Ya os hemos contado todos los detalles de la boda que se celebra este miércoles entre Rociíto y Fidel Albiac. Disgustos de la preboda aparte, los novios contraen matrimonio 17 años después de que empezaran a salir.
Pero antes, no olvidemos que Rocío se casó con otro hombre, en una boda que seguramente, preferirá no recordar hoy.
El 31 de marzo de 1996, Rocío Carrasco y Antonio David Flores contraían matrimonio, muy jóvenes –ella tenía 19 años- en la finca de Yerbabuena y bajo los atentos ojos de los desaparecidos padres de la novia, Rocío Jurado –quien se casó un año antes con el torero José Ortega Cano- y el boxeador Pedro Carrasco, que fueron los padrinos de este primer enlace.
(La primera boda de Rociíto en portada de 'Diez Minutos')
Pese a eso, hoy Rocío no se habla ni con su ex marido ni con Rocío Flores Carrasco, la hija que tuvo con éste. Y será algo que lamentará profundamente, y una espinita que tendrá clavada en su corazón, teniendo en cuenta que ninguno de sus dos padres podrá estar presente en esta segunda boda, la que a ella le hace realmente feliz.
Pero volvamos a esa otra boda que ella no querrá recordar en un día como el de hoy, veinte años más tarde.
La ceremonia religiosa comenzó a las 14:20h y los primeros invitados habían empezado a llegar a la ermita de Las Vírgenes de la Dehesa Yerbabuena a las 11:30h, mientras el novio lo hacía minutos más tarde en calesa y acompañado de su madre y madrina, Luisa Carrasco.
Por su parte, Rociíto lo hizo en otra calesa del siglo XVIII acompañada por su padre, y lo hacía vestida por Antonio Ardón con un espectacular vestido de 21 metros de cola –que lejos queda del que lleva este miércoles firmado por su amigo y diseñador de cabecera actual, Hannibal Laguna-, además de un cardado de la época con el sello de Ruphert y maquillaje del novio de éste, Osvaldo. Por su parte, la desaparecida Rocío Jurado posó muy orgullosa con su hija.
Rocío se casó estando embarazada de la hija de Antonio David, y ambos se prometieron amor eterno en una capilla decorada acorde con el Domingo de Ramos, con palmas, ramos de olivos y flores de azahar traídas de Chipiona. Todos los invitados a aquella misa rociera de los marismeños pudo ver los entonces anillos diseñados por la propia Rociíto en seis aros de oro de tres colores –amarillo, rojo y blanco-.
Otra de las diferencias más llamativas entre una boda y otra, es el menú. Mientras la primera comenzó con aperitivos fríos, siguió con pescado y ave, y terminó con dulces y la tradicional tarta nupcial, en este segundo, los invitados degustarán un menú gastronómico compuesto por veinte platos a cargo del chef José Carlos Fuentes (mejor cocinero del 2010) en el restaurante Tierra (con una estrella Michelín).
El baile nupcial también será distinto. El vals de apertura de la primera que supuso un cambio de pareja por parte de la novia –de los del novio a José Ortega Cano- no podrá ser en este segundo enlace, pues Ortega Cano ni si quiera ha sido invitado. Ni tampoco Rocío Jurado, que ya no está, podrá emocionarse tanto como lo hizo en 1996.
Sí que habrá, por el contrario algunos parecidos singulares. Principalmente, el de la presencia de las Campos, y es que, tanto la madre como la hija, no se perderán este segundo ‘sí quiero’ como no se perdieron el primero.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación