Conseguir un cuerpo perfecto con el que siempre hemos soñado está en nuestras manos, o al menos eso es lo que nos dicen. Todos los medios para lograr este objetivo se basan en dos pilares, por un lado la alimentación y por el otro el deporte. Pero, no nos engañemos, las dietas y el ejercicio físico tienen una importancia absoluta pero en muchos casos no es suficiente. Llega el momento de pensar en la medicina estética como solución.
Lo que se consigue gracias al control de las calorías y las dietas es reducir el peso pero muchas veces el problema no es tanto el peso como el volumen. El ejercicio podemos decir que es el complemento ideal ya que ayuda a tonificar la piel y recuperar la silueta. Pero hay ocasiones en que la combinación de estas dos medidas no es suficiente y que da igual que nos matemos en el gimnasio y pasemos hambre que no conseguimos llegar al objetivo.
Eso sucede sobre todo en algunas zonas críticas de nuestro cuerpo, áreas completamente desagradecidas e injusta con nuestros sacrificios que no logran del todo llegar a tener la imagen que buscamos. Hoy en Vozpópuli nos vamos a centrar en algunos ejemplos concretos como son el rostro, las rodillas y esa última grasa del abdomen que nunca se consigue eliminar. Son lugares donde el deporte y la alimentación no basta y tenemos que recurrir a un tercer aliado: la medicina estética.
Bichectomía para afinar el rostro
Conseguir un rostro más estilizado y unos pómulos más marcados es uno de los objetivos más buscados en cirugía estética. Para conseguirlo es necesaria la extracción de las llamadas bolas de Bichat que son dos acúmulos de grasas que están situados junto a las mejillas y que son los responsables de dar el aspecto redondeado a la cara. El principal problema viene cuando esta redondez es excesiva y se da una falsa apariencia de sobrepeso.
Para conocer más a fondo esta cirugía, hemos hablado con la doctora Gema Pérez Sevilla, cirujana y experta en medicina estética facial que nos detalla todo lo que tenemos que saber sobre la extracción de las bolas de Bichat, una operación que causa furor entre las famosas.
Estas estructuras grasas se pueden eliminar sin problema ya que no tienen ninguna función en nuestro organismo más allá de la meramente estética. Cuando se extraen, se disminuye el volumen de la zona de las mejillas y este cambio en la fisionomía facial consigue estilizar la cara y resaltar los pómulos. Durante la intervención es primordial trabajar también el tejido circundante para obtener un resultado natural y que, pasados los años, el envejecimiento no haga mella y los tejidos se mantengan tersos.
Se trata de una operación sencilla que dura entre 20 y 45 minutos, dependiendo de la anatomía del paciente y la posición donde se sitúen estas regiones grasas que facilitará o dificultará su extracción. Se utiliza anestesia local y se realiza mediante técnica láser, lo que hace disminuir el sangrado y acelera la recuperación ya que evita que la zona se inflame tanto como lo hace con la fórmula convencional.
Se procede a una incisión en la parte posterior de la mejilla, junto a los últimos molares superiores, y con el láser de CO2 se elimina la grasa con el mínimo traumatismo. Para terminar, se sutura la zona con puntos reabsorbibles que no hay que retirar posteriormente.
La recuperación dura entre cinco o seis días que es el tiempo necesario para que la inflamación disminuya y podamos hacer vida normal. En algunos casos la inflamación puede tardar dos días más en desaparecer, sobre todo en pacientes con la piel más pálida o que tienen también un acumulo de grasa subcutáneo.
En estos primeros días es necesario dormir con la cabeza más elevada que los pies y aplicar hielo en la zona en las primeras 48-72 horas. Además. como en cualquier intervención bucal, es preferible no enjuagar la boca hasta pasadas las primeras 24 horas para no eliminar los coágulos que protegen la herida de la mucosa y evitar el sangrado. Durante los primeros cinco días tampoco se recomienda tomar alimentos que requieran una gran abertura de la boca, morder directamente por la zona donde se ha realizado la intervención o ingerir alimentos muy duros que requieras masticar mucho.
Los primeros resultados comienzan a ser apreciables al primer mes
Los resultados no son inmediatos. Los primeros comienzan a ser apreciables al primer mes pero la imagen final no se verá hasta transcurridos tres o cuatro meses que es el periodo que tarda en desaparecer por completo la inflamación de los tejidos. Es un procedimiento ideal para aquellas personas que tienen una cara redondeada debido a la acumulación de grasa y no a un exceso de volumen muscular. El coste de una bichectomía está entre los 1.800 y los 2.600€, dependiendo de la anatomía del paciente.
Conseguir (por fin) un abdomen plano
La grasa acumulada en el vientre muchas veces es resistente a las dietas y el ejercicio y es necesario recurrir a la cirugía estética para mejorar el contorno corporal y lucir un vientre plano. En las últimas semanas las consultas sobre este tipo de intervenciones se ha incrementado notablemente. La causa es que se acerca un nuevo verano, un tiempo en el que se enseña más piel y los últimos meses han estado marcados por la pandemia que ha traído consigo un aumento del sedentarismo y cambios en la alimentación.
