Año nuevo, imagen nueva. Así ha querido comenzar 2023 la infanta Cristina, dispuesta a lucir un aspecto más rejuvenecido, acorde a la ilusión y ganas con las que aseguran afronta esta etapa de su vida. Y es que atrás quedaron los días tristes y convulsos de su separación de Iñaki Urdangarin. Unos días que ya son cosa del pasado, tal y como apuntan desde su entorno más cercano.
Fue hace casi un año cuando la infanta Cristina descubrió, al igual que el resto del mundo, la infidelidad de su marido, quien mantenía una secreta relación con Ainhoa Armentia. Una deslealtad que se hizo pública y que dinamitó su matrimonio. Fue entonces cuando comenzó una época de cambios para la hermana del rey Felipe VI. Unos cambios tanto en su vida personal como en su aspecto físico.
Así, el pasado verano, la infanta Cristina tomaba la decisión de eliminar la característica verruga que tenía cerca de la nariz. Una intervención a la que, según apuntaron diversas fuentes, sumó algunos tratamientos rejuvenecedores para eliminar las arrugas y las líneas de expresión.
Unos evidentes cambios físicos que, sumados a un nuevo corte de pelo y la vuelta al gimnasio, demostraron que la infanta Cristina afrontaba la nueva etapa de su vida con renovada imagen e ilusión.
Sin embargo, parece que a la hija de los reyes eméritos todavía le quedaba algo por cambiar para verse y sentirse aún mejor. Algo que según aseguran, solucionó las pasadas navidades.
La infanta Cristina pasa por el quirófano para corregir cataratas y presbicia
Estas han sido unas navidades diferentes para la infanta Cristina. Las primeras como mujer soltera, y las ha vivido a caballo entre Madrid y Barcelona. Y precisamente durante una de sus visitas a la Ciudad Condal, la hermana de la infanta Elena decidió volver a pasar por el quirófano. Esta vez para corregir cataratas y presbicia.
Así lo ha confirmado la revista ‘Lecturas’ que desvela que la infanta Cristina se operó el pasado 22 de diciembre en el Centro Médico Teknon de Barcelona, la misma en la que nacieron sus cuatro hijos. Así, según apuntan, la madre de Pablo Urdangarin “quiere dejar atrás su peor época, la de una mujer solitaria, con mascarilla y gafas de lecturas”.
Y es que según señalan, fue la publicación de una imagen suya en febrero de 2022 la que animó a la Infanta a pasar por el quirófano. En concreto, fue una fotografía tomada en el aeropuerto, apenas unas semanas después de su separación, mirando su móvil con las gafas puestas. Una imagen que aseguran no le gustó nada, ya que se la veía “con aspecto cansado y triste”.
Aunque con su divorcio paralizado, tal y como han desvelado varias fuentes, la infanta Cristina afronta el nuevo año con mucho ánimo y confianza. Una confianza apoyada en los pilares de su vida: sus hijos, su carrera profesional, con la que señalan tiene nuevos proyectos a la vista, una renovada y rejuvenecida imagen y el acercamiento a su familia. Y es que, tal y como asegura la revista ‘¡Hola!’, las pasas navidades sirvieron de reunión para la familia real.
La inesperada reunión de la familia real al completo por Navidad
Así, tras años distanciados, las infantas Cristina y Elena, acompañadas de sus respectivos hijos, disfrutaron de un día de Navidad en el Palacio de la Zarzuela donde se sentaron a la mesa con la reina Sofía, los reyes Felipe y Letizia y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía.
“Hacía mucho tiempo que no compartían un momento especial, la última imagen de todos se tomó en el ochenta cumpleaños de doña Sofía, hace cuatro” apuntan desde la publicación, donde dan detalles del esperado reencuentro: “La Reina doña Sofía fue la anfitriona en la Zarzuela del Día de Navidad, que empezó con una Misa en la capilla de Palacio, a la que, seguramente, se unió el rey Juan Carlos por videoconferencia. (…) El día siguió con la entrega de regalos y terminó con el almuerzo más numeroso de los últimos años. Todos sentados a la mesa”.
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