La vida de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin cambió de forma radical cuando fueron imputados por el caso Nóos. El rey Felipe VI y la reina Letizia rompieron la estrecha relación que tenían con la pareja y marcaron distancias para no perjudicar la imagen de la monarquía, que ya estaba dañada por la polémica cacería de elefantes del rey Juan Carlos I en Botsuana. El Rey estuvo años sin perdonar a su hermana y su relación era fría y distante hasta que se produjo la separación y divorcio de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. Poco a poco fueron acortando distancias y el pasado sábado, en la boda de Victoria López-Quesada y Enrique Moreno de la Cova, se les pudo ver juntos en el mismo coche, dando imagen de unión. Una imagen que estaba “orquestada”, según comentó la periodista Pilar Eyre, para que todos viéramos una reconciliación pública, y aprovechando que la reina Letizia estaba en los Juegos Paraolímpicos en París.
Mientras la infanta Cristina ha vuelto a ser ‘acogida’ en la familia real tras separarse de Iñaki Urdangarin, él ha sufrido una gran transformación y sigue con su vida al lado de su novia, Ainhoa Armentia, con la que fue fotografiado de la mano por la playa de Bidart cuando aún estaba casado con su mujer. Al quedar al descubierto la supuesta infidelidad, se produjo la inminente ruptura del matrimonio en enero de 2022.
La transformación de Iñaki Urdangarin: “Está como trastornado”
Todo lo que aconteció en los últimos años ha pasado factura a Iñaki Urdangarin. Cuando fue imputado, “empezaron los problemas y dificultades” que fueron en aumento, y cuando entró en prisión, “cayó en una especie de desconcierto mental que le alejó de todo, incluso de su familia”, según señala en entorno más cercano de la infanta Cristina y publica la periodista Silvia Taulés en ‘Vanitatis’. Tras cumplir condena y salir de la cárcel, el exduque de Palma rompió “más si cabe las conexiones sentimentales que le unían a su mujer”.
La transformación del exmarido de la infanta Cristina ha sido tal, que el rey Juan Carlos I ha expresado a su círculo que Iñaki Urdangarin “se trastocó”. “Está como trastornado. No es él”, según escribe la periodista experta en Casa Real. Además, el Emérito tiene una gran preocupación al ver que su hija sigue manteniendo buena relación con el padre de sus cuatro hijos: Juan, Miguel, Pablo e Irene Urdangarin.
El rey Juan Carlos I fue quien asesoró desde el principio a la infanta Cristina en el proceso de divorcio, que duró dos años. Sin embargo, al ver que a ella “no rompía el hilo” e Urdangarin “pedía y pedía son freno”, se percató de que su hija “era capaz de dar a su exmarido todo lo que pedía, que no era poco”.
Iñaki Urdangarin negoció su divorcio desde el planteamiento de que “todo lo que le ha sucedido ha sido por culpa” de la familia de su mujer, “piensa que le dejaron en la estacada y que tenían que haberle ayudado”.
El rey Juan Carlos I decidió distanciarse del proceso de divorcio y lo dejó a cargo de sus asesores más cercanos. “No quería pagar él el pato de la infidelidad de Iñaki”, ha indicado el círculo íntimo de la familia.
La infanta Cristina también se percató de que su marido “no estaba bien, mucho antes de que saliera de prisión”. Según Taulés, cuando Iñaki Urdangarin estuvo en la cárcel de Brieva, la hermana del rey Felipe VI “realizó varias llamadas importantes para pedir documentos que demostraran que su marido le había sido infiel durante su matrimonio”. Incluso llegó a visitar a un abogado en Barcelona pero al final, por “misericordia”, “abandonó cualquier intento de iniciar un proceso de separación”.
Aunque había una crisis en el matrimonio, Cristina de Borbón decidió luchar por él y estar a su lado en el proceso de readaptación tras salir de prisión. Sin embargo, Iñaki Urdangarin comenzó “una relación sentimental paralela que lo dinamitó todo” y la Infanta quedó totalmente “devastada”. A pesar del enfado monumental, sus sentimientos de cariño continuaban porque “sigue siendo el padre de sus hijos y eso es fundamental para ella, que es religiosa y tradicional”, según han explicado fuentes cercanas a la Infanta.
Otros cambios que ha sufrido Iñaki Urdangarin
Otro de los grandes cambios que se produjo en Iñaki Urdangarin, que sorprendieron a su entonces mujer, fue “la obsesión por lo religioso, la lectura compulsiva de libros de religión, su devoción intensa… Lo dicen Cristina y su padre, que se ha trastocado”.
El rey Juan Carlos I y su hija, la infanta Cristina, también ven con asombro que Iñaki Urdangarin esté luchando por ser una persona anónima, algo que ven que es imposible, como comentan a su círculo más cercano. “Hombre, un exmiembro de la Familia Real, el preso más famoso de España, exduque… ahora quiere que nadie le conozca, eso es una locura más, lo curioso es que Cristina le apoya hasta en eso”.
La experta en Casa Real señala que por este motivo es que hemos visto a la infanta Cristina llevar su alianza de casada. “Ella recuerda al Iñaki de antes, al que era su marido, y dice que nada tiene que ver con el hombre de ahora, que es un desconocido, un hombre distinto”, indican las citadas fuentes. El rey Juan Carlos I ha comentado esto mismo a su círculo más cercano y evita reencontrarse con su ex yerno aunque en la graduación de Irene Urdangarin coincidieron.
El carácter del ‘nuevo Iñaki’ también quedó reflejado en uno de sus últimos encuentros con la prensa en Barcelona, el pasado mes de abril tras comer en el restaurante Upper, el favorito de su exmujer. Urdangarin llegó a perder los nervios al sentirse perseguido por los fotógrafos, un comportamiento atípico que sorprendió a los reporteros, que le conocen desde hace años.
Su abogado y amigo, Mario Pascual Vives, también reconoció que Iñaki Urdangarin no era el de antes e incluso su entorno mostró su preocupación. Aunque todos coinciden, incluida la infanta Cristina en que “ese no es Iñaki”, él sigue llevando una vida discreta y familiar y está feliz con su pareja, Ainhoa Armentia, con la que se mudó a vivir en enero de 2024, tras firmar el divorcio y quedarse sin escoltas.
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