El portero del Oporto y pareja de Sara Carbonero, Iker Casillas, ingresó de urgencia este miércoles después de sufrir un infarto de miocardio. Ya se encuentra fuera de peligro. De hecho, este viernes fue trasladado desde la unidad de cuidados intensivos a la de cuidados intermedios en el hospital CUF de Oporto, donde el jugador permanece ingresado.
El exguardameta del Real Madrid y de la selección española, a punto de cumplir 38 años, se sintió mal durante un entrenamiento, así que llamó rápido al equipo médico, que le hizo un cateterismo cardiaco. La pronta actuación de los profesionales fue clave para la recuperación de Iker.
Sin fútbol no hay razón para seguir en Oporto
Los médicos aseguran que no le quedarán secuelas tras la intervención, y que podría volver a jugar al fútbol tras el infarto, siempre y cuando el jugador se someta regularmente a controles para comprobar que todo marcha bien.
Numerosos profesionales del deporte apuntan a que Iker ya tiene una edad perfecta para retirarse, y sin fútbol no hay razón para seguir en Oporto
No obstante, numerosos profesionales del deporte apuntan a que Iker ya tiene una edad perfecta para retirarse, tras haber aportado todo al fútbol. Sin embargo, la decisión de seguir su carrera es solo suya y de su familia. Por el momento, Iker no volverá a jugar lo que queda de temporada.
Este susto, por tanto, podría trastocar todos los planes de la familia Casillas-Carbonero, que decidió mudarse a Oporto solo por el trabajo del portero, quien fue fichado por el club luso en verano de 2015.
Ahora, si ya no vuelve a jugar, que es lo más probable, es más que posible que vuelvan a vivir a Madrid, donde residían antes y donde el portero tiene muchas propiedades.
Volver a Madrid, una opción para Sara e Iker
La pareja, que ya ha pasado lo peor, ahora está centrada en la recuperación. Pero cuando esta se produzca del todo, queda pensar en el futuro: ¿volver al fútbol tras el infarto o regresar a Madrid y llevar un día a día tranquilo?
Iker podría vivir sin trabajar nunca más, ya que sus empresas acumulan casi 26 millones de euros en activos
Lo más probable es que Iker deje su trabajo y busque otro relacionado con este deporte pero sin estar a pie de campo. No obstante, podría vivir sin trabajar nunca más, ya que sus empresas acumulan casi 26 millones de euros en activos.
Además, Iker tiene propiedades inmobiliarias en Boadilla del Monte y Villaviciosa de Odón, dos localidades de Madrid donde su familia podría volver a residir sin problema.
El freno podría estar en los hijos del portero y la periodista, Martín (5) y Lucas (7), pero al ser tan pequeños no supondría un gran drama cambiarles de ciudad y de colegio.
Veremos pues qué acaba ocurriendo y si regresan a la capital española.
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