Fue en agosto de 2020 cuando el rey Juan Carlos se marchó a vivir a Abu Dabi. Desde entonces, y tras una temporada alejado de España, y del ojo mediático, el padre del rey Felipe VI ha regresado tanto para disfrutar de su pasión por la vela como para reencontrarse con amigos y familiares. Unas visitas cada vez más frecuentes, tal y como ha demostrado con sus viajes a Sanxenxo, o el pasado diciembre durante el cumpleaños de la infanta Elena.
Dispuesto a normalizar sus visitas a España, tal y como aseguró su entorno hace unos meses cuando puso fin a su último frente judicial por la demanda de Corinna Larsen, el rey Juan Carlos aprovecha sus viajes para disfrutar de los suyos. Sobre todo de sus nietos, a los que está muy unido. Algo que la distancia y las vidas de cada uno de ellos no siempre hacen posible.
Siempre se ha hablado de la estrecha relación que mantiene el rey Juan Carlos con sus nietos, quienes sienten auténtica devoción por él. Eso sí, hablamos de seis de sus ocho nietos, los hijos de las infantas Cristina y Elena. Porque, tal y como han confirmado diferentes fuentes, el vínculo entre el Emérito y las hijas de los reyes Felipe y Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía, es inexistente.
Así, desde su nacimiento, los nietos del rey Juan Carlos han estado unidos y protegidos por su abuelo. Un abuelo que “los tiene totalmente dirigidos” y controlados, tal y como asegura la periodista Silvia Taulés en su libro, ‘Los sobrinos del rey’.
El rey Juan Carlos paga todos los lujosos gastos de sus seis nietos
Son, sin duda, seis de los rostros más conocidos de nuestro país. Algo que no todos los nietos del rey Juan Carlos aceptan. Y es que, tal y como señala la autora en su libro, “los sobrinos del rey Felipe VI tienen una obsesión: ser normales. Algo que por mucho que lo intenten no lo consiguen. Ni lo conseguirán”.
Y es que, ser miembros de la familia del Rey tiene sus beneficios y sus perjuicios. “Nacieron con una responsabilidad y unos privilegios que no se han traducido después en una vida más fácil. Para ellos es un peso muerto que arrastran y arrastrarán toda su vida” señala Taulés, quien recientemente apuntaba en el programa ‘Socialité’: “El rey Juan Carlos tiene a sus seis nietos bajo su paraguas. Les paga los vehículos, les paga los viajes… los tienen así totalmente dirigidos”.
Mucho se ha hablado de los pagos que hace el rey Juan Carlos en favor de sus nietos. Así ocurrió en 2020 cuando salió a la luz la existencia de unas tarjetas que utilizaba el rey Emérito y su familia, cortesía de un empresario mexicano. Unas tarjetas con las que se pagaron hoteles, viajes y regalos. Pero además, tal y como contaron José María Olmo y David Fernández en el libro ‘King Corp. El imperio nunca contado de Juan Carlos I’, la infanta Elena compró dos caballos a Victoria Federica (Dibelunga, una yegua de 10.000 euros, y Magali), con unos fondos por los que fue investigado por blanqueo Nicolás Murga, coronel del Ejército del Aire y mano derecha del rey Juan Carlos, que también ha ejercido siempre de protector de los nietos.
Entre los generosos detalles que tiene el rey Juan Carlos con sus nietos también se encuentra la tradición de pagarles a todos, una vez cumplida la mayoría de edad, el carnet de conducir. E incluso, aseguran que también se hace cargo de los vehículos.
Así, tal y como señaló ‘Vanitatis’ en 2022, durante mucho tiempo, los hermanos Urdangarin condujeron “un Volkswagen Golf GTE de color gris, matriculado en mayo de 2020 y adquirido ese mismo mes en contrato de ‘renting’ por Juan Carlos de Borbón y Borbón”. Un coche de gama media en comparación a los que hemos visto conducir a los hijos de la infanta Elena: un Audi Q3 a Froilán (valorado en unos 40.000 euros, y que se dijo había alquilado) y un Mini a Victoria Federica, que desde su entorno aseguraron eran también de ‘renting’.
A finales del pasado año, era Irene Urdangarin, la hija pequeña de la infanta Cristina, quien se sacaba el carnet de conducir, regalo por su mayoría de edad de su abuelo. Algo tras lo que, según señaló ‘Informalia’, la joven no dudó en pedir un coche al Emérito. Además, fue él quien, según aseguraron diversas fuentes, corrió con los gastos de la graduación de Irene en Ginebra, unos 30.000 euros entre comidas, cenas, alojamiento y vuelos. Como también lo hizo con los de la puesta de largo de Victoria Federica en 2019, una cantidad no inferior a los 100.000 euros, según apuntó ‘Vanitatis’.
