Mientras el rey Juan Carlos I no para de dar que hablar, su esposa, la reina Sofía, mantiene un segundo plano, como siempre, muy discreto. Sin embargo, ahora ha saltado a la palestra tras un acto vandálico que ha sufrido la tumba en la que se encuentren enterrados los restos de sus padres, los antiguos reyes Pablo y Federica de Grecia.
El Ministerio de Cultura y Deportes griego y Policía helena han comunicado que dichas tumbas, situadas en los jardines del palacio de Tatoi, a las afueras de Atenas, aparecieron esta semana partidas. La cruz de la lápida se encontró rota en tres piezas durante una patrulla rutinaria de los agentes policiales.
Tras los hallazgos, se está investigando quién o quiénes pueden estar detrás de este acto vandálico. Asimismo, se ha puesto en marcha la restauración del monumento funerario.
El cementerio, un recinto privado y abandonado
El cementerio de Tatoi, donde se encuentra la tumba, es un recinto privado rodeado de jardines y bosque, y actualmente abandonado.
En la tumba en cuestión descansan os restos de los monarcas (el rey Pablo falleció en 1964 y la reina Federica en 1981). Desde hace décadas, la Familia Real griega se reúne en este lugar cada año para rendir tributo a sus familiares fallecidos.
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