragar estos gastos al encontrarse en una situación económica peor.
Tiene una cláusula de confidencialidad desde que se casó
Mucho se ha hablado de la cláusula de confidencialidad, algo que ya aparecía en las invalidadas capitulaciones matrimoniales.
Por el momento, los dos quieren privacidad y no están dispuestos a desvelar detalles de su vida privada, sobre todo ninguno lo hará por el bien de sus hijos y porque la relación entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin es “bastante buena”, según las citadas fuentes.
Iñaki Urdangarin sigue teniendo escoltas, pagados con dinero público
A parte del acuerdo de divorcio y la firma, hay otro asunto pendiente por resolver, el tema de los escoltas de Iñaki Urdangarin. El ex de la infanta Cristina todavía sigue contando con este privilegio, algo que ha luchado para seguir conservándolo aunque al final, es algo que depende del Ministerio del Interior, que habría tomado la decisión de seguir manteniéndole protegido para no poner en riesgo su integridad física después de su paso por prisión, por ser un personaje conocido, vinculado durante muchos años a la familia real, y por su exposición mediática.
Este servicio de escolta corre a cuenta de las arcas del Estado, se paga con dinero público, y tiene un coste cercano a los 8.000 euros mensuales.
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