Pero el rey Juan Carlos no solo hace regalos y paga caprichos a sus nietos, también les costea sus estudios. Unos estudios que se encuentran muy lejos de la normalidad que ellos ansían tener.
Es el caso de Froilán de Marichalar, el nieto mayor, que en 2017 comenzó sus estudios en el CIS The College for International Studies, una elitista universidad que tiene un coste de 20.306 euros por curso; o de los cuatro hermanos Urdangarin, quienes tras su paso por el Liceo Francés de Barcelona estudiaron en la Escuela Internacional de Ginebra, conocida como Ecolint, cuyo precio por curso es de 30.000 euros anuales cada uno, “cantidad a la que hay que sumar un puñado de gastos extras” matiza Taulés.
Así controla el rey Juan Carlos la vida de los hijos de las infantas Cristina y Elena
Tal y como apunta la periodista en su libro, el rey Juan Carlos es uno de los principales protectores de sus nietos. Y no solo les costea los estudios. Por ejemplo, en el caso de Miguel Urdangarin, también le ayuda con los gastos, “nada desdeñables si tenemos en cuenta que las carreras universitarias y la vida británica son mucho más caras que en España. La matrícula, los libros, el alquiler y el día”.
“Aunque, según nos cuentan, ninguno de los Urdangarin chicos es demasiado “gastón”. Irene es otro cantar, porque le gustan las marcas y la moda, y eso ya es más caro”, apunta Taulés, que destaca la pasión por las tendencias y las marcas de la hija pequeña de la infanta Cristina. Una apasionada de las zapatillas deportivas Golden Goose (500 euros el par), que se dejó ver por Barcelona hace unos meses con el bolso Timeless de Chanel, “lo venden en la tienda online al precio de 9.700 euros”.
Así, el rey Juan Carlos se hace cargo de todos los gastos de sus nietos. Pero además, está muy pendiente de sus vidas. Así lo desvela Silvia Taulés: “Sobre todo desde que se fue a vivir a Abu Dabi, donde, nos informan, recibe cada mañana un informe de cómo va la vida de los seis hijos de las infantas Cristina y Elena”. Un informe de las actividades y de su día a día, que no duda en controlar.
Así ocurrió en mayo de 2023 cuando, tras aparecer en un acto con las cejas pintadas de rosa, Victoria Federica recibió la llamada de su abuelo, “para preguntar qué era eso”. “No le gustaba el camino que estaba tomando y menos que lo hiciera con una imagen totalmente alejada de lo que se espera de una royal, porque le guste o no a la hija de la infanta Elena, siempre será un miembro de la realeza europea”, cuenta la periodista.
La devoción que sienten los nietos del rey Juan Carlos por él
Convertido en su protector y benefactor, los nietos del rey Juan Carlos sienten una auténtica devoción por él. “El peso del abuelo sobre estos niños es tremendo. Felipe no da un paso sin pensar en lo que pensará su abuelo. Y cuando se equivoca, que han sido tantas veces, siempre se arrepiente por él mismo, claro, pero sobre todo por su abuelo” cuenta un miembro de la familia en el libro ‘Los sobrinos del rey’.
Un importante papel también presente en la vida de Victoria Federica. Así lo desveló ella misma en la revista 'Elle', donde ofreció su primera y única entrevista. “Mi abuelo es mi persona favorita” aseguró la hija de la infanta Elena, “algo que le llenó de orgullo y satisfacción a don Juan Carlos, claro, quien desde la distancia pensó que así, sí”, apunta Taulés.
“Desde niña le he admirado, siempre le he visto como un hombre delicado y espero que todo el trabajo y el esfuerzo que ha hecho durante toda su vida sea reconocido y estimado. A nivel personal es un referente, como para cualquier persona lo es su abuelo, eso es obvio, y le considero mi segundo padre, pero también para mucha gente de España ha sido importante, y lo sé porque se acercan a decímelo” declaró Victoria Federica, “sigue siendo mi mayor fuente de inspiración. Lo será hasta que me muera”.
Y es que, aunque deseosos de ser normales, Froilán, Victoria Federica, Juan, Pablo, Miguel e Irene, también tienen beneficios por ser nietos del rey Juan Carlos, quienes “poco a poco han ido encontrando su lugar, se han hecho mayores y son conscientes del papel que les toca jugar, les guste o no”, señalan desde el entorno familiar en el libro de Silvia Taulés. Una fuente que añade: “Es injusta la forma en la que los tratan, en la que la gente y la sociedad los mira, pero seguiremos esforzándonos para conseguir que den ejemplo y se conviertan en un referente. Y no solo por ellos sino por su familia”.
“Y que se conviertan en dignos de la admiración de su abuelo” matiza la periodista. “Estos chicos tienen buen corazón y saben lo que vive su abuelo, el peso que tienen de responsabilidad y su familia. A su abuelo lo adoran, es como su segundo padre y lo tienen en un pedestal”. Una adoración que está claro viaja en ambos sentidos.
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