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Cuatro pueblos de Madrid para disfrutar de la primavera

Una ruta por algunos pueblos indispensables para conocer la Comunidad de Madrid

Su historia, su cultura, su gastronomía o su naturaleza marcan la belleza de esta ruta de pueblos por Madrid. Algunos más conocidos que otros, este recorrido permite a los visitantes abrirse a nuevos destinos a los que escaparse para descubrirlos en primera persona. Una ruta perfecta por los bonitos pueblos de la Comunidad de Madrid que hay que visitar esta primavera.

Ruta de pueblos por Madrid

Entre murallas y arte

En una ruta de pueblos por la Comunidad de Madrid no hay que dejar de visitar uno de los más bellos, Buitrago de Lozoya. Este pueblo, localizado en un promontorio y circundado por el río Lozoya, es conocido especialmente por contar con uno de los recintos amurallados de la época medieval mejor conservados de la península. Su recorrido cuenta con 800 metros de muralla y con tres puertas de acceso en perfecto estado.

Su interior también esconde numerosas joyas como el Museo Picasso, un lugar donde se encuentra una colección de sesenta piezas de Pablo Ruiz Picasso, que incluye desde bocetos y pinturas hasta carteles y documentos realizados en el exilio durante los años 50 y 60. La iglesia de Santa María del Castillo es el único templo medieval que se mantiene en pie dentro del recinto amurallado. Y, en sus alrededores, vale la pena disfrutar de una ruta en medio de la naturaleza por el Camino natural del Valle del Lozoya.

Buitrago de Lozoya © Wikipedia

Parada y fonda

A veinte minutos de Madrid se encuentra el pueblo de Torrelodones, un destino que poco a poco recibe cada vez más turismo por encontrarse en un enclave privilegiado; un destino que fusiona naturaleza, cultura y gastronomía para todos los públicos. Esta villa se encuentra localizada en un cruce de caminos que la hizo ser lugar de paso de legendarias rutas que atravesaban la Sierra de Guadarrama comunicando ambas mesetas haciéndolo convertirse en lugar de parada y fonda de los viajes de los reyes.

La evidencia más antigua que se atestigua es su Atalaya, que formaba parte del sistema defensivo andalusí convertido hoy en día es el icono más reconocido del lugar. Y, en términos naturales, el Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama y el Parque Regional de la Cuenca Alta del Río Manzanares cuentan con un gran valor paisajístico y con diversas rutas de senderismo que vale la pena realizar.

El Canto del Pico © Turismo Torrelodones

Visita obligatoria

Patones de Arriba siempre es una buena idea. Este pueblo, conocido como una de las villas históricas de la Sierra Norte de Madrid, lleva a los visitantes a un viaje al pasado, a los tiempos en los que el hombre vivía en pleno contacto con la naturaleza. En clavada en medio de la montaña, Patones se ha convertido desde hace años en una escapada de desconexión de fin de semana para madrileños y foráneos. Sus calles están llenas de encanto y de una arquitectura que hacen icónica a la villa: casas construidas con piedra y pizarra. Y su gastronomía está marcada por el producto local y de kilometro cero, haciendo que el disfrute de su cocina termine por redondear la experiencia del viaje.

Patones de Arriba © Comunidad de Madrid

En plena montaña

En pleno Parque Natural de Peñalara, una de las maravillas naturales de las que goza la Comunidad de Madrid, se encuentra el pueblo de Rascafría. Su bonito y rústico casco urbano, lleno de comercios tradicionales como las tahonas y los ultramarinos, merece una visita en sí misma. En este recorrido por sus calles hay que hacer parada en el Monasterio del Paular, una joya de la arquitectura gótico-flamígera localizada en pleno corazón de la montaña y, también, en el impresionante museo de pinturas de Vicente Carducho, una galería en donde profundizar más en su obra y su persona.

En los alrededores, los amantes de trekking querrán realizar la ruta que lleva hasta Laguna Grande de Peñalara o pasear hasta el Puente del Perdón por donde continúa la senda de 12 km que lleva a la cascada del Purgatorio. El paseo hasta Presillas del río Lozoya, fuera de temporada de verano y sin bañistas, permite disfrutar en silencio de las aguas cristalinas y su precioso entorno.

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