Hay tareas que odiamos tanto enfrentarnos a ellas que las vamos dejando de un día para otro, de un mes para otro... incluso durante años sin hacer. Lo bueno que tenemos con el confinamiento producido a causa del Coronavirus, porque siempre hay que mirar el lado positivo de las cosas, es que tenemos suficiente tiempo libre en casa como para poder ponernos al día con esa lista de cosas pendientes.
Un clásico dentro de este grupo de tareas es el ordenar nuestro armario. Durante mucho tiempo hemos ido acumulando prendas y más prendas hasta que el volumen de ropa es tal que nos parece un enemigo imposible de vencer, ya sea por falta de tiempo o, en la mayoría de veces, de ganas.
Pero no es tanto como parece, y si sigues los consejos y las pautas que desde Vozpópuli te vamos a dar lo único que puede pasar es que te arrepientas de no haber puesto luz sobre tanto caos mucho antes. Ya le hubiera gustado a Marie Kondo saber todo esto.
Paso 1) Junta toda la ropa
Cuando hablamos de poner orden en el armario, realmente nos referimos a todos los muebles que albergan ropa en casa, ya sean armarios, cómodas, baúles, percheros...
Para poder ponerse manos a la obra, lo primero que tenemos que hacer es poner toda la ropa junta. Vacía todos tus armarios y crea un gran montón de prendas y complementos. Cuando ya lo hayas reunido todo, fíjate en la pedazo de montaña que habrás formado. Seguramente no eras consciente de toda la ropa que tenías. Quédate con esa imagen en tu cabeza grabada porque te ayudará e evitar compras compulsivas en el futuro.
Paso 2) Hora de limpiar
Aprovecha que tienes todos los armarios vacíos para poder ponerlos a punto en cuanto a limpieza. Utiliza un detergente con un olor agradable y no te olvides de ningún rincón ni cajón. Y recuerda que la parte de encima también hay que limpiarla porque la vamos a necesitar perfecta para almacenar las prendas que menos utilicemos.
Paso 3) Dividir la ropa en grupos
Con el armario limpio, es hora de volver a esa gran montaña de ropa que habíamos formado antes. La máxima que tenemos que seguir a partir de ahora es "divide y vencerás". Vete formando grupos más pequeños por tipos de prendas. Mi recomendación es que primero separes los complementos, después la ropa de deporte, a continuación la ropa de las BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones) y así nos quedaremos con el gran montón de ropa para el día a día.
Tenemos que seguir separando, cuanto más pequeños sean los grupos nos será más fácil trabajar con ellos. Mi siguiente recomendación es separar por temporadas, en un lado irá todo lo de otoño - invierno y en otro lo de primavera - verano. Una vez separados por temporadas, terminamos las agrupaciones por tipo de prendas: pantalones, camisas, camisetas, jerseys... ¿No sabes que categorías hacer? Yo para esto tengo un truco, sigo las de mi tienda online favorita, en este caso Zara.
Paso 4) Llegan las nominaciones
Ahora llega el momento crítico para muchos: elegir con qué nos quedamos y qué tiramos. Cuando tengo que hacer algo que no me gusta siempre pienso la manera de "hacerlo divertido", sí, como si fuera un niño... ¡pero funciona! Así que cuando el ordeno mi armario pienso que es un reality show y tengo que elegir las prendas que están nominadas para abandonar el armario.
Pruébate las prendas. Puede suponer una decisión inmediata
Hay que ir prenda por prenda, para poner bien el foco y ser un buen juez. De cada montón de ropa que hemos logrado hacer vamos a hacer otros tres pequeños grupos. El primero será para las prendas que estamos segurísimos que se van a quedar con nosotros ¡Cruzan la pasarela! El segundo para aquellas que estamos igual de seguros que es hora de deshacerse de ellas ¡Expulsión directa! El resto irá a parar al tercer grupo, al de los nominados.
