La Audiencia Provincial de Madrid ha suspendido el juicio que iba a celebrarse contra la actriz Lucía Bosé por un delito de apropiación indebida de un dibujo de Pablo Picasso después de que sus denunciantes hayan solicitado la testifical de su hijo Miguel al estimar que su relato es clave para determinar a quién pertenecía la obra del pintor.
"No era un cuadro. Era un dibujo y era mío". Así de rotundo lo ha afirmado la matriarca de la familia Bosé a la salida de la vista oral. Poco antes de entrar en uno de los ascensores, la italiana ha aseverado que estaba muy tranquila, ya que a ella no le pone nerviosa "nada".
Se ha sentado durante unos minutos en el banquillo de los acusados de la Sección 5ª. Pero finalmente el juicio se ha aplazado dado que las denunciantes del caso han solicitado la testifical de Miguel Bosé, una solicitud aceptada por el tribunal al estimar que su testimonio es "necesario" para aclarar el asunto.
Mientras la Sala tramitaba el aplazamiento, se han vivido momentos de tensión en el pasillo ante los insultos y reproches entra los familiares de los denunciantes y las personas que han acudido en compañía de la actriz.
Lucía Bosé se enfrenta a dos años de cárcel por apropiación indebida. Se le acusa de apropiarse de un dibujo que Pablo Picasso regaló a Remedios T.M., la que fuera su empleada del hogar durante 50 años. El genio cubista lo pintó el 12 de febrero de 1963. "Para Reme", pone en la parte detrás del dibujo llamado 'La Chumbera'.
Un regalo de la 'Tata'
Antes de la vista, uno de los hermanos de la denunciante ha afirmado que el dibujo se lo regaló la 'Tata' a Miguel Bosé. Sin embargo, su madre sostiene que era suyo y no de su hijo. La Sala citará ahora al cantante, que reside en México, y señalará de nuevo la vista.
El fiscal sostiene que la 'Tata', como se conocía en la familia, fue empleada doméstica de Lucía Bosé durante 50 años y vivía en su domicilio de Madrid, hasta que falleció el 5 de abril de 1999. Tras fallecer, Bosé vendió el dibujo en una subasta pública por 198.607 euros.
El caso llegó a los tribunales tras una denuncia de las sobrinas de Remedios, que afirman ser las herederas de ese dibujo. La familia Bosé siempre ha afirmado que le parece "injusta" la demanda.
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