La higiene facial es el gesto más importante en la rutina del cuidado de la piel. Sin embargo, para muchos sigue siendo un tema no del todo controlado y que genera varias dudas. Si no hemos llevado a cabo con anterioridad un buen ritual de limpiar, usando correctamente y en su orden los cosméticos, no importará la crema milagrosa que hayamos elegido, que nos apliquemos un sérum religiosamente o que utilicemos una generosa cantidad de la mejor hidratante del mercado.
Nuestra piel recibe a diario un gran impacto de partículas procedentes del medio ambiente. Si no se realiza una higiene diaria adecuada, estas partículas pueden terminar por obstruir el poro y favorecer el desarrollo de microorganimos. Para evitarlo es fundamental limpiar el rostro dos veces al día. La primera se debe hacer por la mañana y su objetivo será eliminar la grasa y toxinas que hayamos generado por la noche. La segunda la realizaremos justo antes de acostarnos, para eliminar el maquillaje y cremas. No debemos olvidar que nuestra piel no deja de segregar y eliminar toxinas, tanto de día como de noche, solo una buena limpieza, diurna y nocturna, puede mantenerla en buenas condiciones.
¿Estás aplicando bien todos los cosméticos de tu neceser y en el orden correcto para lograr la máxima eficacia? Para confirmarlo, hoy en Vozpópuli vamos a repasar los 15 pasos fundamentales para lograr un resultado perfecto. La limpieza es la primera fase. Es la parte clave porque de ella depende que los productos que apliquemos después funcionen al 100% y consigan penetrar hasta donde tienen que hacerlo. Además una buena limpieza cutánea será esencial para que obtener un maquillaje con un resultado profesional.
El orden correcto de los cosméticos
Para saber los pasos que tenemos que seguir desde la limpieza hasta el último detalle del make up hemos hablado con la experta maquilladora Cristina Lobato que, antes de comenzar con las fases bien ordenadas, nos advierte de utilizar los productos milagro: "Los productos 2 en 1 son el equivalente a la comida ultraprocesada y por ello no debemos abusar de ellos. No pasa nada por consumirlos de forma muy esporádica pero convertirlo en un hábito lo hace perjudicial para la salud. Si tu rutina de piel siempre es con productos de este tipo, tarde o temprano va a tener alguna carencia", explica la maquilladora.
1) El limpiador
A la hora de limpiar, escoge productos dependiendo de tu tipo de piel ya que en el mercado hay una amplia gama con diferentes texturas o principios activos. Para las pieles secas lo mejor es utilizar una leche limpiadora para la rutina de mañana. Por la mañana no es necesario un producto que limpie en profundidad porque mientras dormimos la piel hace una función natural de limpieza. Sin embargo, por la noche lo mejor es la crema limpiadora porque tiene una textura más densa y suele estar elaborada con aceites y ceras con agentes muy hidratantes que son mejores para desmaquillamos y retirar las impurezas acumuladas a lo largo del día.
Para las pieles sensibles la mejor opción son las aguas micelares porque no hace falta hacer fricción sobre la piel, basta con empapar un algodón y dejar que las propias micelas atrapen la suciedad. Por el tamaño de la micela nunca va a penetrar en la piel y, al no ser absorbida, el riesgo de sufrir alergias disminuye. El agua micelar se puede usar también para todo tipo de pieles y se aplica con algodones o parches desmaquillantes, mejor si son reutilizables para no contaminar, porque permiten limpiar en profundidad las zonas más delicadas de forma eficaz.
Por su parte, las pieles grasas se sienten más cómodas con limpiadores en gel o mousse porque arrastran mejor las impurezas y los propios aceites naturales de la piel.
Un cepillo facial retrasará los signos de envejecimiento
Desde la firma You are The Princess nos recuerdan que un gran aliado para la limpieza facial es el cepillo limpiador. “Un cepillo facial nos permitirá limpiar la piel rápidamente y sin esfuerzo. Esto ayudará a que luzca cargada de luminosidad y brillo a diario y retrasará los signos del envejecimiento prematuro”, nos aseguran desde la marca.
2) Los exfoliantes
Aunque no se deben usar a diario, sino una o dos veces por semana, los exfoliantes faciales figuran en la lista de imprescindibles. Es un producto muy importante para retirar células muertas del rostro y conseguir una piel más luminosa y más receptiva a los activos que vamos a dar a nuestra piel.
3) El tónico
El uso de tónicos es uno de los pasos vitales y que jamás se deben saltar porque es la fase más importante para mantener una piel sana y equilibrada. Cuando utilizamos un producto limpiador o estamos en la ducha con el agua caliente, el pH de la piel se desequilibra. Teniendo en cuenta que el pH es el mecanismo de protección que tiene la piel, si no lo mantienes equilibrado pones en riesgo la salud de tu propia piel.
El tónico ayuda a reequilibrar este pH de la piel y a fortalecer la barrera protectora. Si tienes un desequilibrio constante en el pH estás abriendo la puerta a bacterias y puede acarrear muchas afecciones cutáneas.
4) El sérum
El sérum es uno de los cosméticos más eficaces porque lleva una alta concentración de principios activos que consiguen penetrar, gracias a su textura, a las capas más profundas de la piel proporcionando un extra de hidratación. Aunque hay de muchos tipos, generalmente contienen componentes antioxidantes, ácido hialurónico y vitamina C que nos ayuda a potenciar la luminosidad de la piel.
5) Masaje facial con rodillos
A la hora de aplicar estos productos podemos hacerlos directamente con las manos o utilizar utensilios especiales. Últimamente se han puesto muy de moda los rodillos faciales realizados con algún material mineral como el jade o el cuarzo rosa.
