Sara Carbonero ha publicado un emotivo post en su Instagram donde ha desvelado la desgarradora conversación que tuvo con sus hijos, Martín y Lucas -fruto de su matrimonio con su exmarido Iker Casillas- cuando estuvo recibiendo quimioterapia tras ser diagnosticada de un cáncer de ovario en mayo de 2019. Una enfermedad que anunció pocas semanas después de que Iker Casillas sufriera un infarto de miocardio.
En febrero de 2021, la periodista volvió a sufrir una recaída y en noviembre de 2022, Carbonero tuvo que someterse a una operación de urgencia después de que le realizaran una revisión.
El pasado mes de marzo, Sara Carbonero causó una gran preocupación al publicar un misterioso mensaje en el que se entrevía que estaba en un hospital. Sin embargo, después se conoció que quien se encontraba en la Clínica de Navarra era su madre, Goyi Arévalo, que sufrió un problema de salud del que no han trascendido más detalles.
Sara Carbonero habla de la dura etapa que pasó tras ser diagnosticada de cáncer
Ahora, Sara Carbonero, de 40 años, que está feliz y enamorada del músico, Nacho Taboada, cantante de 'Colectivo Panamera', con el que lleva dos años de relación, ha echado la vista atrás para reflexionar sobre la dura etapa que vivió tras ser diagnosticada de cáncer de ovario en 2019. "Vaya por delante que soy malísima con los selfies en el espejo pero anoche quería probar unas luces nuevas. Que si un ojo bizco, que si muy seria, la mirada melancólica, que si te sonríes mucho a ti misma es muy forzado. Lejos de la frivolidad que pueda parecer, yo cuando me miro al espejo lo hago para tomar conciencia de mí misma, lo utilizo como herramienta clave para mejorar mi autoestima", ha escrito Sara Carbonero junto a una foto en las que posa frente al espejo.
Después, la presentadora ha confesado que estuvo meses sin poderse mirar en un espejo porque no se reconocía. "Por causas de la vida, ya he transitado épocas en las que huía de ellos porque no reconocía a la persona que me mostraba el reflejo, llegué incluso a pasar tres o cuatro meses sin mirarme en uno".
La desgarradora conversación que Sara Carbonero tuvo con sus hijos
Después, Sara Carbonero ha desvelado la desgarradora conversación que tuvo con sus hijos, Martín y Lucas, fruto de su matrimonio con su exmarido, Iker Casillas, del que se separó el 12 de marzo de 2021. "En una de esas, al acabar el sexto y último ciclo de quimioterapia, yo estaba en la cama, sin poder moverme y mi hijo mayor [Martín, de 10 años] se tumbó conmigo. Después de mirarme detenidamente, muy raro, soltó: 'Mamá, es que tienes las cejas grises y no pareces tú'. Yo por entonces, precisamente, por no mirarme ignoraba que había perdido todo el pelo de las cejas, que son las que enmarcan la mirada y dan personalidad al rostro".
A pesar de que era una conversación incómoda para ella, Sara Carbonero logró acabar haciendo reír a su hijo. "No sabía muy bien cómo salir de ahí y se me ocurrió decirle: '¿Y pestañas? ¿Has visto que me queda una única superviviente ? ¡Una! ¡Las más valiente!' Intentó arrancármela, por supuesto, muerto de risa y empezamos una guerra de almohadas y después, a otra cosa. Tengo esa conversación grabada como muchas otras incómodas, en las que gracias a su capacidad de adaptación fue todo menos traumático".
Aunque sus dos hijos acabaron gestionando bien la enfermedad del cáncer, hubo momentos muy duros, como cuando vieron a su madre con el pelo corto por la quimioterapia. "A día de hoy, cuentan orgullosos a sus amigos cuando mamá tenía el pelo 'como un chico'. El día que me vieron así por primera vez, les llevé unos puzzles para desviar su atención, como me dijo la psicóloga. Pero no resultó, como dice la canción: No quitaron sus ojos de mí, corriendo incluso alguna tímida lágrima por sus mejillas. Luego, empezamos a buscar fotos de actrices y cantantes monísimas con pelo corto y nos pusimos con el puzzle".
A pesar de la difícil situación que estaban viviendo, volvieron a sacar su sentido del humor. "Las carcajadas llegaron cuando en ese mismo verano salía en la tele un anuncio de champú que grabé meses antes con mi larga cabellera meneándola para delante y para detrás. El colmo de los colmos. Esto sirvió para que los enanos me imitaran y me animaran: 'Ya pronto volverás a hacerlo, mamá. Y además, ya no tendrás las cejas grises'".