La triste noticia de la muerte de Mila Ximénez nos ha sacudido este miércoles alrededor de las 13:30 horas aunque fallecía a primera hora de esta mañana. Fue el pasado jueves cuando saltaron todas las alarmas sobre su delicado estado de salud tras conocerse que ya estaba sedada.
La periodista y colaboradora de 'Sálvame' era consciente de que la situación era irreversible después de que los médicos le trasladaran los resultados de las pruebas a las que se había sometido por la enfermedad que padecía desde hace un año, un cáncer de pulmón con metástasis.
Mila prefirió pasar los últimos días de vida en su casa de Madrid, rodeada de sus tres hermanos, sus cuñados y su hija Alba Santana.
Esta tarde 'Sálvame' le rendirá un homenaje a la que fue su compañera desde hace años con un programa especial de 16:00 a 17:30 horas antes de que empiece el partido de la Eurocopa de España contra Eslovaquia.
Mila era una mujer luchadora, de fuerte carácter, polémica pero muy carismática y con un gran sentido del humor y la ironía. Era gran amiga de muchos colaboradores del programa, del presentador Jorge Javier Vázquez, de Carlota Corredera y de los directores del espacio y de la productora de La fábrica de la tele.
En su larga trayectoria profesional, que comenzó en 'Abc' y en la Cope junto a Encarna Sánchez, se codeó con la mayor parte de los personajes de la época y del corazón. Sin lugar a dudas, su matrimonio con Manolo Santana también le permitió abrirle muchas puertas y conocer a mucha gente de la alta sociedad tanto nacional como internacional.
Se casó con Manolo Santana en 1983 y se separó en 1986
Mila Ximénez estuvo casada con el tenista Manolo Santana, una de las figuras más destacadas del deporte español de los años 60, el único que hasta la llegada de Conchita Martínez en 1994 y Rafa Nadal en 2008 había conseguido ganar el torneo de Wimbledon, aunque lo hiciera en categoría no profesional.
La pareja comenzó su relación a principios de los años 80, se casaron en 1983 y tuvieron a su única hija en común, Alba, en 1984. El matrimonio duró tan solo tres años, en 1986 se separaron.
Durante los años que estuvieron juntos, Mila Ximénez se convirtió en una asidua de las fiestas de la jet set de Marbella. Sería el principio del fin, tal y como ella misma reveló en la curva de la vida en 'GH Vip'. "Cometí el error de querer vivirlo todo durante aquellos años. Él me daba mucha libertad, pero la gestioné mal", confesó.
La pareja acabó fatal y el deportista se quedó con Alba. Además de tener que afrontar esta difícil situación, después Mila tuvo que asumir problemas económicos y hasta penurias.
Después de muchos años de enfrentamientos y críticas a su exmarido, en los últimos años parecía que todo se había tranquilizado. "Me estoy reconciliando con esa etapa de mi vida. Ambos veníamos de dos relaciones muy complicadas, pero ninguno de los dos estábamos preparados para ello".
Años más tarde conoció al que sería su gran amor, el empresario Rafael Aguilera, con el que tuvo una relación en los años 90. Fue su amor secreto. Se siguieron viendo a lo largo de los años hasta que en el año 2018, se produjo su muerte.
Las fiestas de Marbella le pasaron factura: un divorcio y quedarse sin su hija
Gracias a su exmarido conoció a muchas personalidades y vivó intensamente la noche de Marbella rodeada de la alta sociedad. Sin embargo, todo esto le acabaría pasando factura como ella misma relató en alguna ocasión. "No recuerdo bien esos años [...] No recuerdo bien ni cómo entré ni cómo salí pero sí que durante ellos no hubo ni un solo momento en el que fuera feliz", le confesó a Jorge Javier en televisión.
También en su blog contó en una ocasión que cuando Jesús Gil, exalcalde de Marbella, volvió a estar de actualidad, volvió a recordar sus años vividos allí. "He vuelto a revivir la Marbella de la jet set que me hizo feliz durante un tiempo y que me trae recuerdos gratos. Pero también es cierto que me retrotrae a otros donde soy arrastrada por un tsunami del que nunca he podido superar sus secuelas", escribía.
En uno de los reality en los que participó, reconoció entre lágrimas que durante estos años perdió el timón de su vida, tuvo que renunciar a la persona que más quería, su hija, y que durante más de diez años pensó que no iba a levantar cabeza.
Su mayor calvario fue no haber estado con su hija Alba durante años
La periodista vivió una separación muy complicada y todo el tiempo que estuvo sin su hija Alba se convirtió en su mayor tormento. El sentirse culpable de ser una madre ausente siempre se quedó grabado en su mente y en su corazón.
"No quiero volver al pasado, aunque daría años de mi vida por volver a pasear con Alba por la playa, ajena a los años que, después, me arrebatarían esto. Así que las fotos de un tiempo que la gente piensa que me lleva al paraíso perdido, para mí siguen siendo, de alguna manera, una derrota. En este momento, aunque he librado batallas duras, la recompensa del triunfo me ha compensado. Ahora disfruto cada día de los míos e intento que sea lo más frecuente posible", escribió en su blog de la revista 'Lecturas'.
Después de muchos años, acabó recuperando el tiempo perdido y madre e hija se mostraban muy unidas. Mila sentía adoración por ella, al igual que por sus dos nietos, Alexander y Victoria, a los que visitaba con frecuencia en Ámsterdam.
A pesar de que estaban muy unidas desde hace años, Mila siempre tuvo una espinita clavada con su hija: ese sentimiento de culpa de no haber estado con ella cuando era pequeña.
Su vida estuvo llena de altibajos, marcada por relaciones con hombres "canallas" como ella misma lo definió en su libro 'Perdón, si no habló de mí', que publicó en 2006', donde también habla de su relación de amistad con Encarna Sánchez y Carmina Ordóñez, y de Isabel Pantoja.
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