Iñaki Urdangarin va a tener que pasar muchos meses sin poder practicar deporte, una de sus pasiones, ya que se ha roto el codo después de sufrir un aparatoso accidente. Una mala noticia que le llega en medio del proceso de divorcio con la infanta Cristina y después de que haya trascendido la cláusula que le habría impuesto la hermana del rey Felipe para poder firmar el acuerdo: que mantenga a sus hijos alejados de su novia, Ainhoa Armentia.
El todavía marido de la infanta Cristina se rompió el codo mientras practicaba deporte y lo lleva vendado e inmovilizado.
Una persona cercana a Urdangarin ha asegurado que la lesión "no es nada grave pero ha sido aparatoso", según publica 'Vanitatis'. Sin embargo, no se descarta que tenga que pasar por el quirófano ya que en muchos casos, este tipo de fractura requiere de cirugía.
Iñaki Urdangarin se ha roto el codo haciendo deporte
Hasta que los médicos decidan si hay que operarle o no, Urdangarin deberá guardar reposo y olvidarse de hacer ejercicio físico durante unos meses. Ya no puede salir a correr ni a montar en bicicleta ni a hacer yoga, que eran algunos de sus deportes preferidos, aficiones que comparte con su pareja Ainhoa.
Iñaki Urdangarin estaba centrado totalmente en el deporte ya que se estaba preparando físicamente para poder trabajar como coach deportivo o en algo relacionado con este ámbito.
Desde que el pasado mes de marzo abandonara su trabajo en el despacho de abogados Imaz&Asociados de Vitoria, donde conoció a su novia, Ainhoa Armentia, después de que le otorgaran la libertad condicional, no ha vuelto a trabajar de nuevo. Solo después hizo durante un mes unas prácticas no remuneradas en el FC Barcelona de balonmano, equipo en el que juega su hijo, Pablo Urdangarin.
Después de esto, el todavía marido de la infanta Cristina ha pasado la mayor parte del tiempo practicando diferentes deportes. Entre ellos estaba el salir a correr casi a diario, sobre todo por el monte, para disfrutar de una total tranquilidad y de que nadie pueda verle.
Desde hace varios meses, Iñaki Urdangarin ya disfruta de una vida relajada y cómoda en Vitoria, donde ya comparte casa con su pareja. El que fuera el yerno preferido del rey Juan Carlos ya no tiene a los medios y cámaras detrás y se siente como un habitante más de la ciudad.
Además, cuando puede, viaja a Barcelona a visitar a su hijo, Pablo Urdangarin; o a Ginebra para ver a su hija Irene que sigue estudiando allí. Al que menos ve es a Juan, que vive en Madrid, y a su hijo Miguel, que reside en Londres.
