Las revistas de esta semana se hacen eco de la boda del año de Marta Ortega y Carlos Torretta, que celebraron al día siguiente un fiestón por todo lo alto al que acudieron 400 invitados en Casas Novas.
Antonio David Flores le gana la batalla a Rocío Carrasco
Después de un año complicado para la expareja de Rocío Carrasco, Antonio David Flores ha recibido una gran noticia: el juez no ve indicios de malos tratos y ha decidido archivar la causa. Ahora el ex guardia civil puede respirar tranquilo.
Desde finales de 2016 existía la posibilidad de que el ex de la hija de Rocío Jurado ingresara en prisión si el juez lo consideraba culpable. (Semana).
Makoke desvela las razones de su separación
La última expulsada de ‘Gran Hermano VIP 6’ ha abierto las puertas de su casa, en la que vivió con Kiko Matamoros, y habla por primera vez de su separación en una entrevista exclusiva para ‘Lecturas’. El mismo día que tomaron la decisión de tomar caminos separados, el pasado 7 de agosto, Makoke se quitó la alianza.
La concursante de ‘GH VIP’ señala que está sorprendida porque su ex se ha llevado los sofás y varios cuadros de la casa sin decirle nada y se muestra muy dolida con Kiko por el comportamiento que ha tenido con su hijo Javier Tudela.
Ahora Makoke quiere disfrutar de la vida, se siente “liberada”. “Soy otra con un nuevo proyecto de vida. No quiero saber nada de mi vida anterior. Ha sido mucha lucha y dolor, y ahora estoy llena de amor de verdad”.
Además segura: “Kiko no me ha querido bien. Ahora quiero disfrutar de la vida. Ya no tengo cargas familiares, y me libero de un amor muy luchado que no ha salido bien. Lo tengo todo a mi favor. Tampoco tengo la deuda con Hacienda…”.
María Teresa Campos tiene nueva casa
Después de tres años intentándolo, la presentadora ha conseguido irse a vivir a una casa más pequeña: un chalet en Aravaca en el que vivirá con Bigote Arrocet por el que paga 4.7000 euros al mes. (Semana).
Gustavo González le pide matrimonio a María Lapiedra
El paparazzi ha conseguido que su proceso de divorcio se desbloquee, después de que se enquistara cuando su exmujer presentó alegaciones, y no ha podido celebrar la noticia de una manera más romántica.
Gustavo González llevó a su novia María Lapiedra a un viaje a Maldivas, donde le pidió matrimonio, poniéndose de rodillas en una playa paradisíaca con un anillo de oro blanco y diamantes.
Como era de esperar, la ex actriz porno ha dicho que sí, muy emocionada, entre lágrimas. “Gustavo no es un hombre de detalles materiales y no pensaba que fuera a regalarme un anillo de diamantes. Simplemente, aluciné” y añade: “Me caso con el amor de mi vida”.
Por su parte, Gustavo ha declarado: “María siempre me ha despertado el lado romántico y también merecía un reconocimiento así. Me puse muy nervioso”, señaló refiriéndose al momento de la pedida de mano.
Sin embargo, la pena del colaborador de ‘Sálvame’ será una: que sus hijos seguramente no estén presentes el día de su boda. Algo que ve difícil que ocurra. “Yo creo que aunque esperemos 100 años no vendrá, es tontería seguir esperando. Gustavo tiene claro que quiere que todo se calme y sé que está haciendo lo posible y lo imposible por arreglar las cosas con sus hijos. Sé lo que sufre”, ha señalado María. (Diez Minutos).
Jorge Javier Vázquez, muy afectado por las críticas por ‘GH VIP 6’
El presentador confiesa en su blog de ‘Lecturas’ que no lo está pasando bien tras los últimos ataques: “A veces quiero desaparecer”. “La gala del jueves me dejó baldado. Se palpaba la tensión en el ambiente, el público estaba ‘on fire’ y los aplausos y abucheos no cesaron durante todo el programa. En uno de los descansos, me comunican que me están poniendo bonito en las redes”.
Jorge Javier Vázquez señala que se durmió esta noche sobre las tres de la mañana y a las siete y media un mensaje de whatsapp le despertó. A pesar de recibir un buenísimo dato de audiencia, un 31,5, según fue pasando la mañana, se fue poniendo “cada vez más triste y me invaden unas incontrolables ganas de llorar”.
Después de leer en sus redes sociales menajes insultándole, fue “cayendo en un pozo cada vez más negro” y no podía “evitar pensar que me quiero ir. Dejarlo todo. Desaparecer. Desconectar durante tres meses, un año entero, irme a una playa con los perros”.
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