La recepción de los reyes Felipe VI y Letizia con el Cuerpo Diplomático acreditado en España, que tuvo lugar el miércoles en el Palacio Real de Madrid, está dando mucho de qué hablar después de que el embajador de Irán, Hassan Ghashghavi, no saludara a la Reina dándole la mano, como hizo segundos antes con el Rey. En su lugar, el diplomático se puso la mano en el pecho e inclinó su cabeza.
El gesto del iraní no le pilló por sorpresa a la reina Letizia pero muchos percibieron que esta le lanzó una mirada fulminante. Además, este 'no saludo' del diplomático ha sido tachado por muchos como un desplante o desaire hacia la mujer del rey de España pero el motivo que hay detrás, no tiene nada que ver con esto.
Tras la polémica suscitada, la embajada de la República Islámica de Irán en Madrid, ha hecho un comunicado oficial este jueves en el que lamenta que se haya malinterpretado el gesto del embajador. Señalan que se han realizado "juicios erróneos, especialmente en redes sociales, por el saludo de su embajador, Hassan Ghashghavi, a la reina Letizia".
El motivo por el que el embajador de Irán no le dio la mano a la reina Letizia
A pesar de las críticas que está recibiendo, la razón por la que el embajador de Irán actuó así se debe a una 'norma' cultural o costumbre que evita el contacto físico con las mujeres en público, algo que también le ocurre a algunos diplomáticos japoneses, que optan por inclinar la cabeza solo.
Los representantes diplomáticos de Irán llevan haciendo este saludo desde hace décadas, desde la revolución islámica de 1979. Esta misma situación ya la vivieron tanto su antecesora, la reina Sofía, como la reina Letizia en una ocasión anterior, en la recepción del 12 de octubre. Ambas fueron advertidas previamente por los servicios de protocolo de que no habría saludo estrechando la mano para evitar situaciones incómodas.
La embajada de Irán en España ha explicado en el comunicado que el embajador se dirigió a la esposa del Rey de manera protocolaria poniendo las manos en el pecho, "como es tradición en el ceremonial de la República Islámica" y recuerda que "este saludo se basa en antiguos y conocidos principios ceremoniales de Irán en todas las recepciones de todo el mundo".
Además señal que "al confirmar la asistencia del embajador al acto, advirtió a protocolo de la Casa Real de que el saludo a la reina Letizia se haría frente a ella y que por temas protocolarios, "no puede estrechar la mano a Su Majestad la Reina".
Por este motivo, la reina Letizia permaneció con los brazos pegados al cuerpo y no hizo ningún ademán de tender su mano al diplomático para saludarle. Se limitó a que hubiera contacto visual hasta que se fue. Sin embargo, le echó una mirada que está siendo muy comentada ya que parece mostrar cierta desaprobación hacia esta costumbre.
Además, hay que tener en cuanta también la dura situación que se está viviendo en Irán, donde sus gobernantes están recurriendo con penas de muerte, cárcel y represión para quien participe en las protestas contra el régimen de los ayatolás. Por lo que la mirada de la Reina tiene un significado aún mayor que el hecho de que no le tiendan la mano al saludarla.
Tras lanzarle esta mirada penetrante la reina Letizia al embajador iraní, la esposa del Rey pasó a saludar a la embajadora de Croacia, Nives Malenica, que era la persona que venía tras Ghashghavi.
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