La reina Letizia nunca olvidará sus primeras Navidades con la familia real. Fue en el año 2003, un mes después de que el entonces príncipe Felipe anunciara su compromiso de boda con la periodista asturiana.
Esa misma noche la pareja ya durmió junta en el pabellón del príncipe a pesar de que a los medios se les dijo que ella se alojaba en el ala de invitados de la Zarzuela. "Una mentirijilla más, como la de que se habían conocido un año antes en casa de Pedro Erquicia", recuerda Pilar Eyre en su blog de la revista 'Lecturas'.
La periodista relata los nervios que tenía Letizia Ortiz en su primera Nochebuena con sus suegros, los Reyes Juan Carlos y Sofía. "No sabía cómo vestirse; al final, optó por una blusa de seda amarilla con un lazo en el cuello, a juego con una falda plisada".
"Letizia se sentía disfrazada con ese look de monja seglar"
Después Eyre continúa diciendo: "Letizia se sentía disfrazada con ese look de monja seglar, pero ¿cómo demonios se vestía una cuando iba a ser la heredera de un trono?".
Los príncipes de Asturias fueron rápidamente en coche al palacio de La Zarzuela porque llegaban justos para ver el mensaje de Navidad del rey Juan Carlos en televisión. "Cuando entraron en la sala abarrotada, llena de parientes de los que Letizia no recordaba el nombre, todos con una copa de champán en la mano, el Rey ya iba por: “Tratemos de mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos…”, cuenta la periodista.
"Juan Carlos no atravesaba una buena etapa. No soportaba a la reina Sofía"
Eyre desvela que el monarca emérito no pasaba por un buen momento, sobre todo ya "no soportaba" a su esposa, la reina Sofía. Después fue cuando conocería a Corinna Larsen, la mujer que le cambiaría la vida. "Juan Carlos estaba algo ojeroso, no atravesaba una buena etapa. Se sentía solo, su relación con la Reina había llegado a tal punto que le pidió al presidente del Gobierno que no le programara más viajes con ella porque no la soportaba. Le faltaban aún dos meses para conocer a la mujer que iba a cambiar su vida para siempre".
La periodista cuenta que cuando escucharon el final del mensaje de Su Majestad el Rey, que decía así: “la Reina y yo agradecemos las muestras de afecto a raíz del compromiso del príncipe de Asturias con Letizia Ortiz Rocasolano…”Felipe de Borbón cogió la mano de su novia y la besó caballerosamente mientras la familia aplaudía, brindaba y gritaba: “Viva el jefe”.
Pijama de franela y zapatillas a juego
Después "se repartieron los regalos mientras los criados pasaban bandejas con canapés de pan inglés.".
Pilar revela el primer regalo (horrible) que recibió Letizia Ortiz de parte de su suegra Sofía en sus primeras Navidades con los Reyes de España. "A Letizia le tocó un feo pijama de franela y zapatillas a juego que había comprado su suegra" aunque eso sí, habían sido comprados en los almacenes Harrods de Londres". Un regalo que sin duda tuvo que dejar impactada a Letizia.
Primeras críticas y reproches de la familia del Rey
En esta cena de Nochebuena fue cuando Letizia Ortiz recibió las primeras críticas y reproches. “¿No sabes esquiar?, ¿y navegar?”, le preguntó la infanta Pilar. Cuando Letizia confesó que nunca lo había hecho, "Pilar pegó un bufido mientras la miraba de arriba abajo". La más condescendiente con ella fue la infanta Margarita, que murmuró: “No te preocupes, es muy fácil”.
José Miguel Fernández Sastrón, el entonces marido de Simoneta Gómez Acebo, al verla incómoda, se acercó para recomendarle la película ‘Good Bye, Lenin!’.
El menú de Nochebuena en el palacio
Después pasaron al comedor a degustar una sopa de almendras. Cada sitio venía con una tarjeta con sus nombres, las parejas las ponían separadas. Letizia cenó al otro lado de la mesa de su prometido. Mientras todos tomaban asiento, el rey Juan Carlos estuvo desaparecido durante quince minutos. Después "llegó, se puso el pico de la servilleta protegiendo la corbata y empezó a comer sin dar ninguna explicación".
A Letizia Ortiz "la cena se le hizo eterna". "Tenía al lado a un silencioso Marichalar, todavía muy afectado por su ictus. Después de la sopa, cenaron perdices escabechadas, pavo, besugo, col lombarda y pasta para las dos vegetarianas, Sofía y su hija Cristina".
Mientras, "Letizia echaba en falta el ambiente espontáneo de su familia, a sus hermanas y abuelos". "¡Todo era tan difícil! ¡Su sencilla historia de amor se había complicado tanto!", escribe Eyre.
Le obligaron a ir a misa del gallo
Pero aún quedaba otra sorpresa por llegar. "A las doce menos cuarto todos se levantaron de golpe. Letizia preguntó qué pasaba y Felipe le contestó que acudían a misa del gallo en la capilla".
Según Eyre, "la Reina Letizia iba a protestar, sobre todo cuando advirtió que el Rey se metía en su despacho y muchos primos cogían los coches para irse, pero Felipe la miró de una forma tan suplicante que se envolvió en su capa y, aunque le hubiera gustado volar como Mary Poppins y perderse en los espacios siderales, tuvo que aguantar la hora entera que duró la ceremonia".
En su vuelta a casa, Pilar cuenta que "Letizia estaba tiritando, y no solo por el frío".
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