La monarquía pasa por tiempos difíciles una vez más. La investigación abierta contra el rey Juan Carlos I, su relación con Corinna Larsen y su posterior huida a Abu Dabi han suscitado una gran polémica y han puesto en entredicho la Corona. A ello hay que sumarle la situación delicada en la que se encuentra España a causa de la pandemia del coronavirus.
Estas vicisitudes han supuesto un antes y un después para la Casa Real y para la propia reina Letizia, que ha encabezado e implantado muchos de estos cambios drásticos.
La periodista Pilar Eyre habla incluso de "una nueva Letizia", que ha dejado atrás "las poses deslumbrantes, las actitudes altivas y desafiantes, el glamur de Hollywood, los trajes tan apretados que apenas dejaban caminar, el busto prominente, los tacones vertiginosos, las vacaciones de lujo, las amistades elitistas, el desdén por la prensa...", escribe en su blog de 'Lecturas'.
La mujer del rey Felipe VI ha experimentado un cambio radical, ha dejado muchos lujos atrás para optar ahora por "vestidos de bajo coste y marcas españolas" para el trabajo diario, mientas que para actos y recepciones, "recicla o repite trajes".
Se despide del cirujano plástico y las pestañas postizas
Según la periodista, Letizia se despide de los tacones y stilettos para "echar mano del zapato plano y las americanas" alejándose "de la imagen sorprendente de aquella reina curvilínea y sexy que horrorizaba a unos y encandilaba a otros con un golpe de pestañas (ha prescindido de las pestañas postizas también)".
También ha prescindido de tantas horas en peluquería: sus canas cada vez son más visibles, se ha despedido de su cirujano plástico y ha adoptado otros cambios para ser (o pretender) llevar una vida más discreta. "No la vamos a ver en salidas con amigas, ni en viajes secretos a Barcelona, ni hará visitas al cirujano plástico para hacerse refrescadhinas, como decía el añorado Carlos García Calvo, ni siquiera habrá fotos con su hermana, que vive en Madrid y tiene una hija de la edad de las princesas", según Eyre.
Ni caza, ni bodega, ni chófer
Los reyes Felipe VI y Letizia también han tomado otras drásticas decisiones. La bodega real, que estaba recubierta por arena del océano Índico, -según contó el primo de Letizia Ortiz, David Rocasolano-, hace tiempo que no se llena con nuevos vinos.
Además, según la escritora, se va a desmantelar el pabellón de caza del monarca emérito, que tiene más de 500 animales muertos; también se va a reducir a la mitad los 40 coches de lujo que hay en los garajes del palacio de La Zarzuela y también ha habido recortes en los servicios, incluidos los 60 chóferes que tienen.
En todos estos cambios tiene mucho que ver Letizia Ortiz. "Es el apoyo más firme del Rey, y es la que sugiere o apoya estos cambios, porque Felipe ha vivido siempre rodeado de comodidades y no advierte lo anacrónicas que algunas resultan".
Relación nula con el rey Juan Carlos
La reina Letizia nunca acabó de gustar al monarca emérito, con el que también ha decidido imponer su criterio. "Su influencia se deja sentir también en las relaciones con su familia política. Después de muchos años de sentirse ninguneada, Letizia ha decidido establecer un efectivo cortafuegos".
La relación suegro-nuera es nula hasta tal punto que el emérito no se despidió de ella cuando se marchó a Emiratos Árabes. "Con él no se habla desde el funeral de la infanta Pilar (que tuvo lugar el pasado mes de enero), en el que tuvieron unas palabras algo tirantes y el emérito ni siquiera se despidió de ella cuando se fue a Abu Dabi".
[El rey Juan Carlos llamaba a Letizia “chacha” y “una mujer divorciada más”]
No se habla con sus cuñadas: la infanta Cristina y Elena
Tampoco se lleva bien con la infanta Cristina. Desde que su cuñada y su marido Iñaki Urdangarin se vieron implicados en el caso Nóos, Felipe y Letizia rompieron su relación con ellos y los repudiaron de la familia real. Con Cristina de Borbón "ha cortado toda relación". Incluso en el funeral de la infanta Pilar, Letizia "se interpuso entre ella y su marido para que no se saludaran".
Con la infanta Elena tampoco tiene buena relación pero sí con su exmarido, Jaime de Marichalar. "Se sabe que en los tiempos duros el ex duque de Lugo la defendió, y Letizia nunca olvida un agravio ni un favor", señala Pilar Eyre.
Su relación con la reina Sofía
De sobra es conocida la tirante relación que existe entre Letizia Ortiz y su suegra la reina Sofía. Además la asturiana "nunca ha entendido el carácter de su suegra, capaz de aguantar humillaciones públicas y privadas sin apear su imperturbable sonrisa". "Dicen que cuando se fue a vivir con el Príncipe antes de la boda, se asombró al ver que sus padres hacían vidas separadas y solo se dirigían la palabra en las ceremonias oficiales. Cuando preguntaba, Felipe contestaba, entre triste y molesto: 'Yo no sé nada, de eso no hablamos'", ha relatado la periodista.
El carácter de Letizia quedó patente una vez más cuando prohibió a la reina Sofía ir a ver a sus nietas si ella no estaba o avisaba antes. Eyre recuerda este episodio: "La nanny no la dejó pasar porque Letizia había salido y no había dado permiso para que nadie fuera a visitarlas. 'Soy su abuela', protestó Sofía, pero la salus se mantuvo firme: 'La señora me ha dicho que nadie'. Cuando se quejó a Letizia, esta fue inflexible: 'Perdona, pero será mejor que avises antes de venir'".
La situación se tornó tan complicada y triste para la madre del rey Felipe VI que le provocó más de una lágrima. "El resultado fue que la abuela se pasaba meses enteros sin poder ver a sus nietas, como confesó amargamente a un primo alemán: 'A mí no me dejan verlas y, sin embargo, la abuela Paloma está siempre metida en su casa'", recuerda Eyre.
[Las lágrimas de la Reina Sofía: “¡No veo nunca a mis nietas! ¡No me dejan verlas!”]
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación