En medio de las negociaciones para vender su parte de Cantora y de la polémica suscitada tras mediatizarse el enfrentamiento con su madre y con su tío Agustín, al que ha demandado por un presunto delito de estafa, Kiko Rivera ha decidido disfrutar de unos días de relax y desconexión junto a su familia. Una cita en la playa que, además, ha coincidido con el séptimo aniversario de boda del Dj e Irene Rosales.
El destino elegido para celebrar sus siete años de amor y para desconectar de todos los problemas y
preocupaciones del momento ha sido Chiclana, próxima a la playa de La Barrosa, en Cádiz, a la que se trasladaron el pasado 24 de mayo.
Este martes, el matrimonio, acompañado de sus hijas, Ana y Carlota, y del hermano de la colaboradora, ha aprovechado las buenas temperaturas de la ciudad andaluza para compartir un divertido día de sol y playa en familia, donde hemos podido ver a Kiko Rivera en paños menores.
Alejado de sus conflictos familiares, el hijo de Isabel Pantoja se ha dejado ver jugando un partido de futbol
playa con su cuñado, dándose un chapuzón en el mar y pasándoselo en grande con sus pequeñas. Mientras tanto, Irene jugaba con sus hijas en la orilla sin querer desvestirse.
Kiko Rivera, visiblemente más grueso desde el enfrentamiento con su madre
Al margen de la felicidad que muestran las imágenes, llama la atención el sobrepeso de Kiko Rivera, quien ha engordado en los últimos meses a raíz del enfrentamiento con su madre. El propio Kiko se ha referido a sus aumentos de peso en repetidas ocasiones: "Cuando tego emociones muy fuertes y me ataca la ansiedad, me da por comer", dijo.
También se refirió a este desorden alimentario en una de sus más recientes entrevistas, cuando confesó que estaba ingiriendo mucha más comida como consecuencia de lo mal que lo estaba pasando por lo de su madre y la herencia de su difunto madre.
Lo que preocupa sobre todo de la figura de Kiko Rivera es que tiene demasiada grasa acumulada en la zona abdominal, que es la más peligrosa.
La grasa acumulada en la barriga –también llamada visceral– produce hormonas del estrés, como el cortisol, y sustancias inflamatorias, llamadas citocinas, que afectan la producción de insulina de tu cuerpo. Además de un poco antiestético (ojo, para algunos), este tipo de grasa blanca se expande en el abdomen se adhiere a los órganos, lo que puede provocar serios problemas, como diabetes tipo 2 o una enfermedad cardiaca.
Por lo tanto, y sin ánimo de meternos donde no nos llaman, aconsejaríamos a Kiko Rivera que se pusiera en manos de profesionales o que se informara al respecto sobre cómo puede uno adelgazar esta zona del cuerpo.
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