A los nominados hay que dedicarle su tiempo. Yo aconsejo a que esas prendas te las pruebes, porque vértelas puestas puede suponer una decisión inmediata de indulto o de abandono. Luego, para quedarse con nosotros, tienen que cumplir las siguientes cuestiones:
- ¿Lo has usado en el último año? Una prenda que llevas doce meses sin usar, de la que ni te has acordado, es hora de que reciba su jubilación.
- ¿Te la volverías a comprar? Imagina por un segundo que estás en el probador de una tienda y que es la primera vez que ves esa prenda.
- ¿La guardas por sentimentalismo? El armario sirve para vestirnos, no es el baúl de los recuerdos. Las prendas que sigues guardando porque te recuerdan a buenos momentos deben de mantenerse en otro lugar.
- ¿La guardas esperando un arreglo? Piensa en la de meses que esa camisa está esperando a que le cosas un botón o ese vestido al que le tenías que cambiar la cremallera. No merece la pena que sigan esperando.
Respondiendo a estas preguntas, el tercer montón de ropa desaparecerá de nuestra vista. Un consejo final, si ves que tienes el día de tirar muchas cosas, aprovéchalo. Lo malo es que suceda lo contrario. En estos casos lo mejor es parar y retomar el trabajo al día siguiente.
Paso 5) ¿Qué hacer con la ropa que hemos decidido tirar?
Antes de tirar algo a la basura, piensa si podemos darle una segunda vida, eso sí, fuera de nuestro armario. Si la prenda está en buen estado quizás puedas ganar dinero con ella vendiéndola en mercados de segunda mano o en webs o apps de ventas privadas. Puedes sacarte un buen pellizco después de una limpieza de armario como esta.
Si la prenda no merece la pena venderla, pero aún así se encuentra en buen estado, puedes donarla a asociaciones que recojan ropa o a algún amigo con el que compartas talla. Nunca está de más el regalar.
Cada español tira a la basura entre 10 y 14 kilos de ropa en un año
Por último, esas prendas que no se encuentran en perfectas condiciones. La basura tampoco es el lugar para ellas, hay que pensar en la sostenibilidad del planeta ¿Sabes las toneladas de ropa que tiramos anualmente? Cada español se deshace de entre 10 y 14 kilos de ropa en un año. Lo mejor es llevarlo a contenedores donde reciclarán los tejidos para dar vida a nuevas prendas. Los encontrarás en muchas de las grandes cadenas de tiendas de ropa.
Paso 6) Empezamos a colocar
Lo mejor para comenzar a poner las cosas en su nuevo sitio es empezar por el montón de ropa más pequeño. Normalmente eso te llevará a la ropa de fiesta, que lo mejor es que la guardes en un extremo inhóspito del armario y en fundas para que no se estropee, o la ropa de deporte, que es perfecta para guardar en cualquier cajón.
Teníamos el resto de ropa separada por temporada. Si eres un privilegiado con un gran vestidor o muchos armarios podrás colocarlo todo, si no, las prendas que no estén en curso tendrás que guardarlas hasta que llegue su momento. Lo mejor es hacerte en cajas que podrás subir sobre el armario. Otro lugar "muerto" es la zona más baja, a donde nunca llega nuestra vista. Puedes aprovechar esos primeros centímetros para guardar prendas de otras temporadas en cajas planas.
Paso 7) Todo a la vista
Nos toca el turno de enfrentarnos con los principales grupos de prendas. Puedes subdividirlos aún más, por colores, estampados, tejidos, tipo de mangas o escotes...
Tengo la idea de que lo que no se ve, no se utiliza. Por eso me gusta tener todas mis prendas a la vista cuando abro mi armario. Yo recomiendo, siempre que se pueda, que la prenda esté colgada en percha, con este sistema evitas que aparezcan arrugas en la ropa y sustos de última hora cuando quieres usar algo y no tienes tiempo para planchar.
Cada prenda tiene su percha ideal
Cada prenda tiene su percha ideal. Siempre que puedas elígelas finas porque te ahorrarán espacio. Si corremos el riesgo de que se quede marcada la percha en la zona de los hombros, engancha la prenda por la etiqueta de la nuca. Si tenemos una prenda con gran escote o de tirantes, lo mejor es elegir una percha con piezas de silicona para que no se resbale.
