El resultado de las elecciones generales del pasado 23 de julio convirtió, de manera inesperada, a Carles Puigdemont en protagonista de la actualidad política española. Y es que, a pesar de no ejercer ningún cargo dentro de su partido, Junts, el expresidente catalán ha sido una figura fundamental para las negociaciones con el PSOE, que el pasado 9 de noviembre desencadenaban el acuerdo entre ambas formaciones. Un polémico acuerdo que no ha dejado indiferente a nadie, y ha centrado de nuevo todas las miradas en Puigdemont.
Fue en octubre de 2017 cuando, tras celebrar el referéndum inconstitucional y la proclamación de independencia (que suspendió apenas unos segundos después de ser declarada), el por entonces presidente de la Cataluña se exilió en Waterloo (Bélgica), donde ejerce como eurodiputado, y desde donde ahora se ha convertido en pieza clave para la formación del gobierno de Pedro Sánchez.
Aunque en el centro de las miradas (y la polémica) Carles Puigdemont siempre ha mantenido su vida privada en un discreto segundo plano. Hasta tal punto, que desde que huida de España son muy pocos los que saben de él, ni mucho menos de su familia, su mujer, Marcela Topor y sus dos hijas.
De nuevo en el foco de la actualidad, descubrimos los detalles más desconocidos de la vida Carles Puigdemont.
Su infancia y su familia
El expresidente de la Generalitat nació en Amer, un pequeño pueblo de Girona de poco más de dos mil habitantes, el 29 de diciembre de 1962. Carles es el segundo de los ocho hijos que tuvieron Xavier Puigdemont y Núria Casamajó, quienes regentaron durante años la pastelería familiar en el centro de la localidad. Un negocio que han heredado dos de los hermanos del político, Anna y Francesc.
Puigdemont estudió hasta tercero de EGB en el colegio público de Amer y los siguientes cinco años los pasó interno en santuario de El Collell, en Sant Miquel de Campmajor donde encontró su pasión por la literatura y los libros. Una pasión que años después le llevó a estudiar Filología Catalana en la Universidad de Girona. Unos estudios que no llegó a terminar, comenzando su trayectoria periodística en 1982 en el periódico ‘El Punt’.
Vecinos de la infancia han desvelado en varias ocasiones que el sueño de niño de Carles Puigdemont era ser astronauta. Una profesión muy lejana a su futuro en la política. Y es que además, su familia había tenido muy poco contacto con ese mundo, a excepción de uno de sus tías, Josep Puigdemont, que fue primer alcalde de la localidad por CIU.
La trayectoria profesional de Carles Puigdemont y su elevado sueldo
Como comentábamos, en 1982, Carles Puigdemont inicio su trayectoria profesional en el mundo periodístico como corrector en el diario regional ‘El Punt’, donde trabajó hasta 1999. Ese mismo año, fue uno de los fundadores de la Agencia Catalana de Noticias, donde trabajó como director hasta 2002, cuando fue nombrado director de la Casa de la Cultura de Girona. Entre 2004 y 2006 fue director del periódico ‘Catalonia Today’.
Su trayectoria política tiene origen en el año 1980 cuando asistió a un mitin de Jordi Puyol junto a su tío, alcalde de Amer y militante de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), partido al que poco después de afilió, siendo uno de los fundadores en Girona de la rama juvenil del partido.
En 2006 fue elegido diputado por Convergència i Unió (CiU) por la circunscripción de Girona. Tal y como desvela en su currículum publicado en la web del Parlamento Europeo, Carles Puigdemont fue, entre 2006 y 2016, concejal del Ayuntamiento de Girona; alcalde del consistorio entre 2011 y 2016; y presidente de la Asociación de Municipios de Cataluña por la Independencia, entre 2015 y 2016.
En enero de 2016, fue investido presidente de la Generalitat de Cataluña. Desde 2019 es diputado en el Parlamento Europeo por Junts, cargo por el recibe un sueldo mensual de 9.975,42 euros. Una cuantía de la que, tras deducciones obligatorias como impuestos y seguir de accidente, Puigdemont percibe mensualmente unos 7.776 euros.
