Cósima Ramírez es una joven de 26 años que siempre ha sido muy peculiar en sus apariciones públicas, siempre vestida por un diseño de su madre, y que ha heredado la creatividad de Ágatha Ruiz de la Prada. Es licenciada en Historia por la Universidad de Brown, una de las ocho mejores de Estados Unidos y desde 2014, trabaja con su madre en la marca que lleva su nombre.A pesar de haberse mantenido siempre muy discreta en su vida personal, ahora ha decidido salir del armario y hablar de su bisexualidad abiertamente en ‘Vanity Fair’. Según ha confirmado en la publicación estuvo muy enamorada de una mujer hace un tiempo: “Fue maravilloso”.Además asegura que la sexualidad no debería tener limitaciones: “Me parece cruel, patético y retrógrado que te juzguen por tu sexualidad. En España son muy cotillas y muy reprimidos. Ya es bastante difícil encontrar pareja, ¿por qué limitarse a una sexualidad?”.
“Mis padres fastidiaron las cosas cuando se casaron”
Cósima, Coco, -como la llaman en su familia-, se ha enamorado de chicos y no descarta enamorarse de algún otro, a pero a día de hoy siempre se ha sentido mucho más comprendida por las mujeres.Sobre el matrimonio lo tiene claro: “Es útil como institución económica”. “Puedes tener un gran amor y no casarte. Mis padres estuvieron juntos durante 30 años y fue al casarse cuando fastidiaron las cosas”, ha señalado.
Cósima confiesa que le pilló por sorpresa el divorcio de sus padres y se ha posicionado del lado de su madre
La hija de Pedro J. también ha hablado del divorcio de sus padres después de 30 años juntos, que confiesa que le pilló “por sorpresa”, cuya ruptura vino provocada por la aparición de una tercera persona en la vida del periodista, la abogada Cruz Sánchez de Lara. “Estas cosas son siempre desagradables. Pero me ha sorprendido el morbo que ha despertado. Con todas las cosas interesantes y revolucionarias que han hecho mis padres, me temo que esta es una de las menos extraordinarias”, se lamenta la joven.Desde entonces ella y la familia vive una situación difícil aunque Cósima lo tiene claro y se ha posicionado del lado de su madre: “Soy la niña de papá, pero en estos momentos no puedo estar de su lado. Mi relación con él ahora es un poco dura porque necesita que le eche un par de broncas. Lo hago por su bien y él lo sabe”, reconoce.Para su madre solo tiene palabras de compasión: “Espero que se le pase el disgusto y que se dé cuenta de lo muchísimo mejor que vamos a estar todos. Ella es más divertida y más moderna que mi padre y se ha tenido que parar de muchas maneras y adaptar a los ritmos de él”.
Cósima asegura que fue un shock ver el vídeo de su padre
Cósima no ha tenido reparos a hablar del polémico vídeo sexual que salió a la luz en 1997 el que se veía a Pedro J. manteniendo relaciones sexuales con otra mujer, Exuperancia Rapú. Una grabación de la que Cósima tuvo constancia años después: “Todos los que me conocían sabían de la existencia de ese vídeo menos yo. Me enteré muchos años después. […] Me pareció indignante que no me lo contaran. Después me metí en internet y lo vi todo. Fue un shock, pero tampoco me importó nada. El héroe de esta historia al fin y al cabo es mi padre, que no se rindió al chantaje”, recuerda la joven.La joven se define como la persona más odiada de la aristocracia española, -su madre es la XII marquesa de Castelldosríus con grandeza de España y vigesimonovena baronesa de Santa Pau -, y explica cómo el internado en el que estudió le cambió para siempre: “Entré como una cría monísima y creyente y salí como una atea rabiosa y anarquista”.En la entrevista, Cósima también ha descrito cómo es la personalidad de su padre al que considera un hombre “vanidoso y orgulloso […] En mi familia todos lo somos” y a su madre como una mujer “muy emocional, que no tiene filtros. Y eso es maravilloso. Pero también pasa de un extremo al otro muy rápidamente y no siempre se rige por la lógica”.La joven no oculta que creció en una casa donde “dos titanes luchaban sin cuartel” para ver quién se imponía. “Ahora mi ego es probablemente igual de monstruoso que el de ellos”, dice con resignación. Al ser preguntada sobre cuál es su mayor complejo no tiene reparos en responder: “Dejar completamente atrás y en la sombra a mis padres”.
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