Las prendas tienen que empercharse mirando hacia el lado izquierdo, en el caso de los diestros, ya que pasaremos las perchas con la mano derecha. Agrupa las diferentes categorías de prendas juntas (camisas, camisetas, sudaderas...) y ordénalas por colores para que te resulte bien fácil encontrar el modelo que estás buscando en cada momento. Además, separándolas por color o estampado, te será muy sencillo combinar diferentes las diferentes prendas de tus outfits.
En el caso de que no te quepan todas las prendas colgadas en percha, tendrás que recurrir a doblarlas. Si lo haces en baldas, no sobrepases una altura de más de 35cm. Lo mejor es que recurras a cajones y, siguiendo el método de Marie Kondo, las dobles en tres y en posición vertical para que todas ellas sean visibles cuando abras el cajón.
Los pantalones son prendas que no hacen falta que estén en percha. Si se doblan bien no se arrugarán y podrás guardarlos apilados. Los pantaloneros no son una buena solución, no soportan mucho peso y además siempre quedarán pantalones fuera de la vista.
Paso 8) El zapatero
Cuando ya tengamos todas las prendas organizadas, le toca el turno a los complementos. Los zapatos suelen ser lo que más espacio ocupan, sobre todo si eres un adicto a ellos. La solución más efectiva que he encontrado son las librerías 'Billy', el clásico mueble de Ikea tiene las medidas perfectas para almacenar zapatos y tenerlos todos a la vista.
Si colocas uno sobre otro, duplicarás el espacio. Las baldas superiores puedes reservarlas para el calzado de otras temporadas o los modelos que menos uses, y cada piso puede ser ocupado por un tipo de calzado diferente (Botas, deportivas, sandalias...).
Si no tienes espacio para una estantería, otra buena solución es guardar los zapatos en sus cajas y poner a la vista una foto o un dibujo del par que guardan en su interior para así tenerlos todos bien localizados a simple vista.
Paso 9) El cajón más íntimo
La lencería también tiene que tener un lugar especial en nuestro armario. Dobla las prendas y guárdalas de manera vertical en el cajón para tenerlas a la vista. En este caso los separadores son perfectos para tener cada cosa en su sitio.
¿Cómo guardas los calcetines? Hay mil maneras y cada uno tenemos nuestro estilo. Si necesitamos optimizar el espacio lo mejor es doblarlos juntos y lo peor es hacerlo en forma de pelota.
Paso 10) ¿Qué hacemos con el resto de accesorios?
Comencemos con las joyas. Lo mejor es elegir cajas u otros elementos con compartimentos, cuanto más mejor, para que cada tipo de joya esté colocado en un lugar concreto. Las cajas de herramientas son una solución ideal, aunque en vez de tornillos guardes anillos. No hay nada peor en esta vida que los nudos y enredos de los collares o pulsares. Para evitarlos lo mejor es que guardes cada uno en una funda transparente.
Para todo tipo de bufandas, pañuelos o fulares, sigue la recomendación de la ropa interior y guárdalos doblados de forma vertical en un cajón. Si los dejas en perchas te ocuparán mucho espacio y si los colocas en el interior de las puertas muchas veces te será imposible cerrar el armario.
Los bolsos también hay que tenerlos a la vista, por lo que yo no recomiendo guardar uno dentro de otro al modo "matrioska" rusa. Las estanterías pueden ser otra solución perfecta como sucedía con los zapatos.
Por último te recomendamos los cajones compartimentados. Aunque creas que ocupan mucho espacio, son solo unos pocos centímetros de tu armario y es una solución de lo más eficaz para guardar complementos como cinturones, corbatas o collares. Por su parte, las bandejas abatibles, que son como cajones pero sin altura, son lo mejor para guantes y gorros.
Seguro que te hemos despertado las ganas de pasar de la teoría a la práctica y utilizar nuestros pasos en tu propio armario. ¿A qué esperas?
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