Los retoques estéticos son cada vez más comunes, y no solo entre las mujeres, también entre los hombres. Y no nos referimos solo a que sea más habitual hacerlo, también contarlo. Mientras que hace unos años era considerado un tema tabú, cada vez hay menos hermetismo respecto a este tema.
“La medicina estética ya no es solo cuestión de mujeres. Con el paso de los años, la proporción de mujeres y hombres que buscan mejorar su piel y su imagen general es cada vez más equilibrada”, cuenta la doctora Karen Wejbe, cirujana Otorrinolaringóloga con máster en Medicina Estética que trabaja en la clínica FACE Madrid, el centro en el que confían Nieves Álvarez y Lydia Bosh, entre otras ‘celebrities’.
Aunque el elixir de la eterna juventud no existe, sí hay pequeños gestos que todos podemos incorporar a la rutina de belleza. Y, según los expertos, cuanto antes se haga para prevenir el envejecimiento, mucho mejor.
“La franja de edad que más demanda estos tratamientos se sitúa entre los 40 y 50 años y, con este asentamiento, el repertorio de retoques estéticos masculinos no deja de crecer, todos ellos ajustados a objetivos y necesidades”, aclaran desde la Clínica Dra. Brilliant.
Lo ideal, como recuerda la doctora Karen Wejbe, es trabajar en el “prerejuvenecimiento y el rejuvenecimiento” y “encontrar un equilibrio natural conservador, que es precisamente lo que siempre buscamos y logramos con éxito en cada paciente, sea hombre o mujer. No hay cambios drásticos ni extremos en FACE Madrid, sólo una mejora sutil, natural, suave, equilibrada y renovada”.
Los retoques más demandados por los hombres
Cuando un hombre acude a una clínica estética, como apunta el doctor Julián Bayón, es para mejorar la calidad de la piel. “Los hombres buscan, sobre todo, mucha hidratación con ácido hialurónico no reticulado, que nos ofrece la oportunidad de trabajar la piel desde el punto de vista de la hidratación, la redensificación, de darle mejor color, mejor brillo, una textura más firme sin aportar volumen”, aclara Bayón, por cuyas manos han pasado conocidas 'influencers' como Laura Escanes o Alexandra Pereira.
Con toxina botulínica
Tanto la doctora Wejbe, de FACE Madrid, como la doctora Bañón, de la Clínica de Medicina ENEA, coinciden en que el tratamiento más demandado entre los hombres es la toxina botulínica. “Está dirigido a prevenir y tratar las arrugas del tercio superior, disminuir o eliminar las líneas de expresión del entrecejo, área frontal y zona periocular, disminuyendo así el aspecto cansado del rostro. Para esto usamos la toxina botulínica (más conocida como Bótox ®), siempre conservando un aspecto natural”, aclara Wejbe.
Se usa para mejorar ese aspecto de relajación, dar un aspecto más descansado a la mirada, sin cambiar nada. “Yo diría que los hombres, sobre todo, lo que buscamos es mejorar sin cambiar”, señala Bayón, en cuya cuenta de Instagram ha mostrado cómo él mismo también es habitual de este tipo de tratamientos.
Con ácido hialurónico
Los hombres, por lo general, son reacios al uso del ácido hialurónico porque lo relacionan erróneamente con el volumen. “Si les dices hialurónico, piensan en relleno, tienen miedo por los volúmenes. Cuando hablamos de hialurónico no reticulado nos referimos a un hialurónico para redensificar, para hidratar y aporta jugosidad y elasticidad”, recuerda Bayón.
Sin embargo, otros piden una masculinización facial. “Nos referimos a la marcación mandibular y aumento de mentón en la que se realiza una recuperación de contornos mandibulares, marcación de ángulo mandibular y aumento de mentón, según el caso de cada paciente, dando un aspecto más masculino. Esto se realiza con rellenos faciales tipo ácido hialurónico o hidroxiapatita cálcica ( Radiesse ®)”, dice Wejbe.
¿Sabías que el ácido hialurónico también puede cambiar la forma de la nariz? “Uno de los tratamientos que nos solicitan es la rinomodelación con ácido hialurónico. Con un pequeño retoque podemos conseguir una nariz más acorde con el rostro del paciente y sin la necesidad de pasar por el quirófano”, asegura la doctora Beatriz Beltrán.
Otro de los usos del ácido hialurónico es para eliminar las ojeras. “Los varones tenemos tendencia a tener la zona deprimida y algo pigmentada. Es un área que desde muy jóvenes podemos tener marcada y el relleno nos ayuda a mejorar ese aspecto de tener cara de cansados, de haber dormido mal o de estar tristes”, explica Juanma Revelles, dermatólogo en IMR Madrid.
“Mediante la infiltración de ácido hialurónico corregimos el hundimiento de la zona y a su vez puede ayudar a corregir la pigmentación de esta, que suele dar aspecto cansado a la cara. Para este tratamiento se usa un ácido hialurónico específico para esta zona”, añade la doctora Wejbe.
Con ácido poliláctico
A diferencia del hialurónico, que no es un relleno dérmico, el ácido poliláctico actúa como estimulador de colágeno y se usa para tratar la flacidez tanto facial como corporal. “Son unos cristales, en polvito, que se inyecta diluido, y estimula la formación de colágeno a nivel facial. Lo que hacemos es que sin aportar un volumen como tal, mejora sobre todo la calidad a nivel de colágeno de la piel y le da una firmeza mucho mayor”, relata el doctor Bayón.
Otros tratamientos
Sin embargo, hay vida más allá de las inyecciones. Cada vez más hombres apuestas por el 'peeling' químico, que ayuda en la renovación celular de la piel y exfoliación, tratar el acné, alteraciones en la textura de la piel, arrugas leves, daño solar, alteraciones en la pigmentación, mejorar cicatrices, o dar luminosidad a la piel, el 'microneedling' con radiofrecuencia, que es un procedimiento que ayuda a la estimulación y la producción de colágeno.
Y, para el pelo, aunque lo más conocido es el trasplante capilar, ésta es la última opción porque hay tratamientos que sí nos pueden ayudar antes de recurrir al quirófano “Con el objetivo de mantener la densidad capilar y evitar tener que llegar a un trasplante de cirugía capilar, se utilizan tratamientos tanto a nivel oral como en microinyecciones basadas en fármacos anti andrógenos o en inyección de plasma rico en factores de crecimiento plaquetario”, comenta el doctor Carlos Morales Raya.
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