Iñaki Urdangarin ya es un ciudadano libre. El exmarido de la infanta Cristina inicia una nueva vida tras cumplir la condena de cinco años y diez meses que inició el 18 de junio de 2018, cuando ingresó en prisión por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, delitos fiscales y tráfico de influencias. Una pena que el Tribunal Supremo le rebajó, y que hoy llega a su fin. Sin embargo, la vida del que fuera yerno del rey Juan Carlos es completamente diferente.
Aunque en libertad, y finalizado el intenso proceso de divorcio de la infanta Cristina, Iñaki Urdangarin se enfrenta a una etapa sin privilegios, sin trabajo y con algunos impedimentos en su vida. Aunque eso sí, muy enamorado de Ainhoa Armentia, con quien sueña construir su futuro alejado del ojo mediático.
Así lo desveló a ‘Vanitatis’ su entorno, que aseguró que Iñaki Urdangarin “tiene muchas ganas de ser un personaje anónimo”.
Tras años en el centro de todas las miradas, primero como miembro de la familia real y luego por su implicación en el caso Nóos, el exdeportista quiere alejarse de la vida pública. “No quiere aparecer en medios, ni piensa en dar una entrevista ni escribir un libro, evidentemente, ni nada parecido. Quiere abandonar la vida pública, cerrar la puerta de su pasado para poder seguir con su vida como está haciendo ahora, tranquilo y alejado de los focos”.
La nueva vida de Iñaki Urdangarin, con restricciones y sin privilegios
Iñaki Urdangarin inicia una nueva vida, ya como un hombre libre. Aunque, eso sí, mantendrá sus antecedentes penales hasta dentro de cinco años, siempre que no vuelva a delinquir. Así, durante este tiempo, y a tenor de la condena que se le impuso, el exdeportista tendrá restricciones en su libertad.
Según recoge la ley, no podrá acceder a algunos trabajos, incluso podría tener dificultades en algunas empresas para su contratación; tampoco podrá ser miembro de un jurado; ni desempeñar algunas acciones de voluntariado; e incluso tener perros de razas consideradas peligrosas.
Pero además, Iñaki Urdangarin podría verse limitado a la hora de viajar. Así lo aseguran los expertos consultados por ‘Vanitatis’ que señalan que algunos países impiden la entrada a personas con antecedentes penales, y otros, como Estados Unidos, exigen un certificado por el que podrían denegar el acceso. “Viajar es lo que puede tener más complicado, incluso dentro del espacio Schengen. Hay países, como Alemania, que no permiten la entrada a personas con antecedentes penales de cárcel de más de tres años. Viajar, en su caso, es mucho más complicado que para el resto, apunta el abogado penalista Jesús Mandri, en el citado portal.
Restricciones aparte, lo cierto es que Iñaki Urdangarin está dispuesto a construir su nuevo futuro, tal y como aseguró en un programa de radio deportivo. Y lo tendrá que hacer con unas condiciones diferentes a las que tenía antes de ser condenado. A sus 56 años, el exmarido de la infanta Cristina rehace su vida sin la protección de la Casa Real ni los contactos influyentes que le llevaron a ejercer como delegado de Telefónica en Estados Unidos, con un millonario sueldo, o a ponerse al frente del Instituto Nóos.
Tal y como desveló su abogado, Mario Pascual Vives, a Iñaki Urdangarin le está siendo difícil encontrar un trabajo, mucho menos como los de antaño. Aunque eso sí, el exdeportista ahora busca una vida discreta y modesta, alejada de la ostentación que llevaba antes, cuando era considerado un relevante hombre de poder que compró un palacete de casi seis millones de euros en Pedralbes.
Ahora, y tras una larga temporada instalado en casa de su madre, Iñaki Urdangarin vive de alquiler junto a su nueva pareja, Ainhoa Armentia. Y lo hace sin los escoltas que le han acompañado desde hace años. Tras muchas especulaciones, fue a principios del pasado mes de febrero cuando, poco después de firmar su divorcio con la infanta Cristina, el Ministerio de Interior retiraba la seguridad al exdeportista.
Así, Iñaki Urdangarin inicia su nueva vida como un español más. Sin privilegios y dispuesto a construir su futuro, intentando olvidar una larga y complicada etapa después de una agitada condena.
El paso por prisión de Iñaki Urdangarin: así han sido sus cinco años y diez meses de condena
Como decíamos, el 18 de junio de 2018, Iñaki Urdangarin ingresaba en la cárcel de mujeres de Brieva, Ávila. En enero de 2021, consiguió un permiso para salir de la cárcel unos días a la semana para hacer voluntariado en la ONG El Hogar de Don Orione.
Poco después, fue derivado al Centro de Inserción Social (CIS) de Alcalá de Henares, para someterse al programa de reinserción para condenados por delitos económicos. En marzo de 2021 fue trasladado a la cárcel de Zaballa, donde solo tenía que ir a dormir de lunes a jueves, disfrutando de un régimen abierto que le permitía estar los fines de semana en Vitoria.
Fue entonces cuando comenzó a trabajar en un bufete de abogados, donde conoció a Ainhoa Armentia. Una relación que salió a la luz en enero de 2022, dinamitando su matrimonio con la infanta Cristina. En marzo de 2022, Iñaki Urdangarin obtuvo la libertad condicional, una vez cumplidos dos tercios de la condena, y no ha sido hasta ahora, cuando ha terminado de cumplirla.
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