A pesar del escándalo que hay formado en torno al rey Juan Carlos I, tras salir a las luz las grabaciones de Corinna zu Sayn-Wittgenstein, éste sigue haciendo su vida normal y no se esconde, a pesar de que al principio tuvo que ser asistido por los médicos tras sufrir un ataque de ansiedad.
El fin de semana pasado reapareció, tras la polémica, en las regatas de Sanxenxo donde tenía intención de participar, hasta que se cancelaron por falta de aire. Allí trató de evitar a las preguntas de la prensa y llegó a estar una hora en el interior de un coche con tal de no bajarse.
Aprovechando su viaje a Sanxenxo, Pontevedra, el monarca emérito hizo una parada en uno de los restaurantes más prestigiosos de León, ‘El Capricho’, de Jiménez de Jamuz, donde degustó un buen chuletón de la famosa carne de buey de este local, conocida por su calidad, además de cecina, tartar de atún y dos vinos del lugar: El Capricho y Fuentes del Silencio.
El rey Juan Carlos llegó acompañado de cuatro o cinco amigos y de su escolta y compartió el salón con otros comensales, según han asegurado fuentes del restaurante a ‘Vanity Fair’, y avisó un día antes al restaurante. “Estuvo encantador con todo el mundo”, han señalado, para después continuar explicando: “Probó un poco de todo pero no comió grandes cantidades. Tampoco tomó postres”.
El propio restaurante ha compartido unas imágenes en sus redes sociales en las que se ve al emérito en su restaurante, junto a estas palabras: “Ha sido un honor tener en nuestra casa a don Juan Carlos. Queremos agradecer lo cercano que ha sido con todo el equipo y su gran labor en muchos momentos importantísimos para nuestro país”.
Ha sido un honor tener en nuestra casa a don Juan Carlos. Queremos agradecer lo cercano que ha sido con todo el equipo y su gran labor en muchos momentos importantísimos para nuestro país. pic.twitter.com/G3fQlBEA4Y
— Bodega El Capricho (@ElCaprichoLeon) July 17, 2018
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