Kiko Rivera ha llegado a un acuerdo con la revista 'Semana' para contar sus memorias. El hijo de Isabel Pantoja dedica su segundo capítulo a relatar cómo comenzó en el mundo de las drogas y por qué.
Kiko Rivera ganaba 100.000 euros a la semana
Todo empezó porque se metió en el mundo de la noche y ganaba mucho dinero. Le pagaban 25.000 euros por bolo, y "durante un año" estuvo haciendo "cuatro o cinco a la semana que rondaban esa cantidad". Es decir, en apenas una semana se embolsaba entre 100.000 y 125.000 cada siete días, unos 500.000 euros al mes.
Gastaba 200.000 euros al mes. Es un tremendo error disponer de tanto dinero siendo tan joven
El problema es que el que mucho ingresa, mucho gasta. Sobre todo si es dinero relativamente fácil de ganar: "Gastaba 200.000 euros al mes. Desde aquí digo alto y claro que es un tremendo error disponer de tanto dinero siendo tan joven".
"En cuestión de meses perdí la cabeza, cegado por las ingentes cantidades de dinero que ganaba", asegura. En aquel momento Kiko tenía 18 años.
Cuándo comenzó a consumir drogas
Tras esta época de bonanza, los ingresos disminuyeron, pero él seguía disfrutando del mismo ritmo de vida que llevaba antes. Y fue ahí cuando comenzó en el mundo de las drogas. "Me acostumbré a aceptar cuatro o cinco bolos a la semana, y no tenía ni tiempo para dormir. Fue ahí cuando comenzó mi consumo habitual de drogas", cuenta.
Kiko asegura que tomaba estupefacientes para rendir al ciento por ciento, pero que fue un error porque no le funcionaba y además se "creó un universo paralelo" en el que vivía.
Me acostumbré a aceptar cuatro o cinco bolos a la semana, y no tenía ni tiempo para dormir. Fue ahí cuando comenzó mi consumo habitual de drogas
"Solo tenía 19 años. (...) La situación se volvió insostenible. Yo pensaba que podía dejarlo cuando quisiera, pero la realidad no era esa", relata. "Estoy vivo de milagro. (...) He tenido sustos muy grandes de salud. Sufría alucinaciones, paranoias... sentía que me moría", dice.
Recuerda asimismo que en 2014 fue una de las épocas más difíciles que pasó: "Cuando mi madre entró en la cárcel yo me refugié más aún en las drogas y empecé a consumir mucho más. Ese fue el peor momento de mi vida".
También relata que dejó la mala vida gracias a su mujer, Irene Rosales, en 2018, tal y como contó ya en 'GH VIP'.
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