Sin embargo, la cantidad final podría ser algo superior, si se le suman otros ingresos adicionales que establece el Parlamento Europeo, como son las dietas o los gastos operativos para alquiler de oficinas, comunicaciones…
Su mujer, Marcela Topor: actriz, pitonisa y presentadora de televisión con salario público
En el centro de la discreta vida personal del expresidente catalán se encuentra Marcela Topor, una filóloga y periodista de origen rumano con la que contrajo matrimonio hace 23 años. Fue en 1998 cuando Marcela, quien hacía sus pinitos como actriz, visitó Girona con la compañía teatral Ludic Theatre, que participaba en un festival internacional de teatro amateur.
Fue entonces cuando conoció a Puigdemont, con quien comenzó a verse por diferentes ciudades de Europa, incluido Lasi, ciudad natal de Marcela. En el año 2000, la pareja contrajo matrimonio en dos bodas: una laica en Roses, y otra por el rito ortodoxo en Rumanía. Son padres de dos niñas, Magalí y María, de 16 y 14 años, respectivamente, a quien sus padres mantienen completamente alejadas del ojo mediático.
Desde su llegada a España, Marcela Topor comenzó a trabajar en diferentes medios de comunicación, primero como traductora en la Agencia Catalana de Noticias, por entonces dirigida por su marido, y más tarde como periodista, primero en ‘Catalonia Today’, un periódico en inglés del que hasta 2011 Puigdemont figuró como consejero delegado; y más tarde en El Punt-Avui.
Desde el año 2018, Mars, como la llaman sus amigos, dirige y presenta ‘The Weekly Mag’, un programa semanal de entrevistas en inglés producido por la Xarxa Audiovisual Local (XAL), dependiente de la Diputación de Barcelona, que el pasado mes de septiembre renovó el contrato a la mujer del político. Un contrato que ha despertado toda clase de críticas, por el que percibe 6.000 euros mensuales, es decir, 1.500 euros por cada programa.
Según desvelaron desde su entorno a 'La Razón', la mujer del político es aficionada a la mística y a la magia. "Es una especie de maga", apuntaron. Además, aseguran que cree en el poder de los amuletos, en la adivinación, y que predice el futuro en función de la naturaleza.
Siempre discreta, Marcela Topor vive a caballo entre Girona y Waterloo, donde visita a su marido siempre que puede, en compañía de sus dos hijas. Con ellas vive en una lujosa casa en Villa Golf, en la localidad de Sant Julià de Ramis, a cinco kilómetros de Girona. Se trata de una vivienda de 300 metros cuadrados en una tranquila y discreta zona que el matrimonio compró en 2003 y que tras un tiempo a la venta, sin conseguir comprador, volvió a acoger a la mujer y a las hijas del político, ya exiliado en Waterloo.
La lujosa mansión en la que vive en Waterloo
Cuando se exilió en Bélgica, en octubre de 2017, el paradero de Puigdemont fue casi un secreto. En el mes de noviembre se dijo que se había instalado en la suite presidencial del hotel Husa President Park de Bruselas, y unos meses después se supo que el expresidente de Cataluña se había trasladado a una impresionante casa.
Así, el político fijó su residencia en una gran casa en Waterloo. Una casa conocida como ‘Casa de la República’ de 550 metros cuadrados, distribuidos en un salón de 65 metros cuadrados, una oficina, una cocina, seis dormitorios, tres cuartos de baño, un garaje con una capacidad de cuatro a cinco coches y una jardín con una superficie de 1.000 metros cuadrados.
Ubicada en una zona residencial alejada del ajetreo, en el anuncio que figuraba en varias páginas web destinadas al alquiler y venta de inmuebles, esta lujosa vivienda tenía un precio de alquiler de 4.400 euros al mes.
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