Alrededor de las 10:30 de la mañana comenzaban a llegar los primeros curiosos que no querían perderse la Primera Comunión de la Infanta Sofía. No todos los días los vecinos de Aravaca pueden tener tan de cerca a la Familia Real y verles y tocarles a escasos metros.
A las 11:50 de la mañana, entraban a pie los Reyes, Felipe y Letizia, con las dos pequeñas, la Princesa de Asturias –vestida de azul celeste- y la protagonista, la Infanta Sofía vestida con el uniforme escolar y con corbata, como rigen las normas del Colegio Santa María de los Rosales. Después venían los Reyes eméritos, Juan Carlos, ayudado por su bastón, y la Reina Sofía; Menchu Álvarez del Valle –abuela de Letizia-, Paloma Rocasolano, -madre de Letizia y madrina de la Infanta Sofía-, Jesús Ortiz –el padre de la Reina- y su mujer Ana Togores.
Junto a ellos se encontraba una figura masculina que al principio causó un poco confusión ya que algunos creyeron que se trababa de la pareja de Paloma Rocasolano. Se trataba de Konstantin de Bulgaria, el padrino del bautizo de Sofía de Borbón e íntimo amigo del Rey.
Antes de la Eucaristía, todos posaron durante varios minutos a la entrada de la parroquia menos Ana Togores que se quedó en un segundo plano, esperando en la puerta de la iglesia. Un gesto que algunos de los ciudadanos de a pie no han visto con buenos ojos al ser la mujer del padre de la Reina y por ello parte de la familia. Sin embargo puede más el hecho de que estén casados en segundas nupcias y no contrajeran matrimonio ante los ojos de dios. El protocolo es el que manda a pesar de tratarse de un acto privado.
La protagonista del día, la Infanta Sofía, de 10 años, trataba de ocultar sus nervios bajo una sonrisa tímida pero ya estaba ahí la Princesa de Asturias para aclarárnoslo: “Sí que está nerviosa”.
Otro de los detalles ha sido que, mientras se producía el posado para los medios, hemos visto a la Reina Letizia hablando mucho con el Rey emérito, dejando patente que existe una buena sintonía entre ellos, a pesar de que a veces se ha puesto en duda su buena relación.
La ceremonia religiosa ha durado alrededor de una hora. Ya a la salida vimos a las niñas más relajadas y sonrientes, saludando a la prensa junto a sus padres, Felipe y Letizia. Los cuatro se acercaban después a saludar como gesto de cercanía y agradecimiento a la gente que se encontraba detrás de la valla de la parroquia.
Después, la familia se ha trasladado al Palacio Real donde tendrá lugar el convite y donde seguramente se reunirán con la Infanta Elena y la Infanta Cristina, como sucedió hace dos años, exactamente el 19 de mayo de 2015, cuando tomó la Comunión la Princesa de Asturias, en el mismo lugar y de la misma manera que lo ha hecho hoy su hermana, la Infanta Sofía, vestida de uniforme y con corbata. Los Reyes quisieron romper con ella las tradiciones reales y que sus hijas tomaran la Comunión con el resto de sus compañeros e igual que ellos, algo que los ciudadanos de pie han alabado.
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