Con un escenario de "desaceleración económica" en el horizonte, el mundo de la moda se enfrenta a un 2020 con una incertidumbre mayor que en anteriores años. A los posibles altibajos económicos que se pueda vivir, y que afectan al sector desde el primer minuto, se mira con recelo los cambios en el hábito de consumo que se están empezando a poner de relieve.
El consumidor habla y las marcas tienen que escucharle. La forma de comprar está evolucionando y las firmas que no se adapten y evolucionen terminarán muriendo. Si hace unos años la venta online desestabilizó por completo el sector, durante este año veremos un nuevo cambio con la llegada del consumo responsable y la preocupación medioambiental. ¿Cómo adaptarse? En Vozpópuli analizamos las tres estrategias clave que ya han empezado a poner en marcha las grandes compañías.
Invertir en moda ecológica
En la última Cumbre del Clima celebrada el pasado mes de diciembre en Madrid, se puso de manifiesto el esfuerzo de las firmas de moda en destacar y promocionar todos los protocolos que han puesto en marcha para garantizar a sus clientes su compromiso con el planeta.
La moda es la segunda industria más contaminante del planeta
¿Por qué tantas ganas de demostrar su espíritu verde? Más allá de su pasión por el 'postureo', el sector de la moda es consciente del lugar que ocupa dentro de los problemas ecológicos que estamos viviendo ya que es la segunda industria más contaminante, sólo superada por el sector del petróleo.
Pero en este peligroso puesto la responsabilidad es compartida. No toda la culpa la tienen las marcas, también el consumidor es responsable por comprar más allá de lo que necesitaría y realizar compras compulsivas. El presidente de la Asociación Creadores de Moda de España (ACME), Modesto Lomba, comenta a Efe: “La sociedad vive en una contradicción, porque quiere preservar el medioambiente, pero consume de manera irresponsable".
Por su parte el diseñador Juanjo Oliva apunta que las firmas deberían redoblar sus esfuerzos en comercializar prendas "realmente sostenibles”, y considera que "todos debemos variar conductas y atender al sentido común, intentando no consumir de manera compulsiva, fijando la atención en dónde y cómo están fabricadas las prendas y cuánto contaminamos el medioambiente”.
Si no eres parte de la solución, eres parte del problema
Javier Goyeneche, fundador de Ecoalf, una de las firmas pioneras en sostenibilidad de España, incide en que el sector debe cambiar su modelo de negocio para “tener un impacto positivo. Si no eres parte de la solución, eres parte del problema", indica. Goyeneche va más allá y declara que el reto mediombiental en la moda no es un reto para este año, sino para toda la década afirmando que "la sostenibilidad es el reto más importante al que se enfrenta la moda”.
Uno de los pasos más comunes que están llevando a cabo las firmas textiles es apostar por las materias primas recicladas, sobre todo por algodón que provenga de fuentes sostenibles. Se trata de un tema fundamental ya que, a día de hoy, solo el 5% de la ropa que consumimos está fabricada con algodón respetuoso con el medioambiente.
Diseñar prendas con alma
El nuevo tipo de cliente, consciente de su responsabilidad en los problemas ecológicos de la moda, va a disminuir sus compras en ropa. El consumo responsable ha llegado para quedarse y el reto de las firmas es que pueda disminuir la cantidad de prendas vendidas pero no el coste total de la compra. Pero ¿Cómo hacer que el cliente pague lo mismo comprando menos? La clave está en vender prendas con alma que convenza al consumidor a realizar esa compra.
En este año que comienza se habla de reducir los impulsos y comprar estrictamente lo que se necesita. Nos encontramos ante una situación de desorientación en el consumo y lo importante es saber que no es una moda pasajera, sino que las nuevas generaciones vienen aprendidas para realizar un consumo responsable.
Compra menos y elige bien
La diseñadora británica Vivienne Westwood dijo: "compra menos y elige bien", una frase que tiene una legión de seguidores y que apela al consumidor para que elija una compra de prendas con largo recorrido. Y es que una forma de conseguir esas prendas con alma es conseguir diseños atemporales, que puedas comprar hoy y utilizar durante años. Lo primero para ello es un diseño que no esté atado a las últimas tendencias, y lo segundo, y más importante, que esté realizado con unos buenos materiales capaces de soportar el uso de la prenda durante años y que siempre parezca como nueva. "Para mí es un orgullo que clientas de toda vida aún luzcan prendas que les hice hace 30 años, y no hay nada más sostenible que eso", asegura a Efe el diseñador Modesto Lomba.
Uno de los retos de la industria de la moda para este 2020 es que el consumidor invierta en este tipo de moda y valore la calidad del producto y prescinda de las compras compulsivas. "Es el momento de adquirir emociones", indica Lomba.
Otra forma de supervivencia que están probando las firmas es el alquiler como alternativa a la venta. Sobre todo en artículos de altos precios como prendas de fiesta o complementos de lujo.
Otro sistema posible es la reventa de ropa de segunda mano. Cada vez proliferan más las tiendas vintage en las grandes ciudades. Tanto la venta de ropa usada como el alquiler son dos ideas alternativas al consumo masivo que no infiere en el desgaste ecológico que supone la fabricación.
Una demostración de cómo está calando estas nuevas formas de compras en la sociedad se produce cuando muchas celebrities se han subido a esta ola y lucen y presumen de piezas antiguas y moda vintage. Son muchas las VIPs que están utilizando piezas icónicas de grandes firmas como Versace, Hermés o Thierry Mugler pero que no pertenecen a sus últimas colecciones.
Apostar por la artesanía
Cada vez existe mayor interés entre los consumidores por saber de dónde vienen los productos que adquieren y sobre cómo han sido elaborados. Ante este panorama, el terreno está abonado para que vuelva a florecer el trabajo artesanal.
La artesanía tiene un fuerte compromiso con el medio ambiente y, por tanto, comprar prendas y complementos artesanales te convierten en un buen consumidor que realiza una compra responsable. Pero la artesanía necesita tiempo, algo que está en total contradicción con el consumo compulsivo actual donde todo se puede conseguir a golpe de un solo click.
La artesanía no sólo es positiva por usar buenas materias primas, sino que también trabaja con otros conceptos fundamentales como la producción en proximidad o la recuperación de oficios en riesgo de perderse. Precisamente es este un trabajo que pone en valor la cultura local y preserva el patrimonio de un país.
El éxito de la moda ya no se mide en la cantidad, sino en calidad. En definitiva, en estos momentos, y con visos de mantenerse en a largo plazo, lo mejor es apostar por la exclusividad y los diseños creativos.
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