Kiko Rivera ha sido el primer invitado de la nueva temporada de 'Mi casa es la tuya'. El DJ ha visitado a Bertín Osborne para ser entrevistado y hablar largo y tendido sobre sus problemas con las drogas, la relación con su hermana Chabelita y otros momentos destacados de su vida.
Su mujer, Irene Rosales, también ha visitado la finca sevillana de Bertín para acompañar a Kiko durante sus confesiones más duras. El encuentro ha mostrado la fuerza del vínculo que les une a pesar de los recientes rumores de infidelidad que han planeado sobre la pareja.
Kiko Rivera habla de la ausencia de su padre en 'Mi casa es la tuya'
En su extenso encuentro con Bertín Osborne, Kiko Rivera ha recordado a su padre Paquirri que falleció cuando él solo tenía siete meses. Los únicos recuerdos que Kiko tuvo de su progenitor durante su infancia fueron "fotografías y vídeos".
El pinchadiscos ha contado que se dio cuenta porque su madre pedía todos los 26 de septiembre que no se pusiese la televisión. Sin embargo, un día él consiguió encender la pantalla y visionó las duras imágenes de la muerte de Paquirri: "Entendí que a mi padre le había matado un toro y que nunca iba a volver del viaje que me habían dicho".
Entendí que a mi padre le había matado un toro y que nunca iba a volver del viaje que me habían dicho
Bertín también ha aprovechado para preguntarle por su relación con sus hermanos Cayetano y Francisco Rivera. El hijo de la Pantoja solo ha tenido buenas palabras hacia ellos: "Me llevo muy bien, no tenemos una relación de hermanos diaria, pero nos llevamos bastante bien". No se ha pronunciado sobre la crisis de Cayetano y Eva González a pesar de que el tema ha acaparado mucha atención mediática desde su publicación.
Las rencillas de Kiko Rivera con Chabelita
En cuanto Kiko Rivera ha comenzado a hablar de su familia, Bertín Osborne ha aprovechado para preguntarle por su relación con su hermana Chabelita, tras confesar que se había enterado hace tan solo quince días de su existencia. El disc jockey ha descrito el momento del nacimiento de Isa P. como "lo más bonito" que le ha pasado en la vida.
En lugar de mostrar enfado, Kiko ha mostrado una profunda decepción hacia Chabelita: "Ha cambiado tanto, tengo una pena tan grande... Me ha defraudado". En todo momento ha mantenido la puerta abierta a una reconciliación, aunque se ha mostrado molesto ante las afrentas de su hermana: "Mi hermana está soltando algunas cosas que... joder, es que son muy feas".
Mi hermana está soltando algunas cosas que... joder, es que son muy feas
Entre los incidentes que más le han dolido, ha mencionado unas declaraciones que Isa P. realizó durante la presentación de su single en la que Gritos estuvo presente. En una de las entrevistas, la hija de la tonadillera lanzó una pulla muy afilada a su hermano y a su madre que no habían acudido para acompañarla en su debut: "Yo por lo menos no tengo ni vicios ni problemas con la justicia".
Esta no era la primera vez que la joven había atacado a su hermano con sus adicciones, ya que en enero de ese mismo año ya había hecho varias batas de cola a Kiko y a su madre vía exclusiva.
Kiko Rivera se sincera con Bertín Osborne sobre sus problemas con las drogas
Cambiando de tercio, Kiko Rivera ha explicado cómo fue su primer contacto con las drogas: "Quizá empezar tan joven fue uno de los problemas por los que caí en el mundo de la droga. Tan joven, con dinero de la noche a la mañana, mala gente alrededor…".
Ha narrado que durante su relación con Jessica Bueno, con quien tiene un hijo en común, consiguió estar sin consumir. Sin embargo, tras su polémica ruptura, todo se fue a pique hasta que Irene Rosales apareció en su vida: "Durante el tiempo que estuve con ella estuve bien, pero la recaída fue bastante mala hasta que llegó mi mujer y me enderezó. Aún sigo luchando".
Tenía los ojos como una liebre cuando le dan las largas en una autovía
Irene marcó un punto de inflexión en la vida del DJ tras una dura conversación: "Mi mujer me cogió y me dijo que ya no aguantaba más, que si esto continuaba así se iba a marchar". Además, ha descrito de forma muy gráfica su aspecto cuando se encontraba en sus horas más bajas: "Tenía los ojos como una liebre cuando le dan las largas en una autovía".
Por otro lado, ha comentado que su madre se hizo un poco la tonta con el tema, pero que habló con ella y le ofreció toda la ayuda posible. Kiko Rivera ha confesado que recibe ayuda de su médico, su psicólogo, su psiquiatra y los fármacos que le mandan. A pesar de que su trabajo en su discoteca le tienta muchas veces a volver a caer, Rivera ha dicho que no piensa renunciar a su pasión: "Es complicado porque me dedico a la noche, pero no voy a abrir una pescadería".
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