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El chef Sergi Arola habla de su situación económica y denuncia una mano negra

Después de que la revista ‘Corazón TVE’ sacara en portada una imagen de Sergi Arola, muy desmejorado, junto al titular: “Sergi Arola, arruinado”. El chef acudió el pasado jueves al

Después de que la revista ‘Corazón TVE’ sacara en portada una imagen de Sergi Arola, muy desmejorado, junto al titular: “Sergi Arola, arruinado”. El chef acudió el pasado jueves al programa de ‘Espejo Público’ a dar su versión y aclarar de los rumores de una supuesta crisis económica y personal que estaría atravesando.

Aunque nunca suele hacer caso de lo que se publica, esta vez “la bola se fue haciendo más grande” y cuando ya su hija salió a defenderle en las redes sociales es cuando decidió interesarse por lo que se estaba publicando. La primera que le avisó de la noticia que había salido fue su ex, Silvia Fominaya.

Sergi aclaró primero su estado de salud. Uno de los colaboradores señalaba que en la imagen de la revista parecía un mendigo y él explicaba lo siguiente: “Estaba saliendo de la clínica, de urgencias, el día 7 de enero, que hubo una ola de frío. Yo estaba en casa por la tarde, estaba cansado después de haber estado trabajando en el restaurante que tengo en Verbier, Suiza, y tuve una conversación larga con un amigo. Al colgar, vi que estaba cansado y que se me dormía la mano izquierda. Tengo una edad en la que estoy en factor de riesgo [de infarto]. Estaba solo en casa, llamé a un par de amigos y les dije que me iba a la clínica, me hicieron un electro, estaba todo correcto y salí de allí. ¿Me tenía que haber peinado? He decidido que me voy a dejar el pelo largo y ya te condenan. Ya me divierte”.

Sergi culpa a la crisis económica del cierre de su restaurante

Después, le preguntaron acerca de su situación económica y si estaba en la ruina, a lo que respondió: “Una persona mientras tiene dos manos y talento nunca está en la ruina” y explicó que nunca ha vivido con lujos: “Llegué a tener 17 asesorías y dos restaurantes. Nunca he tenido un coche de lujo si alguien me ha conocido o visto, nunca lo he tendido. Tuve una casa cuando estaba casado que en su momento la vendimos, nunca hemos hecho vacaciones”.

A continuación explicó que la crisis que vivió España tuvo mucho que ver en su situación: “Lo único que he hecho ha sido trabajar por un sueño que tenía que, seguramente fue porque me creía un país que era mentira en 2004, 2005 y 2006. Inauguré un restaurante que era el sueño de la vida de la madre de mis hijas y mío en el año 2007 y me comí la crisis y cuando empezábamos a repuntar la mochila era muy grande, yo no soy Bankia, no me lo ha renegociado nadie, era insalvable. En 2014-2015, cuando cerramos, era rentable, pero esa mochila acabó arrastrando y se llegó a cerrar. Lo abrí en el peor momento pero era rentable”.

Sergi sacó el lado positivo del cierre de su restaurante: “Lo que me ha pasado a mí ha propiciado que otros compañeros míos vieran lo que me pasó y en vez de comprar, alquilaron y lo hicieron sostenible. Si yo lo hubiera montado en 2010, hubiera sido totalmente distinto pero era el sueño de mi vida”.

Sergi: “Como empresario soy un desastre”

El chef continuó explicando que se buscó la vida fuera de España en un momento en el que aquí no lo había. “El dinero que ganaba fuera, lo traía aquí. No era para paraísos fiscales, cuidado, y eso que tengo un restaurante en Suiza, ni para comprarme casas… Ahora paso la mayor parte de mi tiempo en Portugal, donde trabajo”.

Sin embargo reconoció: “Como empresario soy un desastre, sin duda alguna. Cuando cerré el restaurante pensé que me podría pasar lo que a un compañero que yo admiro mucho, que una cadena hotelera le montó un restaurante en París porque consideraron que su talento no se podía perder”. Pero en su caso no fue así.

Después Sergi fue más allá y cree que detrás de estas fotos y de lo que se ha dicho, hay alguien. “Entono un poco el mea culpa. Tengo una personalidad que a gente le gusta mucho y a otros nada. Todas estas noticias puedo tener idea de qué entorno sale o quién está empeñado en buscarme las vueltas”.

Fue entonces cuando Susanna Griso y otros colaboradores se mostraron extrañados de que justo hubiera un paparazzi que le sacara una foto ese día, 7 de enero, a las seis de la tarde, y le preguntaron si cree que hay una mano negra. “Cuando te pasan las cosas que me han pasado a mí a nivel empresarial y económico, hay gente que está más cabreada y otros menos. Y hay gente que puede estar muy cabreada conmigo y que... no sé, puedo tener varias ideas pero a mí no me gusta especular. Lo que sí me molesta es que la gente no se informe y saquen titulares tan grotescos y esperpénticos como ‘las dos mujeres que han arruinado la vida de Sergi Arola’, como si la culpa fuera suya.

El chef continuó explicando su enfado: “Me cabrea eso que hayan metido a terceras personas, a la madre de mis  hijas con la que ha sido un lujo trabajar durante 17 años y es una de las mejores profesionales de este país que ha sido injustamente tratada y que hayan metido a Silvia [Fominaya] que la pobre, la úncia culpa que puede tener lo que hace es velar por sus hijos y está metida en una serie de asuntos en los que yo trato de ayudarla y que además es mi amiga”.

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