No todo es culpa de nuestra falta de fuerza de voluntad, está comprobado que el aumento de azúcares y grasas consiguen calmar el estrés que produce la incertidumbre y los cambios en nuestras rutinas habituales.
Hay que desterrar el falso mito de que esa barriguita es cuestión de edad. La dificultad para eliminarla depende, en gran medida, del tipo de piel de cada persona. Según nos explica el cirujano plástico Martín Anaya, no significa que alcanzada una edad resulte más difícil conseguir recuperar un vientre plano, la cuestión está en cómo se haya producido el envejecimiento, es decir, en qué estado se encuentre la piel para retraerse y recuperar su lugar inicial.
Esta es la clave para que el cirujano plástico decida cuál de las dos maneras quirúrgicas de eliminar el depósito graso es la más adecuado: una liposucción o a una abdominoplastia. Si el paciente no presenta exceso de tejido, es decir, el montículo de la barriguita no es muy pronunciado, la operación más acertada es la liposucción que extraerá la grasa con cánulas mediante un sistema de aspiración. Si al contrario, como suele suceder a los hombres con un gran volumen en la cintura o a las mujeres que han tenido varios embarazos, existe una distensión de los músculos del abdomen, se hace necesaria realizar una abdominoplastia para poder retirar piel.
Los hombres son más propensos a volver a acumular grasa después de ser operados
Ambas cirugías son unisex, pero es cierto que la abdominoplastia se emplea más en los hombres porque son más propensos a volver a acumular de nuevo grasa después de ser operados. Esta tendencia también es la responsable de que el hombre tenga que vigilar más su dieta que la mujer después de haberse sometido a este tipo de cirugías.
En el caso de ellas es necesario realizar un trabajo más global para conseguir un resultado más armónico por lo que en la mujer también se hace necesario eliminar la grasa de los flancos. “Se saca grasa por delante y por detrás porque, si no se hiciera, el volumen de las caderas se notaría más aún que antes de la operación", especifica el cirujano.
El postoperatorio es más doloroso en el caso de la abdominoplastia, sobre todo en las primeras horas, debido a que se trabaja en niveles más profundos, no sólo en la dermis como sucede con la liposucción. En ambos casos, el paciente deberá utilizar una faja compresiva y someterse a sesiones de drenaje linfático para disolver las pequeñas bolas de colágeno que puedan existir.
Las diferencias entre ambas operaciones también se hacen presentes si hablamos de la recuperación. En la liposucción el paciente puede volver a hacer su vida normal en dos o tres días, pero con la abdominoplastia serán necesarias entre una y dos semanas. Si la opción primera es la elegida, se recomienda caminar, pero en la segunda hay que guardar reposo para garantizar la cicatrización de la musculatura.
Los resultados en ambos casos también van mejorando conforme van pasando las semanas. Se podría decir que entre el sexto mes y el primer año es cuando el paciente podrá estrenar su nuevo abdomen.
Las rodillas también merecen tu atención
Si hablamos de tratamientos corporales siempre pensamos en las máximas protagonistas que son aquellas intervenciones que tratan el abdomen, la celulitis, el pecho o los glúteos. Pero, ¿qué pasa don las rodillas? Es una zona que tiende a olvidarse hasta que un buen día, nos fijamos, y comprobamos no nos gusta nada su apariencia porque las descubrimos flácidas, con grasa acumulada y pliegues antiestéticos.
La piel de las rodillas es más fina y tiende a la flacidez y a acumular grasa
“La piel de las rodillas es más fina que la del resto del cuerpo, tiene muy poca densidad de colágeno y, por eso, tiende a la flacidez y a acumular grasa. Son dos factores que, incluso con dieta y ejercicio, son difíciles de eliminar”, señala la Dra. Mar Mira. Para rejuvenecerlas, en Clínica Mira+Cueto han desarrollado un tratamiento médico estético en dos fases que combina infiltraciones para eliminar la grasa acumulada, Radiesse para estimular el colágeno y Ultherapy para reafirmar y tonificar la piel.
Lo primero que hay que hacer es un buen diagnóstico para valorar el grado de grasa localizada y estudiar la flacidez existentes para poder así determinar el número de sesiones que serán necesarias. Para llevar a cabo este diagnóstico es suficiente con realizar una ecografía que mida el espesor del tejido adiposo.
En la primera fase del tratamiento se procede a las infiltraciones de lipolíticos para deshacer la grasa acumulada. Los resultados son visibles después de la primera sesión pero, dependiendo del espesor del tejido graso, pueden ser necesarias hasta tres sesiones que se realizarán con un intervalo de entre uno y dos meses.
Un mes después se procede a la segunda fase con un tratamiento tensor. La primera parte consiste en la infiltración de Radiesse para estimular el colágeno y así activar la tonificación y reafirmar la piel de las rodillas. Después se recurre al Ultherapy que son ultrasonidos focalizados que penetran en la capa más profunda de la piel, mejorando su textura.
El resultado son unas rodillas lisas, tonificadas, sin rastro de grasa ni flacidez. El efecto se hace evidente pasado seis meses y el nuevo aspecto puede llegar a durar hasta tres años. El precio mínimo por sesión es de 765€, coste que variará dependiendo de cuántas y de qué tipo sean las sesiones que necesite el paciente.
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