Las bicicletas también son para los días soleados de invierno en los que se prevé que faltan solo algunas semanas para la llegada de la primavera. También son para recorrer escenarios de ensueño de Navarra entre la paleta de colores de los nuevos brotes que comienzan a crecer con el cambio de estación.
Las Bardenas Reales, la Selva de Irati, la Sierra de Urbasa y el Alto Bidasoa son solo algunos de los parajes naturales perfectos para descubrir también en invierno viviendo la naturaleza y disfrutando al mismo tiempo de las actividades al aire libre.
Y es que la variedad de paisajes que ofrece Navarra para amantes y aficionados de la bicicleta -convencional, de montaña o eléctrica- es infinita, pues cuenta con diferentes terrenos adecuados para cada tipo de público. Desde llanos interminables, suelos con desnivel y parajes desérticos hasta frondosos bosques o una red de Vías Verdes y Caminos Naturales que supera los 120 kilómetros a recorrer. Aquí seis rutas alternativas guiadas de la mano de diferentes empresas para vivir la naturaleza navarra pedaleando y en primera persona.
Por la Navarra cantábrica
Entre Bertizarana y Ezkurra se encuentra la Vía Verde del Bidasoa y la comarca del Alto Bidasoa, dos de los itinerarios más accesibles para ciclistas de todos los niveles que discurren por los valles más bonitos de la Navarra cantábrica.
La empresa Northern Travel Spain, especializada en viajes de lujo y a medida, ofrece numerosas alternativas de cicloturismo por todos los rincones de Navarra, pero es en esta zona del norte, en el valle del Baztán-Bidasoa donde más se suele ver a su pelotón de equipado con su propio maillot. Una ruta que suelen realizar acompañada de otras experiencias como comidas en restaurantes y actitivades complementarias en función de la temporada.
Entre Urbasa, Lokiz y Montejurra
Una de sus rutas más populares disponible durante todo el año es la de Urbasa-Andia que, además, es apta para todo tipo de público. La organiza Urederra eBike y recorre los tres escenarios naturales de Urbasa, Lokiz y Montejurra.
Lo más destacado de este itinerario es la imponente belleza de las vistas de todo el valle de Sakana y el monte Beriain desde diferentes miradores incluidos en la ruta guiada. Después del esfuerzo, llega la recompensa, que en este caso se traduce en un refrigerio en el Camping Urbasa, visitando una de las txabolas de Lizarraga o una quesería donde catar un delicioso queso de la Denominación de Origen Idiazabal.
Una ruta desértica
Posiblemente el recorrido por las Bardenas Reales, el desierto más extenso de Europa, sea la ruta ciclista con más éxito de Navarra. Un recorrido que lleva al visitante a través de grandes extensiones desérticas de terreno, barrancos y miradores.
Sin embargo, aunque cada uno se puede llevar su bicicleta, la empresa Bardenas Bike cuenta con una flota de bicicletas convencionales y eléctricas para que no haya que cargar hasta allí con ellas. Y, como curiosidad, mencionar que el recorrido se puede hacer guiado o por libre y a la experiencia se puede añadir la posibilidad de hacer un picnic en mitad de ese desierto.
Entre hayedos y hojas caducas
Si la ruta de las Bardenas Reales era la más popular de todos los recorridos por Navarra, posiblemente la ruta de la Selva de Irati sea la segunda. Se trata del segundo hayedo abetal más extenso de Europa y uno de los lugares más bellos para recorrer al inicio de la primavera -incluso con las últimas nieves-, da igual la forma en la que se haga.
Una de las más originales y fáciles es la que ofrece Irati eBike a través de una aventura ciclista en la Selva de Irati disfrutando de vistas panorámicas de las dos vertientes del Pirineo y de joyas del patrimonio histórico de Navarra. Además, todas las rutas son sencillas y pensadas para personas que no están acostumbradas a moverse habitualmente en bici. Unas rutas que recorren los hayedos entre riachuelos y prados en un entorno al que algunos conocen como la “pequeña Canadá” navarra.
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