Isabel Pantoja volvió a demostrar que es una diva sobre el escenario como pocas y lo dio todo. Cantó y bailó y se dejó llevar tanto por la emoción que acabó subiéndose la falda más de lo normal y acabó mostrando su ropa interior. Como curiosidad, Isabel repitió el mismo vestido que llevó hace unos días en el concierto que dio en Barcelona.
Desde el primer momento en el que apareció en el escenario de la Quinta Vergara fue recibida con una gran ovación y aplausos y ella respondió ante tantas muestras de cariño: “Os quiero, os amo, os adoro”. Su interpretación no decepcionó.
La cantante estaba acompañada por una orquesta de casi cien personas, récord del festival, que la acompañó durante más de dos horas y que arrancó con ‘Se me olvidó otra vez’, uno de los grandes éxitos del fallecido Juan Gabriel, al que le rendía homenaje en este Festival. “No sabeís cómo me palpita (el corazón) ahora mismo, no tenéis ni idea”, dijo visiblemente emocionada.
Uno de los momentos más especiales fue cuando buscó entre el público a sus hijos, Kiko Rivera y Chabelita para agradecerles que viniesen por sorpresa a Chile para acompañarla en el concierto de ayer y en el del próximo 5 de marzo en Santiago. También está con ella su sobrina Anabel Pantoja.
Isabel lloró al recibir un galardón y echó una gran bronca al público
La tonadillera es conocida por su fuerte carácter y llamó la atención al director de la orquesta y al público de La Quinta Vergara: “Hay muchos sitios para hablar pero no la primera fila. A un artista hay que respetarle. Los amores vienen un poquito más tarde, las risas, los móviles y lo demás... Para todo hay tiempo y hay que sonreír. Les pido a los señores que pueden hablar de sus cosas, pero mientras esté cantando alguien, en nombre de todos los artistas, les pido solo un poquito de respeto. Esta canción es mi vida, y si mi vida no os la vais a tomar en serio, no la canto”, advirtió al público de la primera fila, que reaccionaron aplaudiéndola.
Después siguió interpretando sus míticas canciones y su esfuerzo se vio recompensado cuando le entregaron el máximo galardón del festival, la Gaviota de Platino, que le dedicó a Juan Gabriel. Pantoja no pudo evitar emocionarse y llorar cuando lo recibió. Besó y mordió la gaviota y se lo dedicó a su amigo fallecido.
El premio estaba destinado para el cantante pero al no poder entregárselo en vida se determinó que se lo quedara Isabel, por su amistad con él y su larga trayectoria. Se trata de un galardón que se da en contadas ocasiones. Anteriormente solo se había entregado una sola vez, recayó en Luis Miguel en el año 2012.
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