6) El contorno de ojos
El contorno de ojos es una zona que hay que nutrir en profundidad, incluso en las pieles más grasas, porque es la más sensible y tiende a deshidratarse, pierde elasticidad y aparecen las líneas de expresión.
Escoge contornos de ojos que contengan agentes nutritivos. Si tu problema son las bolsas, puedes optar también por productos que activen a nivel circulatorio y que sean descongestionantes. Aplica el contorno en la zona inferior del ojo, tecleando por encima del hueso del pómulo hacia la zona baja del ojo, sube hacia el tabique nasal y recorre hasta el vértice de la ceja.
7) El bálsamo labial
Ha llegado la hora de hidratar los labios mientras continúas con la rutina de cuidado facial, así conseguirás que vayan penetrando todos los principios activos antes de maquillarlos.
8) Las cremas hidratantes
Al igual que sucedía con los limpiadores, hay que escoger una hidratante en función del estado de tu piel y de sus carencias:
- Piel grasa: opta por hidratantes que sus principios activos ayuden a retener la humedad de la piel.
- Piel seca: elige hidratantes con agentes nutritivos que proporcionen elasticidad a la piel.
Con este ritual de tratamiento conseguimos equilibrar la piel tanto a nivel hidratación como a nivel sebáceo. Si hemos utilizado los productos adecuados, conseguiremos seborregular las pieles grasas y a las pieles secas habremos aportado la nutrición necesaria para que el maquillaje de color que apliquemos después quede lo más uniforme posible.
9) Los correctores
Una vez que tenemos la piel totalmente lista y preparada, comenzaremos la rutina del maquillaje. Hay que empezar corrigiendo las alteraciones de color en la piel producidas por manchas de sol, granitos u ojeras. Para ello aplicaremos un corrector antes de la base de maquillaje porque es posible que haya manchas que tengas que cubrir con tonalidades que necesitarás neutralizar con la base para que no se vean los contrastes de color.
Aplica corrector en las zonas con más imperfecciones, hazlo en pequeñas cantidades y con la yema de los dedos para que se funda a la perfección con tu piel. Para las ojeras hay productos de diferentes tonos, desde el beige hasta más anaranjados, dependerá de la tonalidad e intensidad de tus ojeras.
10) La base de maquillaje
El tono de la base de maquillaje debe ser lo más parecido al tono de tu piel.
- Subtono frío: para pieles que se enrojecen con facilidad o sensibles al sol y que suelen ser finas, claritas y rosadas. Las bases de maquillaje adecuadas son de tono rosa.
- Subtono cálido: para pieles con pigmentaciones amarillentas o doradas. La inmensa mayoría de las españolas entran dentro de esta clasificación y las bases de maquillaje perfectas son de tono amarillo.
- Subtono neutro: para pieles que pueden presentar zonas con diferentes pigmentaciones. Las mejores bases de maquillaje son de tono beige.
11) El iluminador
Podemos optar por diferentes tipos. Los fluidos son más hidratantes y de cobertura ligera y traslúcida con un suave toque perlado. El iluminador lo aplicamos siempre en la zona alta del pómulo hacia la sien, la nariz y barbilla, siempre y cuando no sean zonas conflictivas con respecto al brillo producido por la grasa.
Los iluminadores en polvo suelen ser algo más brillantes que los fluidos dado que por lo general tienen mayor concentración de pigmento. La maquilladora Cristina Lobato recomienda utilizarlos durante las horas de menos luz solar o en espacios con luces más tenues. Con respecto a los tonos, para las pieles más cálidas recomienda los tonos más bronces o con matices más dorados y para aquellas más frías o pálidas, los tonos ligeramente dorados o más rosados.
12) Los polvos selladores
Este tipo de polvos son los encargados de sellar toda la base y de alargar la duración del maquillaje. Aplicaremos también dependiendo de los gustos de cada uno pero debemos de prestar más atención a las áreas conflictivas como la zona T.
13) El maquillaje de ojos
Aplica una prebase para alargar la duración de las sombras y potenciar el color. Comenzaremos con las sombras de ojos, después la máscara de pestañas y terminaremos con las cejas. Si no te gusta la ceja maquillada, límpiala con un bastoncillo y agua micelar para quitar los restos de base de maquillaje.
14) Los polvos de sol y coloretes
Para evitar efectos indeseados, a la hora de aplicar los polvos de sol elige un tono, o dos como máximo, por encima del de tu propia piel. Para pieles más pálidas, la mejor opción es escoger polvos satinados ultraligeros con tonos ligeramente rosados o melocotón. En cambio, para pieles oscuras se pueden utilizar mates o irisados, en este caso los más favorecedores son los tonos ocres y dorados.
Si además de broncear quieres aprovechar el aporte de color para realizar la técnica del contouring, te recomendamos aplicar el polvo gradualmente desde las sienes, pasando por la parte alta de los pómulos en forma diagonal y en la zona de la mandíbula desde su comienzo hasta la barbilla.
Si lo que deseas es simular un bronceado natural, aplica el polvo en las zonas que de forma natural cogen más color cuando nos exponemos al sol. Comienza aplicando los polvos en el centro de la frente, entre arco de ceja y ceja, la zona de las mejillas hacia la oreja de forma sutil y en línea recta, la barbilla, el cuello y por último la zona central del escote.
15) El labial
El truco para prolongar la duración del color de tu labial es utilizar un 'primer' para suavizar el labio. Además, si tienes líneas de expresión o los contornos no están muy definidos, el primer evitará que el color se mueva.
¿Seguías correctamente el orden de tus productos de belleza? ¿Cuál de ellos te falta por incluir en tu rutina diaria?
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