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Luis del Olmo al hombre que le arruinó: “¿Cómo se te ocurre, pedazo de cabrón?”

El veterano periodista se enfrenta este lunes a la persona que presuntamente le estafó 10 millones de euros, su exgestor, Rogelio Rengel. Los dos se verán las caras en la Audiencia provincial de Barcelona.

Luis del Olmo, de 79 años, se enfrenta a un día muy importante y definitivo en su vida después de que su gestor le arruinara. El periodista descubrió hace cinco años que su administrador y amigo íntimo durante 40 años, Rogelio Rengel, se había estado apropiando de su dinero.

Su exadministrador deberá responder a los delitos de estafa, apropiación indebida y falseamiento de cuentas. La fiscalía le pide hasta 12 años de prisión por haberse quedado con más de 10 millones de euros del veterano periodista.

Descubrir esto supuso un duro varapalo en la vida del periodista. Por un lado se vio arruinado y por otro, traicionado y estafado por esta persona tan allegada a él al que consideraba como de la familia: “Era un hermano para mí, administraba mi dinero, pero sentía que era como si fuese de mi familia. Tenía una llave de mi casa, yo entraba en su casa y él en la mía como en la de un familiar… Viajábamos juntos en vacaciones… Por eso la bofetada ha sido más gorda. Confiaba en él”, ha señalado en ‘El programa de Ana Rosa’ y añadía: “Es la traición más dura que he sufrido”.

Después Luis ha asegurado: “El dinero es muy goloso y a él le apeteció mucho” y enfadado, ha lanzado un mensaje al que fuera su mano derecha: “Pedazo de cabrón, ¿cómo se te ha ocurrido estafar a uno de tus mejores amigos?”.

En la víspera del juicio, el periodista se ha mostrado tranquilo pero ansioso: “Tengo ganas de verle la cara y saber si tiene algo que decir”. Sin embargo sabe que no va a recuperar nada: “Hemos investigado pero se lo ha fundido todo, no sé si en juego, en mozas...”.

Aunque en el año 2012 llegó a decir: “Me han estafado y dejado con cuatro duros contados”, afortunadamente, el periodista fue precavido: “No he estado preocupado porque no llegué a estar arruinado, entre la jubilación y algunos alquileres tengo una vida tranquila, pero no de marajá. Mis hijos me dicen que hay que pasar página y tienen razón”, ha asegurado.

segurado.

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