El mundo de la belleza es un sector que está en constante renovación. Las investigaciones para incrementar la calidad de sus productos o la búsqueda de soluciones a problemas estéticos no se interrumpen en ningún momento. Una de los últimos avances es la cosmética de ozono, un nuevo tipo de producto que, por sus beneficios, ha llegado para quedarse.
El ozono no era algo ajeno al mundo de la belleza, ya se llevaba utilizando durante años en tratamientos de medicina estética con la llamada ozonoterapia. Se trata de uno de los servicios más demandados ya que sus principales resultados son una limpieza profunda de la piel que se traduce en un aspecto revitalizado y rejuvenecido. Era cuestión de tiempo que el ozono fuera utilizado en tratamientos para la piel y es que sus propiedades son muy numerosas: es antiinflamatorio, germicida, regenerante, cicatrizante, calmante, hidratante, antioxidante y reparador. ¡Todo eso debía de aprovecharse!
La novedad actual es el uso del ozono en el campo de la cosmética. Todas las propiedades que hemos enumerado no son más que beneficios que convierten al ozono en una solución ideal para cuidar las pieles más frágiles y sensibles. ¿Qué tipo de personas son las que más se pueden beneficiar de estos cosméticos? Aquellas pieles atópicas o reactivas verán rápidamente sus beneficios. También pacientes oncológicos o personas que sufren algún tipo de alteraciones cutáneas como dermatitis, rosácea o psoriasis. Además, son recomendables para todos aquellos que necesiten de una hidratación más profunda de la habitual.
¿Cómo es la cosmética de ozono?
Donde mejor se conservan las propiedades del ozono es en los aceites vegetales que pueden ser sometidos a un proceso de ozonización. El resultado de esta acción es la base sobre la que se fundamento la cosmética de ozono, una formulación sencilla a la que luego se van añadiendo los principios activos necesarios que se precisen para conseguir el resultado deseado del producto que se está fabricando.
El aceite ozonizado tiene una gran capacidad germicida lo que hace que actúe de manera muy eficaz contra bacterias, virus y hongos. Por ello es muy recomendable para tratar problemas como el cuero cabelludo sensible o irritado, la caspa, alergias o la aparición de hongos.
Además destaca su acción regeneradora consiguiendo reparar la piel dañada de una manera muy rápida. Esta propiedad hace que estos cosméticos funcionen de maravilla para tratar cicatrices, dermatitis atópica, quemaduras solares o manchas de hiperpigmentación.
Por último tenemos que hablar de su efecto antiinflamatorio que suaviza los picores y que pueden tener resultados efectivos en tratamientos de psoriasis, rosácea o eczemas, así como su función súper hidratante que consigue prevenir la aparición de estrías o reparar las pieles más secas.
Aunque en España la cosmética de ozono aún no está muy extendida, en otros países europeos es muy popular. Los laboratorios Ozoaqua son los pioneros en nuestro país y han lanzado su primera firma de dermocosmética de ozono en nuestro país con una línea de productos para el cuidado de la piel de toda la familia. El producto que tiene más éxito es su Aceite de Ozono, indicado para mejorar rozaduras, irritaciones, eccemas, quemaduras, estrías, etc.
Tratamientos con oxigeno
En unos años nos acostumbraremos a la siguiente rutina: salir de casa, pasar por el gimnasio y terminar la jornada con una sesión en la cámara hiperbárica. Este nombre, que nos puede parecer de lo más futurista, es un revolucionario tratamiento que abandona todos los principios activos utilizados hasta el momento y se basa en el componente más antiguo de la historia de la humanidad: el oxígeno. Su tecnología está cada día más de moda entre las 'celebrities' y los deportistas de élite y además cuentan con el aval del mundo científico.
Hace más de 300 años que se utiliza en el ámbito militar
El horizonte de la industria estética ha puesto el ojo en el uso del oxígeno para mejorar la salud de las células y potenciar los efectos de los tratamientos dermoestéticos de una forma natural y sencilla. El uso del oxigeno tampoco se trata de algo nuevo, hace más de 300 años que esta disciplina existe pero siempre se ha quedado limitada al ámbito militar como terapia que se utilizaba en aeronáutica o en el buceo. Consiste principalmente en la aplicación de oxígeno a presión bajo la supervisión de un profesional especializado. Es un procedimiento que estimula la producción de las células y la regeneración de cualquier tejido, dotando al organismo de un refuerzo para el sistema inmunológico.
Los beneficios de este oxígeno son bien numerosos como "el aumento de la formación de vasos sanguíneos, aceleración de la cicatrización de las heridas, aumento de la producción de colágeno, estabilización de los niveles de azúcar o la mejora de la sensibilidad de las células cancerígenas al efecto de la quimio y la radioterapia, entre otros”, asegura a Vozpópuli el doctor Alfredo José Pichardo, Jefe del Departamento de Medicina Hiperbárica del Hospital Universitario HM Montepríncipe. Además es un tratamiento que tiene muy pocas contraindicaciones y que no presenta reacciones adversas.
Todo ese potencial escondido se aprovecha hoy en día gracias a la Oxigenación Hiperbárica que está disponible en algunas clínicas estéticas como Corner Salud en Madrid. La Oxigenoterapia consigue aumentar la concentración de oxígeno en sangre y favorecer la actividad de las células. Mejora y acelera los procesos de reducción de estrías y tiene aplicaciones directas para el cuidado de la piel en la cirugía de senos, la liposucción, las quemaduras o las manchas de envejecimiento.
Es tendencia entre los profesionales del deporte
Todas estas propiedades lo han convertido en una tendencia para muchos profesionales del deporte ya que resulta de gran utilidad como tratamiento complementario para la preparación del deportista. Pero además, una persona normal, también se puede beneficiar de ellos, sobre todo aquellos que necesitan de una ayuda extra porque sus células no funcionan del todo bien por diferentes causas como el tabaco, una mala respiración, la contaminación o entornos con poco oxigeno.
Al margen de sus beneficios para la piel, esta parte de la medicina es utilizada para una extensa lista de enfermedades, desde aquellas de tipo autoinmune como la artritis o la esclerosis múltiple, hasta otras de índole neurológico como la parálisis cerebral, donde el aporte de oxígeno estimula la regeneración de las células nerviosas del cerebro y repara las conexiones. Su uso también es aplicado para el alivio de dolores crónicos como las migrañas, lo que supone un incremento significativo de la calidad de vida de los pacientes. El tratamiento con oxígeno también puede ayudar a poner fin a la medicación excesiva o a otros tratamientos que pueden resultar demasiado intrusivos para el organismo.